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Stylus (Rio de Janeiro)

versão impressa ISSN 1676-157X

Stylus (Rio J.)  no.35 Rio de Janeiro jul./dez. 2017

 

ARTIGO BILÍNGUE

Incesto: el Tabú de Edipo. Cuando la función del "por lo menos uno que no" es fallida1

 

 

Agustina Saubidet Bourel

 

 


RESUMEN

Desde muy temprano Lacan supo resaltar los efectos devastadores del incesto, ubicando esta cuestión en términos del estrago (ravage). En general, esta parece ser la referencia más común que se utiliza en los casos de incesto para dar cuenta de la gravedad sintomática de los pacientes. Sin embargo, cuando Lacan desarrolla el nudo borromeo en Seminario 22 (Complejo de Edipo - realidad psíquica freudiana), le confiere a la interdicción del incesto un carácter estructurante y simbólico, por ser, al decir de Lévi-Strauss, la norma/intervención (universal y particular a la vez) que permite el pasaje de la naturaleza a la cultura. Estas referencias nos imponen entonces rever la question del incesto en términos lógicos de las fórmulas de sexuación y no ya tanto desde el sentido descriptivo del asunto, visibilizando la falla estructural de la función del "por lo menos uno que no" (desarrollada durante los Seminarios 18, 19 y 20) y sus implicancias a nivel del Complejo de Edipo (como cuarto que anuda los tres registros) y de las políticas de goce. Sin dudas, la mujer como objeto de goce, desarrollada en el Seminario 14, más los recientes aportes de Silvia Federici sobre las mujeres, el cuerpo y la acumulación originaria, será un pasaje necesario para entender el lugar de la mujer y del capital en toda esta question tan extraña como ominosa.

Palabras clave: Incesto; Avuncular; Lévi-Strauss; Goce.


 

 

Introducción

En la época de Freud en el Paris de Charcot, entre 1858 y 1869, se verificaron 11.576 casos de personas acusadas de violación; las víctimas, en su mayoría, eran mujeres menores de 16 años, incluso de hasta 4 y 5 años de edad (Giberti, 2014).

En la actualidad, según la OMS, el 20% de las mujeres han sido abusadas sexualmente en su infancia, mientras que de los hombres, entre el 5 y 15%. La mayor parte de los casos se trata de abusos a nivel intrafamilar. Generalmente, permanecen ocultos.

Los pocos casos denunciados y finalmente condenados por la justicia son aquellos de estrato socio-económico-cultural bajo. Éstas, entre otras razones, nos han llevado a interrogarnos sobre las particularidades de este tipo de abuso.

Luego de más de 10 años de investigación sobre el tema2 - que incluye no sólo la mirada del psicoanálisis, sino de otros saberes de los cuales el psicoanálisis se ha nutrido: antropología, economía, filosofía y topología -, hemos logrado aislar ciertas particularidades clínicas que de ninguna manera deben universalizarse, pero sí tener en consideración. Quisiéramos aclarar que todos los casos a los que se hace referencia, se trató de mujeres adultas, abusadas durante su infancia por abuelos, padres, hermanos, tíos o padrastros, en reiteradas oportunidades y de diferentes formas. Con una característica general: el silencio.

Hasta el día de hoy el abuso es vivido y recordado por las pacientes con culpa, y su recuerdo conserva absoluta nitidez sensorial (como si el tiempo no hubiera hecho mella en él). Su afectación parece intacta. Tomamos aquí como referencia el concepto freudiano de signos perceptivos (ligado a la noción de hipernítido): es un tipo de huella mnémica altamente resistencial, que el trabajo de la cadena significante no logra horadar, pues su material psíquico corresponde a inscripciones primerísimas, originarias, y/o bien a situaciones traumáticas, que pueden presentarse en cualquier momento de la vida y que desbordan las posibilidades de tramitación que tiene hasta el momento ese aparato psíquico.

A nivel temporal, el relato oral de las pacientes presenta un trastrocamiento. No está afectado el modo verbal sino el tiempo. Una suerte de pasado presente continuo.

A nivel de la escritura, pueden presentarse cambios de lugar de letras o reemplazo parcial. Lo llamativo es que el significado se conserva. A nuestro entender esto puede darse si se mantiene alguna referencia al sentido dada por la musicalidad de lalangue, al ubicar ciertas sonoridades (fonemas) en lugares muy específicos; sirviendo, esta posición, de referencia al armado de una significación. No se trata de un neologismo.

Se escucha con gran frecuencia, en estas pacientes, superposición y confusión de nombres, lugares y funciones. Su relato es desordenado. Hay pérdida de referencia discursiva a nivel de la significación (pero lo llamativo es que esto depende del tema que se trate).

A nivel espacial, pérdida de la diferencia entre un adentro y un afuera, como así también su borde. De esta manera, pueden presentar episodios de pérdida de referencia en el armado espacial, evidenciando una caída del cuerpo, pérdida en su sostén.

A nivel corporal también se observa, de repente, una explosión de angustia desbordante que parece tomar todo el cuerpo. Un exceso sin palabras, sin medida. Exceso que se manifiesta en la voz y en los gestos corporales. Lo intenso toma el cuerpo y lo desborda.

Presencia recurrente de accidentes y situaciones de riesgo, a veces buscadas (consumos excesivos, intentos de suicidio, etc.) sin registro de cuidado del cuerpo. En otros casos, sin conciencia de riesgo. Suele decirse: "de acting en acting".

Resulta difícil e inútil realizar un diagnóstico estructural del tipo neurosis o psicosis. Por momentos se las escucha "muy neuróticas" (sobre todo en lo concerniente al ámbito laboral) y en otros momentos muy desanudadas, desarticuladas. Excesivas: "muy locas".

Se observa también una confusión entre el plano de la fantasía y de la realidad. Por ejemplo: para estas pacientes no es una fantasía que sus hermanas se puedan acostar con sus maridos, es una realidad; como si la función del losange del fantasma, aquella que garantiza la distancia entre la cosa y el sujeto, por momentos, dejara de operar.

En todos los casos se observó antecedentes de incesto en la familia.

Otro dato llamativo: los abusos sexuales cesan cuando la menor entra en la adolescencia, es decir, se encuentra biológicamente lista para procrear.

Por otro lado, si uno lee en detalle el manejo intrafamiliar del dinero es llamativo notar una gramática económica similar en todos los casos; una orden superyoica que podría resumirse bajo la siguiente fórmula: 'gozar con lo más propio al menor costo' (junto con las relaciones de poder que de allí se desprenden).

No es raro encontrar así personajes familiares que son económicamente sustentados por los pacientes; pacientes que son tratadas literalmente como esclavas, "usufructuadas" por su madre o su padre, sin posibilidad de salida hacia lo exo. Historias de reiterados fracasos amorosos (en su mayoría por maltrato y abuso) que las restituye una y otra vez al lado de sus madres, donde siguen ocupando el mismo lugar de objeto resto. Recordemos, tal como lo señala Freud en Sobre la iniciación al tratamiento (1913/1991), el dinero nos muestra los manejos en relación al poder donde también coparticipan factores sexuales.

La justicia suele sancionar a quien ejecuta el acto (aunque rara vez se los condena realmente), pero en general quedan totalmente invisibilizados otros personajes siniestros que, de esa denegación sistemática del abuso, algún provecho han sacado. Muchas veces estas pacientes, en sus intentos siempre fallidos de lograr una salida exogámica hacia el armado de su propia familia, vuelven una y otra vez, al lado de sus madres, como si no hubiera para ellas otro lugar posible.

Ahora bien, ¿qué es lo que puede estar enlazando esta pluralidad heterogénea de "expresiones sintomáticas"? Siguiendo a Lacan (1976-1977, inédito) en el Se minario 24, clase del 11 de enero de 1977, si al inconsciente hay que eliminarle la gramática pero no su lógica, para entender la cuestión del incesto será central analizar estas premisas en términos lógicos y no meramente descriptivos, desprendiéndonos así de la gramática imaginaria, que no hace más que arrojar un sentido común, invisibilizando lo central en su abordaje: sus políticas de goce. Entendemos aquí, por políticas de goce, un modo determinado de distribución del goce, efecto del discurso - es decir, un cierto número de relaciones estables, fundamentales (Lacan, 1969-1970/2002, pp. 10-11).

 

Lacan con Lévi-Strauss: Las estructuras elementales de parentesco

Ya en Función y campo de la palabra (Lacan, 1953/1985), Lacan nos advierte sobre los efectos devastadores que los casos de incesto muestran. Sin dudas, la referencia a Lévi-Strauss y a Las Estructuras Elementales de Parentesco (1949/1981) será la clave para develar este misterio. Allí se enuncian tres cuestiones centrales para el psicoanálisis:

1) El pasaje de la naturaleza a la cultura es irreversible y está dado por una intervención que inaugura la cultura: "la ley de prohibición del incesto" que tiene la característica de ser universal en su estructura (pues en toda cultura hay por lo menos un elemento que está prohibido), pero particular en su contenido (lo que varía de cultura en cultura es la significación particular que asuma esa regla y el elemento particular sobre el que recae la prohibición). De esta manera, como ya lo había demostrado Malinowski (1932/1975) - referencia tomada por Lacan en 1938 - el complejo de Edipo no es universal. Es una versión particular que asume la interdicción del incesto, ligada al modelo de familia que propone al modo de producción capitalista, con las particularidades que eso implica.

2) La prohibición del incesto contiene un aspecto prohibitivo y otro aspecto habilitante: por un lado, prohíbe; al mismo tiempo, habilita el movimiento hacia la exogamia, en búsqueda de aquello con lo que sí puede enlazarse. Es decir, exige hacer lazo con el afuera, con lo diferente, con lo otro, pero no de cualquier modo.

3) La ley de prohibición del incesto es una ley básicamente económica, no moral. Implica la distribución y los modos de circulación e intercambio de bienes, entre los cuales Lévi-Strauss ubica a las mujeres; pero no a todas, pues no todas las mujeres son deseables, constituyéndose entonces como un bien escaso. Debido a esto, la cultura debe intervenir para regular su distribución y asegurar su supervivencia. De esta forma, los modos de familia de cada cultura responden al modo económico que precisa esa cultura para subsistir. El modo económico no son sólo las formas de distribución del excedente de bienes, sino también sus formas de consumo.

Según Françoise Héritier (Héritier, Cyrulinik, Naouri, Vrignaud, & Xanthakou, 1995, p. 8):

La prohibición del incesto no es otra cosa que una separación de lo mismo, cuya acumulación, por lo contrario, es temida como nefasta. Recíprocamente, la búsqueda del incesto no sería posible sino en una cultura en la que la acumulación de identidades sea buscada como algo del orden de lo fausto.

Esta lógica acumulativa de lo idéntico, que propone el incesto - donde todas las mujeres que debieran donarse en intercambio son acumuladas para sí - va en contra de la subsistencia de la cultura como tal, pues al satisfacerse con los propios bienes, no cede nada, ni intercambia con lo exo, negando la diferencia. Se acerca el incesto al imperativo de goce del modo de producción capitalista: "gozar con lo más propio" "acumular lo idéntico" "no perder nada". ¿Es que acaso entonces incesto y capitalismo son sinónimos en términos lógicos en su modo de funcionamiento?

 

Lacan con Marx: El cuerpo generador de plusvalía

Durante las Conferencias y charlas a universidades norteamericanas, Lacan (1975, inédito) asevera que el primero que tuvo la idea de síntoma es Marx; y agrega: "El capitalismo se señala por cierto número de efectos que son síntomas; es un síntoma en la medida en que Marx imputa a la humanidad tener una norma; y él elige la norma proletaria."

En esa misma época, en Seminario 22: RSI, Lacan vuelve a insistir con que el origen de la noción de síntoma hay que buscarlo en Marx, en el particular enlace que hace entre capitalismo y el tiempo feudal. Y afirma: "El capitalismo es considerado como teniendo ciertos efectos. Esos efectos son benéficos, puesto que tienen la ventaja de reducir a nada al hombre proletario." (Lacan, 1974-1975/1989, p. 93, inédito).

Y continúa:

Si hacemos del hombre, no ya la que vehiculiza un futuro ideal sino si lo determinamos por la particularidad en cada caso de un inconsciente y de la manera en que goza de él, el síntoma queda en el mismo lugar donde lo ha hecho Marx. Pero adquiere otro sentido: no es un síntoma social, es un síntoma particular.

Sin duda, esos síntomas particulares tienen tipos, y el síntoma del obsesivo no es el síntoma de la histérica. (Lacan, 1974-1975/1989, p. 93, inédito)

De esta manera, es esencial tener en cuenta las gramáticas económicas particulares que inscribe el capital sobre los cuerpos (vía los saberes y poderes), para así deconstruirlas hasta aislar su lógica y entender cómo operan.

Siguiendo a Marx (1844/1993), la lógica del modo de producción capitalista parte de la separación de los medios de producción, de la fuerza de trabajo (esto no sucede así en otros modos de producción). Se divide así en dos clases: (1) proletaria, que sólo posee su fuerza de trabajo (energía humana que se necesita para producir), que vende como mercancía a cambio de un salario (dinero) a la (2) clase burguesa; esta otra clase (de origen comerciante) es dueña de los medios de pro ducción, pero no produce. Paradójicamente se queda con la ganancia producida por otros (plusvalía que acumula, generando capital, trabajo humano acumulado). Es decir que por el sólo hecho de ser dueña de los medios de producción, la burguesía vive de lo producido por otros cuerpos (proletarios) a los que toma y compra como objetos para autosatisfacerse. Así, la clase burguesa no pierde nada, no pone nada, no dona nada.

Será central entonces, tal como lo señala Lacan a comienzo del Seminario 20 (1972-1973/2015), pensar la idea de usufructo; junto con la idea de propiedad pri vada, articulación particular del modo de producción capitalista (pues existen otras formas de propiedad que no son privadas) como punto central para pensar sus efectos sobre las políticas de goce.

Recientemente, la socióloga italiana Federici (2015) realizó una punzante crítica al pensamiento de Marx: éste omitió hacer referencia a la acumulación originaria producto de la explotación histórica del cuerpo de las mujeres (pues por no generar dinero, al no estar remunerados, sus trabajos no eran considerados).

Si las mujeres son un bien - tal como lo piensa Lévi-Strauss y Lacan rememora durante el Seminario 14, clase del 12 de abril de 1967 (la mujer como objeto de goce) (Lacan, 1966-1967/1989) -, este bien, a diferencia de otros bienes, posee un valor económico de más: a su escasez y su capacidad de reproducción, se le suma su capacidad de trabajo. En el modo de producción capitalista, ese valor de más queda en manos del hombre que la posea (versión triste del patriarcado). Pero recordemos las palabras de Lacan (1971, inédito): el dinero no es la única forma de generar plusvalía.

"El cuerpo como objeto de goce" (del Otro) parece ser la gramática que propone el modo de producción capitalista: se parte siempre de una estructura desigual de explotación, que se refleja de igual manera a nivel lógico en la estructura del fantasma de "pegan a un niño", donde un otro se abusa de un otro en inferioridad de condiciones. Es decir, se parte de una relación de poder, marcada por la desigualdad, de lo cual se saca provecho; donde el grado extremo de esta lógica sería el incesto.

El cuerpo en posición "proletario" es tomado así como objeto mercancía, del cual se extrae la plusvalía (Marx, 1867/1987), que le suma al valor de uso (ligado a la necesidad) el valor de goce (Lacan, 1966-1967/1989, clase del 12 de abril de 1967), un plus-valor, un valor de más, y con esto lo que se puede usufructuar de allí al menor costo.

No se trata de la materialidad de un cuerpo pensado en términos biológicos, hombre o mujer, se trata de pensar al cuerpo como una superficie que por efecto no sólo de lalangue, sino del discurso, se constituye como un cuerpo sexuado de una determinada manera, a una determinada posición en relación al goce y a sus políticas, desde múltiples planos, atravesados no sólo por significantes desordenados, sino por poderes, saberes y discursos (Foucault, 1992), que son mucho más complejos que los simples binarismos cienciobiológicos macho-hembra.

Se trata en todo caso de pensar qué modos de goce estructurales e históricos están puestos allí en juego (Foucault, 1980), sobre esa superficie, sobre esa narrativa singular.

 

El avuncular y los Nombres-del-Padre

Lévi-Strauss en El análisis estructural en lingüística y en antropología (1945/1987), crea lo que llamó el átomo elemental de parentesco (compuesta por cuatro elementos, cuatro actitudes, tres relaciones) átomo que le agrega a la tríada freudiana-biológica (papá-madre-hijo) un cuarto término (cultural/simbólico): el avuncular o tío materno, "condición de la estructura", el representante del padre de la madre, marca de la intervención de la cultura sobre lo biológico (Lévi-Strauss, 1945/1987; Basualdo, 2010).

Sobre este término avuncular recae la prohibición, pues la posibilidad de alianza con lo exo parte de resignar el goce sexual con su hermana y donarla como objeto de intercambio (quedando excluido de la posibilidad de alianza con lo idéntico). Dicho en otras palabras, para que haya intercambio simbólico es condición primera resignar algo del goce con lo uno (con lo propio).

Teniendo en cuenta su carácter polisémico del avuncular que le otorga Lévi-Strauss (1945/1987), algunas de sus posibles traducciones al psicoanálisis, en términos de función, podrían ser: el padre como nombrante (Lacan, 1974-1975/1989), el padre como dador (Lacan, 1956-1957/2016), el padre real (Lacan,1969-1970/2002), el padre de la horda que debe quedar excluido (Lacan, 1969-1970/2002, 1971-1972/2012), etc.

Al interior de la estructura, es el representante del padre de la madre, del nombre del padre de la madre, un "nom" (en homofonía en francés con nombre, apelli do y no) que la madre traduce como un no, tal como lo presenta Lacan (1973-1974, inédito) en la clase del 19 de marzo de 1973.

Será entonces esencial para entender el incesto analizar el vínculo entre el cuarto y el producto de la alianza (hijo) pues, en términos de actitudes, por ejemplo, es opuesto a la relación del padre con el producto (Lévi-Strauss, 1945/1987). De esta manera, la antropología muestra como otras de las funciones del cuarto es equilibrar la estructura. Tengamos presente que para Lacan, la función del tío materno (simbólico) y del padre (biológico), en nuestra cultura, están mezcladas y superpuestas, atreviéndonos a pensar que la función del tío materno es una de las funciones del Nombre-del-Padre en términos simbólicos (Matus, 1996).

Cabe resaltar que de ninguna manera se trata de la materialidad biológica del tío materno, sino de lo que va a su función. A veces, a pesar del horror vivido, en los casos de incesto se observa que el arte o el estudio, funcionaron de cuarto y de salvación a ese infierno, siendo la función del cuarto, tal como lo propone Lacan en el Seminario 22 (1974-1975/1989) anudar y diferenciar los tres registros necesaria para el armado de la estructura borromea edípica.

 

El cuarto como condición de la estructura: "al menos uno que no"

Durante los Seminarios 19 y 21 Lacan inventa el verbo Unier (1971-1972/2012) - tal como lo presenta en la clase del 14 de junio de 1972 - cuya particularidad es que, al mismo tiempo que niega, arma y reafirma el conjunto. Existe al menos uno que dice que no a la función fálica (Lacan, 1972-1973/2015), elemento cuya función es quedar excluido del conjunto, para que el conjunto exista. Esta función del Nombre-del-Padre queda ligada al Unier, al negar-unir. Un padre que anuda un deseo a la ley, que une la lógica al mito, siendo la madre la encargada de traducir ese nombre por un "no", introduciendo el fundamento de la negación.

Sin esta función de excepción no hay límite posible, no hay regulación, no hay armado de estructura, no hay conjunto, no hay borde, no hay límite. En otro plano, cuando el nombre (nom) se desenlaza del parentesco vuelve al cuerpo un "cacho de carne" sin velar (Calmels, 2007; Cao Gené, 2008). Un mero objeto de goce de un Otro "sin barrar".

Si tal como lo piensa Lévi-Strauss (1945/1987), los términos del parentesco son ante todo términos de discurso, no se trata el incesto de un hecho de consanguineidad biológica, sino de superposición de funciones, de lugares y términos dados por la falla en la operatoria de esta ley inaugural que implica, en términos de las fórmulas de sexuación, la función del "por lo menos uno que no". En los casos de incesto lo que puede escucharse es que ahí no se ha excluido nada. El padre de la Horda ha vuelto, gozando con lo más propio, haciendo estallar al conjunto. El campo de lo imposible se ha vuelto posible y con esto el nombre se ha desenlazado del cuerpo, perdiendo ambos su sostén simbólico, produciéndose un puro exceso descarnado: tropmatisme (Soler, 1998/2007). La fantasía edípica se ha vuelto real. Lo más íntimo se ha vuelto radicalmente lo más extranjero.

Esto explica porque en los casos de incesto se observan estos relatos desordenados; ese exceso desregulado, invasivo, que toma al cuerpo, que la cadena significante no logra horadar; acompañada de un trastocamiento en el cronos-lógico del relato y del sentido común que se desprende de la significación fálica compartida. Vemos entonces por qué vuelve imposible realizar cualquier diagnóstico por estructura, pues lo que está fallado es su condición.

Si el incesto y el capital comparten el mismo imperativo de goce: 'gozar con lo más propio, al menor costo', 'acumular lo idéntico', 'sin querer pagar un precio por la castración', lo que está perdida es la función esencial del don, de excluir lo que no; y con esto, la condición necesaria para que el losange opere. De esta manera, la distancia esencial entre el sujeto y la cosa se ha tachado y con esto, la función de la palabra y su campo. Es lógico entender ahora porque Lacan sentencia en el Seminario 24 (1976-1977, inédito), clase del 15 de marzo de 1977: hay relación sexual sólo incestuosa o asesina.

La prohibición del incesto entonces no se trata tanto de una cuestión de parentesco biológico (pues los nombres y sus funciones son efectos de la ley). Se trata de una intervención simbólica estructurante, cuya función es excluir al menos un elemento de la posibilidad de goce con lo mismo, para que la alianza con lo exo pueda darse y con esto, las leyes de intercambio y reciprocidad que garantizan la subsistencia del universo simbólico en los términos más amplios (Lévi-Strauss, 1949/1981).

 

Referencias bibliográficas

 

 

Recebido: 14/10/2017
Aprovado: 15/01/2018

 

 

1 El trabajo original presentado el 8 de septiembre de 2017 en el II Simposio Interamericano da IF- XVIII Encontro Nacional da EPFCL- RJ. Brasil. Para su publicación en la revista Stylus fue modificado y ampliado.
2 La mayor parte de la descripción de estos síntomas que enunciaremos a continuación son el resultado de un trabajo de investigación bibliográfica y clínica, que concluye en el Proyecto de Investigación UBACyT 2014-2017, El Psicoanálisis y otras disciplinas: lazos contemporáneos y sus antecedentes en la obra de Freud y Lacan. Facultad de Psicología UBA, dirigido por Clara Azaretto y Cecilia Ros; junto al trabajo de tesis de Maestría en Psicoanálisis de la UBA. Aquí tan sólo presentamos un adelanto, a fin de esclarecer la temática, ampliando un poco la presentación original del Simposio de RJ, que fue más acotada.

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Recebido: 14/10/2017
Aprovado: 15/01/2018

 

 

1 El trabajo original presentado el 8 de septiembre de 2017 en el II Simposio Interamericano da IF- XVIII Encontro Nacional da EPFCL- RJ. Brasil. Para su publicación en la revista Stylus fue modificado y ampliado.
2 La mayor parte de la descripción de estos síntomas que enunciaremos a continuación son el resultado de un trabajo de investigación bibliográfica y clínica, que concluye en el Proyecto de Investigación UBACyT 2014-2017, El Psicoanálisis y otras disciplinas: lazos contemporáneos y sus antecedentes en la obra de Freud y Lacan. Facultad de Psicología UBA, dirigido por Clara Azaretto y Cecilia Ros; junto al trabajo de tesis de Maestría en Psicoanálisis de la UBA. Aquí tan sólo presentamos un adelanto, a fin de esclarecer la temática, ampliando un poco la presentación original del Simposio de RJ, que fue más acotada.

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