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Revista Mexicana de Orientación Educativa

versão impressa ISSN 1665-7527

Rev. Mex. Orient. Educ. vol.8 no.21 México  2011

 

 

Congruencia entre Intereses, Aptitudes y Elección de Carrera

 

 

Claudia Cecilia Norzagaray BenitezI; Eloísa Maytorena SalazarII; Anabel Montaño BojórquezII*

I Laboratorio de Orientación Educativa del Programa Docente de la Lic. en Psicología de la universidad de Sonora
II
Laboratorio de Orientación Educativa del Departamento de Psicología y Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Sonora

 

 


Resumen

El presente trabajo tiene por finalidad identificar la situación vocacional de los alumnos de quinto semestre del Centro de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de Sonora (CECyTES) plantel III de Hermosillo. Se empleó como guía el modelo de Rimada Peña y un conjunto de inventarios. Se observa que de los 233 alumnos el 9.9% no tienen aún opciones a estudiar. De los que si poseen carreras solo el 67.3% no ha buscado información de las mismas. El 37.1% no muestra congruencia entre sus intereses y aptitudes; y el 15% no tiene correspondencia entre estos y las carreras elegidas. Se concluye que el conocer la situación en que se encuentran los estudiantes facilita el diseño de posibles estrategias de apoyo que el orientador puede proporcionar para la elección de una carrera.

Palabras clave: Elección de carrera, orientación vocacional, evaluación y estrategias de intervención


Abstract

This paper aims to identify the status of vocational students in fifth semester of Centro de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de Sonora (CECyTES) plantel III de Hermosillo. Was used as a guide model Rimada Peña and a set of inventories. It is noted that of 233 students 9.9%, do not have yet options to be studied; 67.3% who have studied, do not have information about the careers. 37.1% do not show congruence between their interests and skills, and only 15% do not have correspondence between the interests and skills and their professional choices. It is concluded that knowing the situation of students, is possible design of support strategies that can provide guidance for choosing a career.

Keywords: career choice, vocational guidance, assessment and intervention strategies


Resumo

O presente trabalho tem por objetivo identificar a situação vocacional dos alunos no quinto semestre do Centro de Ciência e Tecnologia do Estado de Sonora (CECYTES) Campus III, em Hermosillo. Foi usada como guia o modelo de Rimada Pena e um conjunto de inventários. Note-se que dos 233 alunos o 9.9% ainda não tem opções a estudar. Entre os alunos que têm carreira solo o 67.3% não tinham procurado informação delas. O 37.1% não apresentam congruência entre os seus interesses e aptidões; e o 15% não têm correspondência entre estes e suas carreiras eleitas. Conclui-se que conhecer a situação dos estudantes facilita o desenho de possíveis estratégias do apoio que o conselheiro pode fornecer para escolher uma carreira.

Palavras chave: Eleição de Carreira, orientação profi ssional, avaliação e estratégias de intervenção.


 

 

En la actualidad, los índices de deserción y reprobación especialmente en niveles superiores han obligado a las instituciones al desarrollo de estrategias para el decremento de éstas, tales como la implementación de programas institucionales de tutorías y la selección de los aspirantes por medio de políticas educativas y criterios de selección que le permitan elegir a los mejores candidatos a cursar una licenciatura. Además, se espera que las instituciones de educación media superior refuercen sus áreas de orientación educativa, especialmente la vocacional. Esto es, porque los estudiantes continúan ingresando a carreras que no son elegidas como producto de una toma de decisiones madura.

Es ahí, donde se pone de manifiesto el nivel de formación vocacional: en sus elecciones vocacionales. Los orientadores emplean para el desempeño de sus tareas la evaluación, la cual es útil para conocer al estudiante y su situación, utilizan estrategias para la evaluación y seguimiento de las decisiones de los estudiantes. De ahí que el trabajo de la orientación en el nivel medio superior refrende su compromiso para acompañar y orientar a los jóvenes en tan importante decisión.

La orientación vocacional tiene por objetivo fortalecer el proceso de toma de decisiones al promover la reflexión de intereses, valores y aptitudes personales para identificar y elegir las distintas opciones educativas y laborales que ofrece el entorno y por otro lado, apoyar al alumno en la construcción de su proyecto de vida (Nájera y Saldívar, 2007: 11).

Molina (2006: 95) menciona que la orientación vocacional es el servicio dirigido a ayudar a los alumnos para que seleccionen inteligentemente entre varias alternativas las que se correspondan con sus habilidades.

Numerosas teorías han intentado sistematizar los factores que inciden en la elección de la profesión y/o estudios, poniendo los determinantes totalmente fuera del control del individuo (teorías del azar), en el ambiente (teorías sociales), en el individuo (teorías psicológicas) o en la economía (teorías económicas). Por lo que es importante, que la elección vocacional y/o profesional sea un proceso dinámico y continuo que se inicie en la infancia, se delimite en la adolescencia y se confi gure a lo largo de toda la madurez.

Chacón (2004:11) hace referencia a que la orientación vocacional en Educación Media, plantea el análisis de las necesidades de los estudiantes de este nivel, referidas a toma de decisiones, elección de carrera, viabilidad de la decisión, y la transición de la vida estudiantil al mundo laboral.

Bandura (1999:2) refiere que en el proceso de elección de carrera muchas personas pueden afrontar incertidumbre sobre sus capacidades, intereses, alternativas ocupacionales, accesibilidad y hasta la búsqueda de identidad vocacional. O bien, como señala Gelvan (1998: 2), cuando las personas tienen más posibilidades de elegir, se incrementan las posibilidades de que exista temor de tomar decisiones erróneas.

Entre los elementos importantes a considerar en la orientación vocacional se encuentran los intereses, aptitudes y autoconocimiento siendo aspectos sujetos a evaluarse para apoyar y orientar a los estudiantes.

En el Plan Nacional de Desarrollo Educativo (PNDE, 2006-2012: 2), enfatiza la necesidad de fortalecer los programas de orientación vocacional, así como la importancia de que los estudiantes adquieran experiencia laboral de calidad y mejoren sus oportunidades de éxito en su desarrollo profesional.

Desde la perspectiva de la Asociación Mexicana de Profesionales de la Orientación (2002: 2), una de las principales tareas de la orientación educativa es la búsqueda de soluciones integrales a problemas o necesidades de desarrollo personal y social de los estudiantes, con la participación de la comunidad educativa.

El servicio de orientación vocacional tiene como finalidad ayudar a los jóvenes estudiantes, a elegir su carrera al término del bachillerato, por lo cual se dirige particularmente a los alumnos de último año de preparatoria; sin embargo, es una necesidad desde los primeros años de formación académica (De León, Rodríguez, Ortega y González, 2006: 73)

Rimada (2001), describe las características de los usuarios de un Programa de Orientación Vocacional, las cuales corresponden con una visión incoherente de la concepción de ésta como toma de decisiones:

1. La mayoría de los estudiantes tienen ya decidida su carrera, aunque difícilmente pueden explicar con precisión el porque de tal decisión.

2. Su expectativa de la orientación es ubicativa (para que soy bueno), ya que se considera que depende de un diagnostico psicométrico.

3. Su percepción del horizonte universitario profesional es fragmentado y desarticulado, a la vez que lo observa estáticamente.

4. Participa del mito según el cual la vocación es única y determinante (algo que hay que descubrir).

5. Supone que una decisión es totalmente correcta o absolutamente incorrecta

6. Se angustia con la idea de errar en su decisión.

7. Simplifica los factores que definen una decisión (estudia algo solo porque le gusta).

8. Supone que la decisión vocacional es única en la vida (solo se da una vez).

9. En relación con otro tipo de población, en términos económicos, nuestros usuarios están en mayor posibilidad de elegir congruentemente.

10. Los estudiantes suponen que tienen una sola opción vocacional.

11. Una minoría de nuestros estudiantes, no han decidido o no han podido decidir su futura ocupación profesional, pero participan de muchas de las características anteriores.

12. Casi todos los estudiantes aspiran a una carrera universitaria.

El proceso de orientación prepara a los estudiantes de nivel medio superior para: a) Percibir el horizonte profesional y personal como una estructura cambiante, b) Manejar esta estructura con base en esquemas de acomodación y búsqueda ocupacional, c) Ser más responsable de sí mismo en el proceso selectivo, d) Verificar la elección las veces que sea necesario, e) Generar y evaluar las alternativas ocupacionales que más le satisfagan, h) Que su aprendizaje en este proceso no sea temporal, i) Aprenderá a generar criterios para su decisión, j) Identificar las limitaciones de su decisión, k) Generar los indicadores de una buena elección y de las elecciones de alto riesgo, y l) Ser capaz de enfrentarse al mundo universitario y/o laboral de manera diestra (De León, Rodríguez, Ortega y González, 2006: 73).

Ahora bien, ¿qué es lo que hace de la elección vocacional un tópico tan prioritario? No podemos perder de vista que invertimos la mayor parte de nuestras vidas desarrollando actividades relacionadas con el estudio y el trabajo. De tal decisión depende en gran parte nuestro futuro profesional y vital; más específicamente, de ella depende que seamos exitosos o no en el estudio y en el trabajo; que nos sintamos satisfechos o no en el estudio y el trabajo; que tengamos o no utilidad social; que tengamos o no empleo en el futuro; que contribuyamos o no con el desarrollo del país; que sintamos o no bienestar personal, que experimentemos o no crecimiento personal.

No obstante, muchas veces tomamos decisiones contrarias a nuestras características personales, valores, motivaciones, metas, posibilidades, etc. y nos basamos en la moda, el prestigio, la influencia de amigos, las presiones familiares, los personajes que vemos en los medios de comunicación, los gustos pasajeros, entre otros (Villoria, 2005).

En relación a las instituciones educativas han desarrollado planes y programas tendientes a informar más acerca de la oferta educativa. En los últimos diez años, han surgido nuevos materiales de orientación educativa, instrumentos psicométricos, y observamos el auge de las ferias de información profesiográfica; sin embargo, la demanda de estudios universitarios por las carreras tradicionales y saturadas persiste, parecería que los esfuerzos por instituciones educativas, no cristaliza en una mejor decisión vocacional. La deserción universitaria, los cambios de carrera y el desencanto de los egresados con su profesión es una realidad (Nava, 2004).

En este sentido, se ha previsto la relevancia de la orientación vocacional al señalar su relación con el rendimiento escolar, pero particularmente con el nivel de deserción de los estudiantes de Nivel Medio Superior, aspecto señalado por Carrión (2002); Cabrera, Bethencourt, González, Álvarez (2006); Sanabria (2002: 302-303); Amezcua (2004: 3), etc.

Llamas y Moreno (2009: 6) en un estudio que explora las necesidades de alumnos de nivel medio superior de segundo semestre respecto a orientación educativa, destaca que los alumnos de entre un listado de necesidades educativas y familiares, se encuentran como una necesidad el área vocacional, al referir un 21.5% la necesidad de apoyo, de frecuente a siempre y un 32.8% a veces; de un total aproximadamente del 50% de los alumnos requieren asesoría o apoyo en dicho rubro, esto evidencia sus dudas e inquietudes. Estas necesidades se acentúan cuando se carece de una orientación adecuada que les facilite su transferencia a estudios superiores. Así la orientación representa una tarea indispensable que debe guiar y dar coherencia a los procesos de preparación académica, de trámites burocráticos y toma de decisiones en la elección de carrera y la universidad. Investigaciones orientadas a la detección de necesidades y conocer la situaciones de los alumnos permiten el diseño de programas de intervención de manera oportuna.

Para Pinzón (2006: 95), muchos jóvenes toman una decisión guiados por la creencia de poseer las habilidades necesarias para la carrera escogida; otros, toman tal decisión bajo diferentes niveles de presión social o familiar e igualmente por razones económicas, prestigio de la carrera o de estatus social.

Las personas que no se encuentran satisfechas con su elección vocacional o de carrera exhiben falta de información sobre sí mismos, el campo de trabajo y en general dudas de sus habilidades para la toma de decisiones. La elección de una carrera es la decisión última de una serie de decisiones previas lo cual puede formar un proceso largo, o bien se constituye un momento puntal con nula significación personal. Esto involucra un sin número de elementos que se deben considerar para la elección vocacional. La toma de decisiones constituye el proceso mediante el cual se determina qué se quiere hacer, el futuro y las metas a lograr (Velarde, Camarena y González, 2009: 4)

 

EL PROCESO DE EVALUACIÓN VOCACIONAL

La evaluación vocacional es un proceso que puede tener lugar durante periodos diferentes de la educación del estudiante y del desarrollo de su carrera. Es un proceso continuo que debe empezar durante el segundo o tercer año del nivel Medio Superior y que puede extenderse durante todos los años de la escuela. Si es necesario, puede tener lugar otras veces durante periodos de transición en la vida adulta. Como proceso reúne información que puede ser considerada como formal e informal que a continuación de describe.

Un estudiante puede tener oportunidades para evaluaciones vocacionales formales e informales. La evaluación vocacional se puede describir como algo que ocurre dentro de un proceso continuo de evaluación, que tiene propósitos y resultados diferentes dependiendo de las necesidades del individuo y el grado de desarrollo de su carrera. La evaluación informal ocurre más a menudo en el ambiente escolar que la evaluación formal.

Una evaluación informal es distinta de una evaluación formal en términos de objetivos, medio ambiente, personas administrando la evaluación y los materiales usados durante el proceso. Una evaluación informal incluye recolectar información de varias fuentes que no están conectadas al proceso formal de evaluación, y que tiene lugar en las clases u otros lugares no estructurados. Ejemplos de métodos informales incluyen: entrevistas con el estudiante o los familiares, observaciones, revisión de los documentos y archivos del estudiante, resultados de los exámenes desarrollados por el maestro, y los exámenes que utilizan criterios fijos.

Las evaluaciones informales son un complemento importante a las evaluaciones formales y son esenciales para determinar si sería apropiado referir al estudiante a una evaluación formal y complementaria.

Una evaluación formal es un proceso estructurado con un propósito específico que utiliza instrumentos normalizados y desarrollados comercialmente. El propósito de una evaluación vocacional formal es determinar los intereses del estudiante, sus preferencias en las formas de aprendizaje, sus aptitudes, habilidades de trabajo, y otra información que tiene que ver con una carrera.

Las herramientas de la evaluación vocacional incluyen inventarios de intereses, exámenes de aptitud y destreza, los sistemas para evaluar ejemplos de trabajo, y otros. Se suele integrar la información de varias evaluaciones informales con los resultados de evaluaciones formales para preparar reportes comprensivos o perfi les vocacionales.

La evaluación vocacional debe tener lugar dentro de una continuidad, con información diferente sobre el estudiante obtenido en diferentes puntos a través del tiempo. El uso de esa información será diferente, dependiendo del año escolar (RIPIN, s.f.: 1-2)

Un modelo integrativo, debe considerar ambos tipos de evaluaciones y el proceso o metodología seguida para la elección vocacional, siendo el modelo cognitivo de Rimada (2001) uno de los que ilustra dichas fases, las cuales se describen a continuación:

1. Definición del objetivo. En este paso se clarifica lo que se quiere elegir, el objetivo es hacer una elección de una carrera congruente con el sujeto, es decir, acorde a sus intereses y aptitudes. Aquí se deben tomar en cuenta cinco principios rectores de la orientación vocacional, los cuales consisten en:

• Principio de congruencia.- elegir sus opciones de acuerdo a sus intereses y aptitudes.

• Principio de realidad.- eligir sus opciones de acuerdo a las ofertas de trabajo.

• Principio de semejanza.- elegir la carrera de una misma familia, si la que eligió en primer término no se encuentra a su alcance.

• Principio residual.- eligir de varias opciones y de diferente familia la que tenga en segundo, tercer o cuarto lugar.

• Principio de aleación.- hace una aleación, si tiene preferencia por dos carreras de familias diferentes.

2. Ganar información interna y externa. Este paso considera que el alumno debe poseer información disponible para realizar el proceso; en este incluye un sujeto con un historial personal (información interna) le ha construido una serie de intereses y aptitudes. Al hablar de información externa se refiere al conocimiento de las ofertas educativas a través de diversos medios, sean impresos, electrónicos, visitas, entrevistas, etc.

3. Evaluar y seleccionar la carrera. Se elige una opción entre varias.

4. Ver circunstancias y generar alternativas. La opción elegida se confronta con las circunstancias, por lo que en algunos casos tendrán que generarse alternativas, como estudiar una carrera semejante o residual.

5. Verificación. Consiste en un mecanismo de supervisión que permite al alumno verificar sus decisiones.

El modelo de Rimada, permite diagnosticar con precisión los mecanismos de retroalimentación y verificación de sus productos así como organizar la secuencia lógica de las lecciones y las operaciones adecuadas como observación, clasificación, ordenamiento, prueba de hipótesis, entre otras.

El método propuesto considera que para lograr la elección de carrera se debe tener en cuenta tres componentes procesuales:

1. Aprender a obtener información interna.

2. Manejo de información externa.

3. Comparación.

4. La decisión (De León y Rodríguez, 2007 :13)

El modelo ofrece un apoyo en la identificación de la ubicación del alumno frente a una elección de carrera; considera aspectos internos y externos para la elección, así como la verificación de la elección realizada. Contar con un modelo de estas características permite el diseño de estrategias específicas que posibiliten individualizar la intervención educativa para mejoras en la asesoría proporcionada. Permite identificar paso por paso qué es lo que ocurre al elegir una carrera. Rimada Peña (2003) indica que el estudiante necesita de otras personas que lo orienten y lo apoyen en la elaboración de su proyecto de vida, en donde el joven acumulará información tanto interna como externa. El estudiante debe aprender a reconocer sus intereses, aptitudes y áreas universitarias dominantes, de manera que cuente con elementos para una mejor elección vocacional.

Partiendo de lo anterior es que surge el interés del presente trabajo por conocer ¿Cuál es la situación de los alumnos de quinto semestre del Centro de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de Sonora del plantel Hermosillo III respecto a su elección vocacional? De manera más precisa se pretende:

1. Describir si los alumnos de quinto semestre ya poseen opciones profesionales de interés.

2. Describir las fuentes de información externa que los alumnos emplean como apoyo en la elección vocacional.

3. Describir si las opciones que poseen los alumnos son congruentes con sus aptitudes e intereses.

4. Enlistar posibles estrategias de intervención a partir de la situación vocacional de cada alumno.

 

MÉTODO

Participantes

Fueron 233 alumnos del quinto semestre de Centro de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de Sonora (CECyTES) plantel III de Hermosillo, de los cuales el 39.9% fueron hombres y 60.1% mujeres con edades de 17 a 19 años.

Instrumentos

Se aplicaron los inventarios de intereses y aptitudes de Rimada (2002) y una ficha de datos generales con la finalidad de conocer los antecedentes de cada alumno. El primero evalúa doce áreas de interés que son: campestre, científico, mecánico, biológico, servicio social, geofísico, literario, organización, persuasivo y contabilidad; y el Inventario de aptitudes, en el cual se identifican 13 campos que son: espacial, numérica, verbal, mecánica, artístico – plástico, musical, social, coordinación visomotriz, directiva, organización, persuasivo. Las opciones de respuesta son tipo likert en una escala de 1 a 5. En relación a la ficha de datos generales se recolecta información acerca de los datos generales del alumno, las opciones que actualmente posee, las fuentes de información a las que hasta ese momento ha recurrido.

Procedimiento

Se aplicó a los alumnos en grupos de 11 a 15 alumnos los inventarios en el siguiente orden: la ficha evaluativa, el inventario de aptitudes y por último el de intereses. La evaluación se efectúo en el laboratorio de cómputo en sus respectivos horarios de clase. Posterior se hizo entrega de los resultados de manera grupal y se aclararon dudas.

Análisis de datos

Se empleó estadística descriptiva por medio del Paquete Estadístico para las Ciencias Sociales (SPSS, por sus siglas en inglés) versión 13.

 

RESULTADOS

Los participantes fueron una muestra de 233 alumnos del quinto semestre de CECyTES plantel III de Hermosillo, Sonora; cuya edad oscilaba en los 17 años, correspondiendo a el 62.7% del total de la muestra, mientras que el 27.5% correspondían a la edad de 18 años.

El plantel posee dos áreas de especialización: Informática y Administración. El 54.5 % de los estudiantes pertenecían al área de informática y 43.3% a la de administración.

A los participantes se les solicitaron que enlistaran de manera jerárquica las opciones profesionales que poseían en este momento, por lo que se detecta que de los 233 participantes se encontró que 63.1% cuentan con tres opciones de carreras a estudiar, mientras que 16.7% cuenta con dos opciones, un 10.3% tiene una opción elegida y el 9.9% de los participantes aún no tienen ninguna opción de carrera.

Las opciones elegidas por el 45.9% de los participantes se relaciona con tener dos áreas, el 29.2% seleccionó opciones que se relacionan con un área en específico, el 15.0% de los participantes se relaciona con tres áreas según las opciones elegidas; es decir, tienen opciones que pertenecen por ejemplo al área social, otra biológica y por última el área administrativa.

De los alumnos que poseen opciones profesionales el 67.3% indican que no han buscado información, y el 32.7% de los participantes indican que si se han informado sobre posibles carreras a estudiar.

Del porcentaje de participantes que han buscado información lo han realizado en las siguientes fuentes: el 37.5% en Internet; el 22.2 % ha visitado escuelas para solicitar información; 8.3% con sus familiares; el resto de los porcentajes se distribuye entre amigos, folletos y entrevistas a profesionales (Ver tabla 1).

 

 

En lo que respecta a la categoría de la consulta de información el 56.9 % de los participantes lo ha hecho y el resto de la población que corresponde al 43.1% no ha consultado. La distribución de sus fuentes pueden observarse en tabla 2, donde destaca la familia con un 33.7% y los amigos 16.8% ya sea de manera exclusiva o integrada 18.9%.

En relación a la congruencia entre los intereses y las aptitudes arrojadas por los instrumentos se encontró que estos corresponden en un 62.9% y en el 37.1% de los casos no existe correspondencia entre los datos arrojados del inventario de intereses y el inventario de aptitudes.

Por otra parte, la congruencia que tienen sus aptitudes e intereses con la opción de carrera elegida es de 52.4%; el 21.5% corresponden parcialmente es decir, sus intereses y aptitudes corresponden con algunas de las opciones de interés; y, el 15% no corresponden. El 11.2% de los casos no aplica dado que no se tienen opciones elegidas.

 

CONCLUSIONES

El presente trabajo representó un acercamiento a conocer la situación vocacional de los alumnos, ya que de acuerdo al modelo de Rimada (2000) uno de los primeros pasos a llevar a cabo es apoyar al alumno a tener información interna respecto al objetivo fijado que es la elección de una carrera profesional. Partiendo de que la orientación vocacional es considerada como un proceso, resulta relevante el trabajo a realizar con los jóvenes que aún no han elegido ni tienen idea de la carrera a estudiar siendo el último año a cursar de nivel medio superior, es decir, todavía no han iniciado un análisis a fondo de los aspectos que le son afines, si aún no han sido materializados sus intereses en una carrera es relevante identificar a estos jóvenes e irlos apoyando en la identificación de posibles alternativas en relación a lo que les gusta hacer.

Si bien, la mayoría de los jóvenes poseen al menos una opción, cabe señalar que un gran porcentaje de ellos no ha buscado información externa de las opciones de interés lo cual se vuelve un elemento crucial para confi rmar si dicha carrera cumple con sus expectativas a nivel personal y profesional. Dentro de ello se incluyen elementos como el tipo de universidad a la que se desea ingresar, si será pública o privada y los costos de las mismas, conocer sus posibilidades de ingreso, así como los criterios de cada institución y carrera elegida en caso de requerirse mejorar por ejemplo el promedio de la preparatoria y prepararse y capacitarse para los exámenes de admisión. Los jóvenes poseen diversas fuentes de información donde las principales son el Internet, la familia y amigos indicando con ello que son evaluaciones informales.

Si una opción elegida no es posible es conveniente determinen una segunda opción que sea afín al área de conocimientos, sin embargo se observa que un alto porcentaje se apega al principio de aleación y un porcentaje considerado por el principio residual. Sería recomendable que como parte de las funciones del orientador educativo se diseñara un plan de trabajo para apoyar a los jóvenes que no poseen congruencia en sus intereses y aptitudes donde deberá valorar a cual de ellas le dará prioridad. De igual manera resulta importante apoyar a los jóvenes que tienen opciones educativas de diversas áreas de conocimiento.

En vista de este panorama se propone que se diseñen estrategias acordes al proceso cognitivo en el que se encuentra el alumno en relación con la elección de carrera, por lo que se vislumbran tres grandes posibilidades: 1. asesoría dirigida a enfatizar las áreas de posible desarrollo de ingresar a una carrera que no corresponde con sus intereses o aptitudes; 2. los alumnos que aún no poseen una opción profesional, iniciar el proceso con una etapa de autoconocimiento para ir entreviendo opciones viables; 3. acercar fuentes de información confiables respecto al mundo laboral y campo de trabajo.

Velarde, Camarena y González (2009: 18-19) señalan que los programas y módulos de orientación educativa de COBACH necesita enfatizar el conocimiento que los alumnos deben tener acerca de contenidos y materias, así como de las habilidades que determinadas carreras demandarán, además proporcionar al estudiante elementos necesarios que le permitan identificar posibles influencias externas y adquirir habilidades para analizar y evaluar algunas soluciones. Concluyen que es conveniente diseñar programas de orientación con base en investigaciones realizadas, a partir de las cuales se desarrollen intervenciones en distintos ámbitos, con el propósito de facilitar decisiones académicas y profesionales del alumnado. Resulta por demás importante evaluar los programas de orientación con la finalidad de identificar los aspectos que no son cubiertos y realizar su correspondiente adecuación.

A manera de conclusión es importante enfatizar en los siguientes aspectos: a). La formación vocacional puede ser un eje alrededor del cual la práctica psicopedagógica puede definir propósitos, establecer estrategias, y vincularse con las exigencias de la vida cotidiana de los individuos; b). La psicología debe seguir construyendo teórica y prácticamente en el estudio de la formación vocacional; c). La formación vocacional es un proceso continuo que no debemos reducir a momentos de decisión vocacional y se manifiesta en el desempeño ocupacional diario; d). Todas las interacciones sociales, formales e informales, tienen un efecto de diversa índole y magnitud en la formación vocacional de los individuos (Rodríguez, 1993); e) favorecer que la orientación vocacional se inicie en los primeros años de estudio y no dejarlo solo al último grado de nivel superior.

Por ello, es importante que se retome el sentido de la definición de orientación educativa y vocacional e incidir en otros niveles educativos, interviniendo a nivel de promoción o prevención, no solo en nivel medio superior. Un ejemplo de esta necesidad es manifestada por Meza y Rosas (2004), en el nivel medio básico al describir a la orientación, particularmente en el área vocacional, alejada y contraria a sus finalidades. El objetivo será, dirigir líneas de trabajo que incidan en esos niveles y apoyen a los estudiantes a lo largo de su desarrollo y en momentos de críticos de transición.

 

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* Claudia Cecilia Norzagaray Benitez es maestra en Desarrollo Educativo con especialidad en Educación Basada en Competencias, Técnica académica del Laboratorio de Orientación Educativa del Programa Docente de la Lic. en Psicología de la universidad de Sonora. Licenciatura en Psicología, especialidad clínica. cecilian@psicom.uson.mx. Eloísa Maytorena Salazar es licenciada en Psicología egresada de la Universidad de Sonora, Orientadora educativa desde el año 2006 en el Laboratorio de Orientación Educativa del Departamento de Psicología y Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Sonora. Actualmente, cursa estudios de postgrado en Educación Basada en Competencias en Universidad del Valle de México. Correo: emaytorenas@hotmail.com. Anabel Montaño Bojórquez es licenciada en Psicología egresada de la Universidad de Sonora, Orientadora educativa desde el año 2006 en el Laboratorio de Orientación Educativa del Departamento de Psicología y Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Sonora. Actualmente labora como psicóloga en el Hospítal psiquiátrico "Cruz del Norte" y cursa diplomado en Formacion de mediadores en salud. Correo: anabelita8753@hotmail.com.