SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.10 issue25Orientación vocacional, las tensiones vigentesEntre adolescentes y adultos en la escuela Puntuaciones de época: Puntuaciones de época author indexsubject indexarticles search
Home Pagealphabetic serial listing  

Revista Mexicana de Orientación Educativa

Print version ISSN 1665-7527

Rev. Mex. Orient. Educ. vol.10 no.25 México  2013

 

Remando en La cultura

 

Hojas Sueltas...

 

 

Riverohl Foundation Inc.
Ciudad Universitaria, CU

 

 

24 de Junio, Día de la Natividad de San Juan el Bautista

A los afectados y damnificados por los efectos
de la corrupción, mas que por "Ingrid" y "Manuel".

"Solo tu voz rompe la bruma
Vas creciendo sombra a sombra"

Homero Aridjis

 

JUAN Y EL AGUA

Juan fue hijo de Zacarías e Isabel, ella concibió a Juan pese a su esterilidad. El milagro lo hizo el ángel Gabriel atendiendo las plegarias de Zacarías, a quien se le apareció justo cuando preparaba el incienso del rito religioso. Gabriel ordenó que se llamaría Juan el niño y que sería un hombre importante de dios. Zacarías le pidió una señal como evidencia de esa promesa. Complaciente con la solicitud, Gabriel lo dejó mudo. A los nueve meses nació Juan en el pueblo de Hebrón, a 30 kms. de Jerusalén. Zacarías deseaba que se llamara como él, nadie entendía lo que a señas trataba de decir, entonces se le ocurrió escribirlo, la elección desagradó a Isabel, entonces enérgica y enfática ordenó que se llamaría Juan, a Zacarías sorprendió la actitud de su esposa y cuando se disponía a reprocharle su rebeldía, recuperó el habla. Se dice que el Espíritu Santo bautizó a Juan en el vientre materno. La historia de Juan es más conocida como el bautista y más aún por haber bautizado al joven Jesús y todavía más aún por haber sido decapitado por el capricho, resentimiento y despecho de Salomé, una mujer que fracasó en su intento por seducirlo. En efecto, Juan perdió la cabeza por Salomé.

 

LA LEVEDAD DEL NAUFRAGIO I

En CU ha llovido mucho. El agua corre libremente en la explanada, se transforma en una pequeña pero generosa cascada al precipitarse por las escaleras, en los dominios del gran monumento al dios Tlaloc. ¿Sabías que la Biblioteca Central está dedicada a esta deidad?, ¿te percatas que los muros que custodian la escalinata se caracterizan por el rostro de este acuoso dios? El torrente llega a las islas, inunda la alfombra verde y prosigue implacable su fuga. Un velo de lluvia cubre el paisaje, que obliga a detener el paso y contemplarlo con una mezcla de resignación, melancolía y cierto embeleso...

El día en que llegaron las lluvias

Esperábamos al pepe. Llegaba de trabajar ya entrada y reposada la noche. Con la parsimonia del cansancio se desnudaba mientras preguntaba como nos "había ido" en el día. Con el tedio que se incuba en la rutina relataba lo más importante de su jornada. Encendía la radio y sintonizaba "Radio Mundo" no recuerdo en que cuadrante se encontraba. Escuchábamos en silencio solidario y fraterno música popular de distintos países. Así transcurría media hora o una hora, la oscuridad era tan leve como parda, los sonidos de la calle más aislados y nosotros más arrellanados en nuestros pensamientos. A la media noche en punto, la estación de radio se despedía con una pieza coral francesa: le jour ou la plu´e viendra , (P.Delanoe – G. Bécaud) era su rúbrica. Sentíamos que la pieza siempre era esperada y oportuna, porque después de su increscendo y apoteosis nos sumergía en la tranquilidad. El pepe consumaba su obra, apagaba el aparato y sigiloso volvía a su catre. Quizá allí comenzó entre nosotros cierto cul- to por la lluvia, en silencio y extasiados escuchábamos su sinfonía sobre el tejado de cartón de la vivienda, sobre tinacos, tanques...

 

LA LEVEDAD DEL NAUFRAGIO II

Desde hace días, he escrito esta carta o misiva en mi deseo. A diario, en un momento del día le imprimo ideas, reproches, imágenes y otras cosas que tu recuerdo provoca. Acuerdo conmigo que urge enviártela, pero también convengo que no tiene mucho sentido, porque el último encuentro lo convertiste en un acto diplomático de despedida, con un protocolo dictado por el hastío y la indiferencia. La energía y las sensaciones del duelo se niegan a ser enclaustradas en la cajita, cofre o baúl de los recuerdos, donde habitan las imágenes y tufos desprendidos de las poses artificiosas en las fotografías añejadas, de souvenirs, y minucias que han perdido valor o significado en la galería de recuerdos. También me niego a confinarte a este museo que curo con estragos solitarios, porque persisto en continuar mi diálogo unilateral y sordo, y entonces como orate converso contigo; imagino tus respuestas y trato en vano de imponerme sobre tus razones, nadie recibe el tributo por veraz o justo nadie triunfa tampoco hay perdedores. Todo queda suspendido en un ruidoso silencio, solo la lluvia y su impertinente sonido existe...

La levedad de las bolas

En el juego de billar existe una modalidad que se llama "pool" (creo así se escribe). Consiste en golpear una bola blanca e impactarla de rebote o carambola con las bolas de color, con el propósito de que una de éstas caiga en alguno de los hoyos que se encuentran en la periferia de la mesa. Gana el que mete más bolas. A veces me siento con un ánimo provocado por una carambola. Una determinada situación social de las que confronto en mi vida es como una bola blanca que se impacta en una roja, azul, verde, .... y cuya naturaleza es distinta, pero que tiene un efecto anímico similar: me impacta y me tira en un hoyo, del que he podido salir con dificultades (en una semana, un mes o más...), y con el sentimiento fatal que provoca la continuación del juego.

 

EPÍLOGO I

"Por lo demás, la gente sigue siendo buena, triste e inmensamente pobre, como corresponde a los habitantes de la capital de un país en vías de desarrollo Y a punto de irse, completamente, a la chingada"1

Jaime Augusto Schelley

EPÍLOGO II

"Se me ocurre una explicación: escribir es el último recurso cuando se ha traicionado"2

Jean Genet

Rúbrica final del naufragio

Va el mensaje en la botella, va en el torrente de agua, pasa junto a Tlaloc, atraviesa las islas... haber donde llega y si te llega... El naufrago no espera nada.

Verano tempestuoso del 2013

1) Fragmento del poema ” Guía de la Ciudad de México”, en República de Poetas (1985), compendio de Sergio Mondragón, Martín Casillas Editores. Méx. (p.376)
2) El fragmento utilizado en forma de epígrafe corresponde a la gran escritora francesa Annie Ernaux, con el cual presenta su novela El Lugar (2002), Edit.
Tusquets.

Creative Commons License