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Revista Mexicana de Orientación Educativa

versão impressa ISSN 1665-7527

Rev. Mex. Orient. Educ. vol.10 no.24 México  2013

 

Artículos

 

Correlatos entre funcionamiento familiar y apoyo social percibido en escolares en riesgo psicosocial1

 

 

Blanca Estela Barcelata Eguiarte2 ; Arturo Granados Maguey ; Alejandro Ramírez Ferrusca

 

 


RESUMEN

El objetivo central de este estudio fue analizar la relación entre funcionamiento familiar y el apoyo social percibido en escolares en riesgo psicosocial y nivel socioeconómico bajo -NSEB-, ya que es escasa la investigación de dichas variables con este tipo de población. Existe evidencia de que el funcionamiento familiar y el apoyo social percibido pueden funcionar como factores de protección en ambientes adversos, sin embargo, aún existen algunas inconsistencias. Los resultados muestran relaciones significativas entre ambas variables en particular entre la unión familiar y el apoyo familiar percibido. Asimismo, se aprecia que hombres y mujeres parecen percibir de forma similar el funcionamiento de sus familias y el apoyo social de diferentes fuentes, no obstante, sólo la mitad de los estudiantes de toda la muestra están de acuerdo en que sus familias los apoyan, son unidas y permiten la expresión emocional, por lo que podría considerarse un grupo en riesgo.

Palabras clave: Estudiantes, funcionamiento familiar, apoyo social percibido, riesgo psicosocial.


ABSTRACT

The objective of this study was to analyze the relationship between family functioning and perceived social support in students of psychosocial risk and low income contexts, because little research of these variables with this type population. There is evidence that family functioning and perceived social support can play a role protective in adverse contexts, however, data are inconsistent. The results show significant relationships between both variables, particularly between cohesion family and perceived family support. Data also show that boys and girls perceive how their families and social support them, nevertheless, only half of the students in the whole sample agree that their families support them and they are cohesive families and allow the emotional expression. Therefore, these students could be considered a risk group.

Key words: Students, family functioning, perceived social support, psychosocial risk


SUMÁRIO

O objetivo deste estudo foi analisar a relação entre o funcionamento familiar, apoio social percebido em estudantes de risco psicossociais e de baixo socioeconômico NSEB porque pouca pesquisa dessas variáveis com esta população. Há evidências de que o funcionamento da família e do apoio social percebido, podem atuar como fatores de proteção em ambientes adversos, no entanto, ainda existem algumas inconsistências. Os resultados mostram relações significativas entre as duas variáveis, em particular entre a unidade familiar eo apoio familiar percebido. Ele também mostra que homens e mulheres parecem igualmente perceber como as suas famílias e de apoio social de várias fontes, no entanto, apenas metade dos estudantes em toda a amostra concorda que suas famílias apoiá-los, são em conjunto e permitir a expressão emocional e, portanto, pode ser considerado um grupo de risco.

Palavras-chave: Estudantes, funcionamento familiar, apoio social percebido, o risco psicossocial.


 

 

INTRODUCCIÓN

Las exigencias de una sociedad globalizada han dado como consecuencia transformaciones estructurales en la familia (Valdivia, 2008). Las recurrentes crisis económicas se han convertido en uno de los estresores vitales en gran número de familias en la actualidad. Esta situación ha generado una cadena de acontecimientos que afectan la vida familiar poniendo a prueba la capacidad de adaptación de padres e hijos (Rodriguez, 2010). Por ejemplo, los padres han tenido que buscar ingresos y oportunidades laborales para proporcionar los medios básicos de subsistencia para sus familias (Matín, Fajardo, Gutiérrez & Palma, 2007) generando fenómenos como migración o incorporación a la fuerza de trabajo por parte de las madres, por lo que los roles tradicionales familiares se han modificado y las madres están menos tiempo al cuidado de los hijos, impactando su desarrollo.

La Organización Mundial de la Salud (World Health Organization -WHO-, 2011) reconoce que los adolescentes, en cuanto a bienestar y salud se refiere, tienen necesidades específicas y desafíos que pudieran ser obstáculo para su bienestar, tales como la pobreza, falta de un grupo familiar estable, nulo acceso a la información y servicios de salud, entre otros.

El Consejo Nacional para la Infancia y la Adolescencia (2010) indica que de adolescentes entre 13 y 17 años, 1,578,968 (22.5%) padecen pobreza alimentaria, y 2,144,375 (30.6%) pobreza de capacidades y recursos de apoyo para su desarrollo integral. Se reporta que el ingreso corriente promedio por hogar cayó -12.3% en términos reales entre 2008 y 2010 (Márquez, 2011).

El estudio de Benjet, Borges, Medina- Mora, Zambrano, Cruz y Méndez (2009) sobre prevalencia de eventos adversos como abandono, maltrato, abuso, pérdida o psicopatología de los padres, adversidad económica y enfermedad física grave, en adolescentes de 12 a 17 años, indica que un 68% de los adolescentes viven al menos un tipo de adversidad, mientras que casi el 7% han enfrentado cuatro o más eventos adversos.

Ciertamente, un alto porcentaje de adolescentes mexicanos parecen estar experimentando situaciones, que favorecen o ponen en riesgo su estabilidad física y emocional, como muestran los perfiles epidemiológicos de salud mental. De acuerdo a datos de la Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica en Adolescentes Mexicanos (Benjet, Borges, Medina- Mora, Zambrano y Aguilar-Gaxiola, 2009) alrededor del 40% de los adolescentes presenta algún problema emocional a lo largo de un año. Algunos de estos problemas se asocian a factores familiares y contextuales como el apoyo social, sin embargo dependiendo de las circunstancias pueden ser un factor de protección ya que compensan la presencia de adversidades.

El funcionamiento familiar, es decir, las relaciones que se establecen ente los miembros a partir de la comunicación y expresión emocional, así como de la solución de sus problemas y conflictos (Rivera, 1999; Rivera y Andrade, 2010), es un factor que va cambiando según las circunstancias a lo largo del ciclo vital de cada familia y de sus miembros, así como de condiciones socioculturales y económicas por lo que las madres han tenido que incorporarse al mercado laboral por lo que tienen menos tiempo para dedicarse a los hijos. Asimismo se aprecia una importante relación entre el funcionamiento familiar y las redes de apoyo social.

Ripoll, Carrillo y Castro (2009) exponen que aun cuando las condiciones cambien, los padres, en particular la madre, sigue teniendo el rol del cuidado de los hijos.

Por otro lado, aunque durante la adolescencia el logro de la autonomía y de la identidad es una tarea básica del desarrollo (Arenas, Durán y Heredia, 2008), generando cambios en las relaciones con los padres, se observa que la familia continua siendo una fuente básica de apoyo social (Bokszczanin y Makowsky, 2007). Por ejemplo se reporta que la percepción del clima o funcionamiento familiar se relaciona con la satisfacción vital de los adolescentes (Estévez, Murgui, Musitu y Moreno, 2008).

Mientras que la Encuesta de la Dinámica Familiar (Ribel, 2005), informa que dos de cada siete entrevistados consideran poco o nulo el cariño y apoyo que reciben en su hogar, Domínguez, Salas, Contreras y Procidano (2011) observaron que el área familiar es de la que perciben mayor apoyo los adolescentes, seguido de los amigos, y de personas significativas.

Por otra parte, varios problemas como el consumo de drogas (Morell, García, Gázquez y García del Castillo (2011), el comportamiento antisocial (Méndez y Barra, 2008; Quiroz, Villatoro, Juárez, Gutiérrez, Amador, Medina Mora et al., 2007), o la violencia escolar (Villarreal, Sánchez y Musitu, 2010), se pueden predecir a partir de variables familiares como la falta de comunicación, o de apoyo del padre o de la madre, rechazo e inestabilidad y maltrato por parte de los padres.

Otros estudios muestran que la existencia de recursos familiares, como una buena comunicación, la vinculación emocional y la cohesión familiar, se asocian con bienestar psicológico y que ello se relaciona con la percepción del apoyo social, el cual tiende a ser mayor, aún fuera de la familia, cuando hay un buen funcionamiento familiar (Jiménez, Musitu y Murgui, 2005; Rivera y Andrade, 2006).

Por otro lado, el apoyo social es un factor que también puede tener una influencia positiva o negativa en el desarrollo adolescente dependiendo de las circunstancias. Es un constructo con muchas dimensiones que suele tener influencia sobre la salud (Terol, López, Neipp, Rodríguez, Pastor y Martín-Aragón, 2004). Representa un fenómeno que implica elementos objetivos (sucesos y actividades) así como elementos subjetivos que dependen de la percepción y el significado otorgado por el adolescente (Feldman, Goncalves, Chacón, Zaragoza y de Pablo, 2008) que se deriva del intercambio de las personas que lo rodean y de los recursos que le brindan, dando como resultado el experimentar un soporte emocional tangible, el compartir intereses comunes, sentir comprensión y respeto por parte de los demás.

Específicamente el apoyo social percibido es la valoración que una persona hace de su red y los recursos que son evaluados subjetivamente en términos de disposición y satisfacción (Barrón y Sánchez 2001).

En la percepción del apoyo social intervienen personas significativas cercanas, dentro y fuera de la familia, que tengan que ver directamente en sus vidas, por ello para los adolescentes, sus padres, los amigos y pares, así como los maestros son fuentes de apoyo significativas que pueden contribuir a reducir el estrés y aumentar el bienestar emocional (Barra, Cerna, Kramm y Véliz (2006) en situaciones de presión o adversidad como las antes mencionadas.

Algunos estudios (Musito, et al, 2003) coinciden en que las mujeres reportan mayor apoyo de sus amigos, pero menos en su familia. Los adolescentes varones y sobre todo los más grandes percibían menor apoyo de la familia (Ripoll, et al., 2009). En población mexicana también se encuentra que el apoyo social percibido de la familia y de los amigos, se asocia de manera positiva al optimismo, al apego seguro, la satisfacción con el apoyo social (Domínguez, Salas, Contreras y Procidano, 2011).

A pesar de que se reconoce la importancia de la dinámica familiar y el apoyo social percibido en el desarrollo de los jóvenes (Cobos, 2008), la literatura muestra algunas inconsistencias en cuanto al funcionamiento de dichas variables dependiendo de las muestras y contextos determinados. El objetivo central de este estudio fue analizar la relación entre funcionamiento familiar y el apoyo social percibido en escolares adolescentes en riesgo psicosocial y nivel socioeconómico bajo –NSEB- con el fin de contribuir con datos que orienten el diseño de programas de prevención primaria en las escuelas.

 

MÉTODO

Participantes

Se seleccionaron de manera no probabilística 369 adolescentes escolares, 48.30% hombres y 51.70% mujeres, de 13 a 18 años de edad (M=15.42 y DE= 1.39) de una muestra más amplia de escuelas públicas de nivel medio y medio-superior ubicadas en zonas marginadas de los suburbios de la Ciudad de México, consideradas de alto riesgo (INEGI, 2011) y que a través de un tamizaje se identificaron con NSEB.

Instrumentos

Se aplicó un Ficha Sociodemográfica (Lucio; 2007) para medir algunas condiciones socio-económicas del adolescente y su familia.

Para evaluar el funcionamiento familiar, se aplicó el instrumento Evaluación de Relaciones Intrafamiliares -ERI- (Rivera, 1999; Rivera y Palos, 2010). Es una escala tipo Likert de 5 puntos, que va de 1=totalmente en desacuerdo a 5=totalmente de acuerdo.

Se utilizó la versión corta que consta de 13 reactivos que explora tres dimensiones: 1. Expresión, que evalúa la comunicación y la posibilidad de que los integrantes manifiesten de manera abierta sus sentimientos, ideas en un clima de respeto; 2. Dificultades que mide aspectos de las interrelaciones familiares que se evalúan por el individuo como negativas; y 3. Unión y Apoyo que evalúa la tendencia de la familia a realizar actividades en conjunto de apoyo y solidaridad mutua.

Las dimensiones o factores en su conjunto explican el 45.5% del total de la varianza. Presenta índices de confiabilidad altos (alfas de Cronbach de .95 a .92). En la medición del apoyo social percibido se utilizó la Escala de Apreciación de Apoyo Social –EAAS- (Martínez, 2004), adaptada para población mexicana de la Social Support Appraisal Scale de Cobb.

Consta de 23 reactivos tipo Likert, que va de 1 a 4 puntos, donde 1=es muy de acuerdo y 4=muy en desacuerdo, organizados en tres factores, 8 reactivos para Familia, 7 para Amigos, y 8 para Otros, que en su conjunto evalúa apreciación de apoyo social.

Se reportan alfas de Cronbach de .80 y .90 en su versión original, así como índices de .80 y de .77 en la versión adaptada y obtenidas en otros estudios (Martinez, 2004).

Procedimiento

Se contactaron a las autoridades de escuelas secundarias y bachilleratos públicos para aplicar los instrumentos de la zona oriente de la Ciudad de México.

Por cuestiones éticas se administró un consentimiento informado.

La aplicación fue voluntaria y confidencial por lo que los estudiantes contestaron de manera anónima. Los instrumentos se aplicaron de forma colectiva en los salones regulares de clases en grupos de un promedio de 35 estudiantes, con la presencia de 2 a 4 aplicadores y un supervisor o responsable del proyecto (PAPIIT IN303512-2).

A través de un proceso de tamizaje se seleccionaron sólo estudiantes que presentaron por lo menos seis indicadores de adversidad económica (escolaridad ambos padres, ocupación padres, ingreso mensual familiar, ingreso diario del adolescente) de los cuales se analizaron los datos del funcionamiento familiar y apoyo social percibido, en términos de frecuencias, diferencias de medias por sexo, con t de Student, así como de correlaciones bivariadas con coeficientes r de Pearson, a través del SPSS v. 15.

Resultados

La tabla 1 muestra los más altos porcentajes de los principales indicadores socioeconómicos, en la cual se aprecia que aproximadamente la mitad de la muestra de los padres y madres tienen estudios de primaria en primer lugar y en segundo lugar de secundaria, y que aproximadamente el 10% el total de la muestra de ambos padres no estudió. Por otra parte se observa que alrededor del 50% de los padres son empleados, mientras que las madres se dedican al hogar, sin embargo más del 10% del total de los padres reportan estar desempleados. En cuanto al dinero que reciben los chicos para gastos diarios, se tiene que la mitad de ellos tienen menos de $10.00. Por último, los datos muestran que el padre es el principal proveedor en la mitad de los casos, que más de la cuarta parte de los hogares es sostenido económicamente por ambos padres, y que la mamá es la proveedora única en más del 10% de toda la muestra. En la tabla 2 se presentan los reactivos de funcionamiento familiar –FF- y de apoyo social percibido –ASP- por sexo y de la muestra total de mayor frecuencia en la segunda opción de respuesta (de acuerdo) expresada en porcentaje. Aproximadamente la mitad de la muestra total percibe cariño, calidez, capacidad de escucha y unión por parte de su familiar, en particular mayor porcentaje de hombres que de mujeres. Por el contrario mayor porcentaje de mujeres perciben apoyo social de diferentes fuentes, ya sean amigos, familia u otros, aunque en general mas del 50% de toda la muestra sienten apoyo de su familia, se sienten valorados y respetados por otras personas, mientras que menos de la mitad de la muestra se siente amado y admirado por su familiar.

 


Tabla 1 - haga clic para agrandar

 


Tabla 2 - haga clic para agrandar

 

En cuanto al funcionamiento familiar, se aprecia que los hombres tienden a reportar mayores niveles de unión y apoyo familiar (t=1.962; p=.25), de expresión familiar (t=1.657; p=.63), y también de dificultades familiares (t=0.387; p=.38) que las mujeres, pero sin diferencias estadísticamente significativas (Figura 1).

 


Figura 1 - haga clic para agrandar

 

Por otra parte, la figura 2 muestra que las chicas tienden a percibir mayor apoyo social en todas las dimensiones que los chicos aunque sin diferencias estadísticamente significativas (t=-.614, p=.53 en ASP Familia y t=-.042, p=.911 en ASP Otros) excepto cuando proviene de los amigos (t=-4.405; p=.028).

Los índices de correlación producto-momento de Pearson (Tabla 3) muestran en general correlaciones estadísticamente significativas de moderadas a altas entre el funcionamiento familiar global y apoyo social percibido total. En particular se observan correlaciones positivas altas-moderadas entre unión y apoyo, y expresión familiar con la percepción de apoyo familiar y apoyo social de otros así como con el funcionamiento familiar total y el apoyo social percibido global. Solo se identifica una correlación negativa entre unión y dificultades, es decir, que a mayor unión menor dificultades y viceversa; la única correlación baja se presenta con apoyo social de amigos. También se aprecia relación negativa entre dificultades y expresión emocional, aunque su relación con todos los tipos de apoyo social percibido son positivas moderadas y altas. Por el contrario dificultades presenta correlaciones negativas significativas moderadas con todas las variables familiares y de apoyo social percibido. Esto es que los conflictos en la familia se relacionan en primer lugar con menor percepción de apoyo familiar, apoyo de otras personas significativas y de los amigos. Nótese que aunque con significancia estadística, la dimensión de apoyo social de amigos presenta bajos índices de correlación con todas las dimensiones del funcionamiento familiar. Asimismo el apoyo social percibido proveniente de otros presenta correlaciones positivas moderadas con unión y expresión familiar y aunque altas con apoyo social percibido familiar y de los amigos.

 


Figura 2 - haga clic para agrandar

 


Table 3 - haga clic para agrandar

 

DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

Los resultados permiten comprobar algunos datos que evidencian la importancia del contexto y condiciones de vida como la pobreza y del nivel socioeconómico en variables como el funcionamiento familiar y apoyo social (Bokszczanin, et al., 2007; Cobos, 2008). Algunos indicadores socioeconómicos muestran en primer lugar que a pesar de que los padres no cuentan con niveles de estudio altos, ya que prácticamente la mitad cursó la primaria, alrededor del 50% de las madres se dedican a las tareas del hogar mientras que más de la cuarta parte trabajan y contribuyen al ingreso familiar, ocupándose como obreros y como empleadas domésticas. Estos datos permiten inferir que es probable que las madres estén menor tiempo en casa, al cuidado y apoyo de los hijos, lo cual parece repercutir en la percepción que tienen sus hijos, no sólo de la unión familiar, sino del apoyo que reciben de sus familias, en particular por parte de las chicas, se manera similar a lo reportado en el estudio de con niños de NSEB (Rodríguez, 2010). Asimismo los resultados sugieren que la baja escolaridad de padres y madres podría estar influyendo en la calidad de la crianza de los hijos como indican otros estudios (Marquez, 2008), lo cual a su vez se ha relacionado con la capacidad que tienen los padres para moderar y modular la expresión de emociones de la familia, ya que sólo la mitad de la muestra total de los adolescentes acepta que en sus familias los conflictos se resuelven y se permite la expresión de emociones y afecto.

No obstante, en general los valores de funcionamiento familiar en unión y apoyo, así como expresión emocional se pueden considerar altos, mientras que los de conflicto son moderados, si diferencias debidas al sexo, tanto en hombres como en mujeres a pesar del nivel socioeconómico bajo y de la situación de riesgo psicosocial en la que se encuentran. Este hallazgo puede deberse a que son escolares y este puede ser un efecto protector (Quiroz, et al., 2007).

De cualquier forma, el hecho de que los porcentajes más altos de percepción de unión, apoyo, expresión y conflictos se encuentran alrededor de la mediana, se podría considerar que se trata de un grupo que podría estar en riesgo, si se considera que la unión o cohesión, así como la comunicación familiar son considerados como factores de protección, mientras que los conflictos se asocian con malestar emocional y problemas de conducta (Cobos, 2008; Rivera, et al., 2006), por un lado, y por otro que prácticamente la otra mitad de los estudiantes no percibe o percibe parcialmente un funcionamiento en términos generales satisfactorio de su familia siendo que éste se asocia a bienestar (Estévez, et al., 2008).

A pesar de que los valores de apoyo social percibido en general son moderados, se observa una tendencia a percibir mayor apoyo social de la familia tanto en hombres como en las mujeres, lo cual es importante porque podría estar funcionando como un elemento que compensa algunas adversidades socioeconómicas como lo muestran algunos estudios (Arenas, et al., 2008; Bokszczanin, et al., 2007; Jiménez, et al., 2005; Rodriguez, 2010). Sin embargo, y de manera similar al funcionamiento familiar, sólo la mitad de la muestra percibe el apoyo social, no obstante que se trata de una variable asociada al bienestar emocional (Barra, et al., 2006; Barrón, et al., 2001).

Por otro lado, existen diferencias en la percepción de apoyo social del adolescen te en función del género, siendo las mujeres las que perciben mayor apoyo. Llama la atención que la percepción de apoyo de los amigos por parte de los hombres sea baja en comparación con las chicas, lo cual puede estar reflejando distanciamiento de los pares que en una época pueden ser parte importante de su desarrollo (Domínguez, et al., 2011; Feldman, et al., 2008) pero que tal vez puedan ir sustituyéndose por otro tipo de relaciones como las parejas como sugiere Musito, et al (2003) al encontrar datos similares. Por contraste y al igual que en otros estudios las chicas perciben mayor percepción de apoyo de los amigos (Musito, et al., 2003; Rodriguez, 2011) aunque también de la familia, lo cual es un hallazgo positivo si se toma en cuenta que los chicos que perciben más apoyo familiar y de sus padres pueden afrontar mejor la presión de sus pares.

En suma, los resultados de este estudio muestran que en general tanto hombres como mujeres perciben de manera similar el funcionamiento familiar y el apoyo social, aunque las mujeres perciben mayor apoyo de sus amigos. Asimismo se observa que a pesar de que los puntajes en ambas variables son moderados y altos, es importante subrayar que en términos de frecuencias y porcentajes, sólo la mitad de toda la muestra percibe unión familiar y permisividad para la expresión emocional, así como apoyo social de la familia, de los amigos y de otras personas significativas, por lo que se sugiere que se trabaje más con este tipo de poblaciones para la promoción de comunicación efectiva y afectiva entre los adolescentes y sus padres, ya que el apoyo de pares en contextos de riesgo psicosocial no siempre resultan positivo. Esto reitera la necesidad de continuar investigando sobre otras variables familiares y dimensiones del apoyo social,

 

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1) Se agradece el apoyo a la DGAPA a través del Proyecto PAPIIT IN303512-2, UNAM.
2) Blanca Estela Barcelata Eguiarte. Doctora en Psicología por la Facultad de Psicología, Universidad Nacional Autónoma de México -UNAM-. Prof. de T.C. Definitivo FES Zaragoza y Tutora del Programa de Posgrado en Psicología. UNAM. Responsable y participante en proyectos PAPIIT, PAPIME y CONACYT. Presentación en congresos nacionales e internacionales y publicaciones en revistas indizadas nacionales e internacionales. Correo: b0_@hotmail.com Arturo Granados Maguey. Mtro. en Educación Superior por la Facultad de Filosofía y Letras. Universidad Nacional Autónoma de México. –UNAM- Técnico Académico Titular "B" Definitivo. División de Investigación y Estudios de Posgrado. FES Zaragoza, UNAM. Responsable y participante en trabajos de investigación PAPIME, PAPIIT. Presentación de trabajos a nivel nacional e internacional. Correo: dmaguey@gmail.com Alejandro Ramírez Ferrusca. Pasante de Psicología de la FES Zaragoza y becario del proyecto PAPIIT IN303512. Universidad Nacional Autónoma de México -UNAM-. Correo: alxoo88@hotmail.com