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Vínculo

versão impressa ISSN 1806-2490

Vínculo vol.15 no.1 São Paulo jan./jun. 2018

 

ARTÍCULO

 

Vínculos y subjetividades en la era digital

 

Links and subjectivities in the digital era

 

Vínculos e subjetividade na era digital

 

 

María Cristina Rojas*

Asociación Argentina de Psicología y Psicoterapia de Grupo

Dirección para correspondencia

 

 


RESUMEN

Este artículo toma en cuenta inicialmente que el nacimiento y devenir de lo humano es inseparable de las tecnologías, características de cada época. Estas a la vez son producto de su tiempo y productoras de las subjetividades y vínculos que lo habitan.
Destaca que múltiples condiciones del mercado neoliberal favorecen el individualismo y la afectación consecuente de los vínculos, por ello no considera a las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) responsables de ciertos desvínculos de hoy, como suele afirmarse, sino entretejidas en tramas constructivas.
Analiza las nuevas problemáticas que van emergiendo a partir de los usos y abusos de las TIC, señalando también desde otra perspectiva que las mismas suponen la construcción de habilidades cognitivas y formas sensitivas aun no exploradas.

Palabras clave: Vínculos; Era digital; Subjetividad.


ABSTRACT

This article assumes, to start with, that birth and death of the human being cannot be separated from the typical technologies of its time. These, in turn, are a product of their time and produce the subjectivities and links that are part of it. It points out that multiple conditions of the neoliberal market favors the individualism and change that result from the links, as they don’t take into consideration that the TIC (Information and Communication Technologies) responsible for some present disruptions, as it claims, are woven into constructive plots. It analyses the new problem that emerge from the overuse the TYC, showing too, from another perspective, that these problems require the building up of unexploited cognitive skills sensitive forms.

Keywords: Links; Digital era; Subjectivities.


RESUMO

Este artigo toma em conta inicialmente, que o nascimento e o suceder do humano são inseparáveis das tecnologias, características de cada época. Estas, por sua vez, são produto de seu tempo, e produtoras das subjetividades e vínculos que o habitam. Destaca que múltiplas condições do mercado neoliberal favorecem o individualismo e a afetação consequente dos vínculos, por isso, não considera as TIC (Tecnologia de Informação e Comunicação) responsáveis por certos desvínculos de hoje, como se costuma afirmar, porém, entretecidas em tramas construtivas. Analisa as novas problemáticas que vão emergindo a partir dos usos e abusos das TIC, assinalando também, sob outra perspectiva, que as mesmas supõem a construção de habilidades cognitivas e formas sensitivas ainda não exploradas.

Palavras-chave: Vínculos; Era digital; Subjetividade.


 

 

Tecnologías: historias, amores y temores

Nuestras vidas transcurren en el mercado neoliberal y global, sujetados por ende, entre otras condiciones, a la lógica del consumo y la amenaza de la exclusión social. Se desdibujan las fronteras entre lo íntimo y lo público, en el imperio de la "extimidad", (Sibilia, 2009) y se borronean las diferencias entre niños y adultos, que la modernidad acentuara. El flujo y la vertiginosidad caracterizan tanto el discurrir cotidiano como la imparable evolución tecnológica, que opera en distintos planos.

No obstante la pregnancia de estas temáticas en la actualidad, es preciso considerar que el nacimiento y devenir de lo humano es inseparable de las tecnologías: el primate, en grupo, se humaniza, se yergue a la par que empuña una herramienta y va organizando el lenguaje. Las Edades prehistóricas fueron en alguna época nominadas por los elementos preferencialmente utilizados en instrumentos, asociados a técnicas transformadoras del mundo (Piedra, Bronce, Hierro, etc.) Homo habilis, para muchos el más antiguo antepasado del orgulloso homo sapiens sapiens, construyó herramientas de piedra y de hueso. Desde entonces, y ya en tiempos históricos, cada pueblo inventó e implementó herramientas, máquinas, en fin, recursos tecnológicos. Todavía podemos disfrutar de las producciones de los ingenieros romanos y las enigmáticas construcciones egipcias, entre tantas otras. Habitaciones, tumbas, utensilios, y por supuesto armas, destinadas a la supervivencia, pero también a la búsqueda de dominio.

Las tecnologías se enlazan en una compleja trama sociocultural que va construyendo, en cada época, subjetividades y vínculos. Ellas, las tecnologías, en su diversidad, son producidas y a la vez producen lo humano. No hay antes y después, ni uno sin otro. En la actualidad, el mundo digital constituye un universo de producción subjetiva y vincular, que da lugar a lazos y configuraciones subjetivas difícilmente atrapables en conceptos previos. Si somos constructo de carne y de leyendas, como Viñar señala, el mito y la leyenda hoy también se despliegan en mundos virtuales. (Viñar, 2009)

La era de la imprenta –inaugurada alrededor del año 1450- constituyó un hito en la configuración de una humanidad "gutenberguiana". La difusión del libro fue dando por tierra con la cultura reservada a las élites. Luego, los medios de comunicación e Internet, ratificaron la democratización de un saber que se fue tornando accesible a gran parte de la población. (Eco, 1990) No a todos, ya que hay también en nuestro mundo numerosos analfabetos o semianalfabetos digitales por exclusión social. Al mismo tiempo, podríamos pensar que esta mayor accesibilidad a las pantallas está siendo utilizada desde la modernidad y especialmente hoy, como elemento de una dominación persuasiva y distractora. Trasmisiones engañosas y entretenimientos frívolos en la televisión, videogames violentos y atrapantes, páginas pornográficas, y las delicias de los vínculos y recorridos virtuales, que proponen realidades alternativas a la cotidianeidad, contribuyen ampliamente a diseñar subjetividades adaptadas a las expectativas del mercado neoliberal. Las pantallas condicionan todas las áreas de la vida, inciden en nuestras grandes y pequeñas decisiones. Paradojalmente, la cultura de masas, tan temida en su momento por las minorías aristocráticas, se ha convertido en la era digital en elemento de control de las subjetividades. Claro está que en los intersticios de lo homogeneizante surgen propuestas diferenciadas, que abren para muchos la posibilidad de construir lo singular, resistiendo los mandatos predominantes: "hacerse" en diferencia.

En cuanto a aquellos que viven en situaciones de exclusión social, carecen de los beneficios de algunas tecnologías, como los frecuentes y diversos cuidados corporales que contribuyen a una vida más larga y de mayor calidad. Ello incluye distintos estudios y chequeos periódicos, así como ciertas pautas que se consideran ligadas a la preservación de la salud, por ejemplo, formas de alimentación privativas de los grupos incluidos en el universo del consumo. Por lo demás, quienes viven con carencias básicas asisten, eso sí, en infinitas pantallas, a la opulencia de los otros. Hasta que, a veces, la propia vida, devaluada, solo tenga sentido si se adquiere por cualquier medio lo que allí se muestra, o se logra aparecer en esas pantallas, dadoras ilusorias de una existencia siempre feliz y placentera: cuestión fuertemente ligada a las condiciones de producción de ciertos modos de violencia delincuencial actuales.

Volviendo a la historia de las tecnologías, La Revolución Industrial marcó otro hito, ligado también al desarrollo de los transportes y los procesos de urbanización. En dicha época, los luditas constituyeron un movimiento que destruía los telares industriales, acusados de generar desempleo. ¿Eran las máquinas las culpables o, en cambio, los sistemas de explotación y dominio entre semejantes?

También hoy se producen rechazos y temores ante las innovaciones, cuando lo digital en sus distintas formas va ingresando en la vida cotidiana hasta ser parte de nosotros. Lo cierto es que vivimos, por un lado, la fascinación por el ideal de una tecnociencia que podría, supuestamente, dar cuenta de todos los enigmas, y por el otro, miedos e incertidumbres en relación con los imprevisibles efectos de veloces transformaciones. Estos temores se evidencian en múltiples producciones culturales, por ejemplo, en relación con la presentación de la inteligencia artificial como nueva especie depredadora que podría incluir a los seres humanos entre los dominados.

Desde el seno de un mundo que naturaliza la vinculación dominador-dominado es posible que las representaciones imaginarias sobre robots, como antes de alienígenas, tiendan a adquirir la misma cualidad amenazante. Los temores se dan también en relación con la deshumanización, miedos a extraviar en los Jardines de Narnia de la virtualidad los afectos y sentires que nos hacen humanos. Devenir artefactos, confundirnos con ellos, como los "replicantes" de Blade Runner,°° quizá, en este singular proceso de hibridación que las actuales tecnologías generan. El híbrido es el humano implantado, portador de elementos electrónicos o mecánicos. Pero también el que se prolonga en los elementos digitales a los que en forma a veces constante se halla conectado. (Benasayag, 2015)

Los avances tecnológicos plantean la aspiración de derrumbar imposibles: monjes, magos y alquimistas rastrearon ya hace milenios el elixir de la inmortalidad. A través de las religiones o la ciencia la humanidad busca responder lo no sabido, crear o descubrir verdades. En el tiempo siempre presente de la virtualidad, es posible vivir momentos de una plenitud casi ajena al límite del cuerpo finito; fantaseando a veces una mente virtual eterna que sustituye o acompaña las propuestas de las religiones, la vida más allá de la corporeidad. Vana ilusión la del saber total: cada nuevo posible parece generar otros imposibles, se renuevan el borde, el límite, la castración. Las tecnologías ofrecen hoy otras formas y posibilidades a antiguos o semejantes desasosiegos, a la vez que generan cuestiones inéditas, difícilmente pensables.

En la modernidad se desarrollaron tecnologías que intensificaron las potencialidades humanas y aumentaron considerablemente la expectativa de vida. Otras, en cambio, resultaron aptas para destruir el planeta, o para afectarlo y deteriorarlo en alto grado. Esto es sabido/ desmentido por los más, la posibilidad de muerte del planeta se deja de lado, aunque amenazante, como la propia finitud. La humanidad se enfrenta al desafío de controlar los desarrollos destructivos, poniendo límites a una tecnociencia que parece autónoma, ciega e inmanejable.

Pero no haría responsables a las tecnologías de ciertos desvínculos de hoy, como se afirma con frecuencia. Múltiples condiciones del mercado neoliberal favorecen el individualismo y la afectación consecuente de los lazos; así, la exaltación de la propiedad de cada uno, los vínculos de rivalidad y dominación, la lógica del consumo: condiciones diversas, de imprescindible consideración interdisciplinaria. Mientras tanto, disfrutamos de otras dimensiones: recorremos como Alicia el País de los Espejos, y junto al hacer y los vínculos cotidianos y presenciales vivimos una suerte de dimensión paralela, la vida del contacto permanente con otros incorpóreos. Vidas virtuales, pantallas, espejos que construyen el narcisismo y operan en la conformación del yo. Tal como se desprende de estudios de las neurociencias, estas experiencias, junto a aquellas que se viven en la "vida real", pueden dar lugar a otras configuraciones de un cerebro que se conforma y va organizándose en el encuentro cerebro/ mundo.

Así, modos novedosos de pensamiento y cognición van apareciendo en los llamados "nativos digitales". (Prensky, 2001) Modos que profundizan la distancia entre los grupos etáreos, y dan lugar al debate y la transformación en el campo de las distintas disciplinas humanas, poniéndose de manifiesto particularmente en el ámbito de la educación.

En relación con el uso / abuso de las TIC (Tecnologías de la Información y Comunicación) los cuerpos se encuentran a menudo sujetados, durante lapsos variables, a flujos de adrenalina, ligados a la hiperexcitación de los juegos en red y de buena parte de los productos televisivos, que deben competir con el videogame y para ello desplegar múltiples recursos estimulantes.

Ese cuerpo que hoy adquiere valor en tanto imagen, superficie sin volumen: liso, sin poros ni vellos.

Corporalidades transformadas que ocupan hoy el centro de la escena, en esta post, hiper o sobremodernidad que transcurrimos. No solamente por el señalado valor de la imagen, sino en relación con un reduccionismo biologista que se pone de manifiesto en diversas producciones culturales de nuestro tiempo y en particular en el campo de la salud mental.

Vamos siendo cada día otros.

 

Vínculos y TIC

Las tecnologías de cada época contribuyen a la configuración también de otras formas vinculares. Si tomamos en cuenta el desarrollo de las redes sociales pareciera que los seres humanos se buscan unos a otros a través de los instrumentos propios de su tiempo. En las redes, los otros están casi siempre disponibles, y pueden ser depositarios inmediatos de un número ilimitado de confesiones y opiniones, que eventualmente algunos comentarán.

Cuando eventos sociales significativos sacuden el mundo compartido, las redes constituyen una caja de resonancia de los sentires, verdaderas tramas de sostén de la tramitación de los sucesos. Estoy planteando entonces que para muchos, las redes constituyen una forma de apuntalamiento del psiquismo en situaciones críticas, personales o sociales.

Se festejan en el conjunto acontecimientos sociales compartidos, se llora la muerte de un escritor, un político o un cantante, admirados y queridos. Se confrontan ideologías diversas ante hechos políticos, económicos y sociales; se expresan miedos, ansias y desasosiegos, que otros suelen acoger, con likes o comentarios contenedores. Pienso entonces en una nueva modalidad, virtual, de los grupos de pertenencia humanos. La red deviene dispositivo de sostén y regulación, a veces, por ende, productor de subjetividad. Ofrece reconocimiento y otro modo de existencia; véase la alegría con que los usuarios de Facebook agradecen los a veces numerosos saludos de cumpleaños de los "amigos". (Rojas, 2015)

Otras redes, como Instagram y Snappchat, preferidas por los adolescentes, reducen los contenidos casi a la sola imagen, hacen presente así que el yo se construye de modo predominante a partir del cuerpo/ imagen. Y hay que aparecer para ser; lo que no se ve, quizá no existe. Las "selfies" constituyen el gran recurso para hacerse presente a los otros y esperar reconocimientos.

En la Red, además, nacen amores y amistades, vínculos que se van conformando como significativos, a la vez que las distintas formas de conexión dan lugar a otras relaciones circunstanciales y quizá efímeras, que probablemente no hagan marca por sí mismas en cada sujeto. Pero más allá de la escasa incidencia de cada uno de los contactos, lo que transforma y hace novedad subjetiva es la posibilidad del contacto múltiple, casi constante e inmediato. (Rojas, 1998)

Estos usos de Internet se han visto acrecentados por su inserción en los dispositivos móviles (mails, WhatsApp) y representan una fuerte transformación de los lazos. No siempre al servicio del aislamiento, como tantas veces se teme. Excepto cuando sustituyen los vínculos presenciales, en los estados de retracción evitativa del mundo. Pese a todo, a los cambios notables, parecen persistir con nuevas formas y sentidos las alegrías y penas del amor, la búsqueda del par en alguna de sus formas, el deseo de hijo, en fin, el establecimiento de vínculos que se enraízan en los más intensos afectos. (Rojas, 2014)

Una película, "Her", como distintas series de Netflix (Blackmirror, entre otras) ponen de manifiesto algunos ominosos temores que la progresión constante de las TIC induce. Se trata en el film mencionado en primer término del reemplazo del otro humano por un sistema operativo. La trama, que resuena anticipatoria y por ende estremecedora, presenta una relación amorosa con un sistema operativo, que se hace posible sabiendo/ no sabiendo al mismo tiempo que lo es. En dicha "relación" hay sexo –autoerotismo- . También un ilusorio apuntalamiento en ese otro virtual que tiene la "virtud" de estar siempre disponible, sereno, contento y complaciente, como no sería posible con un otro humano. Sin embargo, se impone como carencia su ausencia carnal, su por momentos desmentida inexistencia como otro humano, y entiendo que esto operaría como indicio de lo imposible, desarmando la ilusión de plenitud y totalidad.

Claro está que para algunos esa ausencia podría ser condición de posibilidad del extraño "vínculo." ¿Vínculo acaso, o recubrimiento epocal del desvínculo?

En cuanto a aquellos que parecen devenir uno con la máquina ¿esto les habilita despojarse del cuerpo, ese otro que presentifica la finitud? ¿Y liberarse al mismo tiempo de esa exigencia de trabajo psíquico que los vínculos con los otros humanos siempre implican?

¿Es compatible la conexión constante en múltiples redes, que parece ir creciendo diariamente, con la conformación de la intimidad en los vínculos próximos? ¿Habrá tiempo, interés y disposición libidinal para ello?

En relación con estos temores e interrogantes (como he planteado con anterioridad (Rojas, 2014) un paradigma epocal parece ser cierto personaje denominado "el autista". Aislado, no mira a los ojos, no se vincula, a veces se entiende mejor con la computadora que con los humanos. Claro está que el auge del autismo se ve favorecido por la invención propia del DSM del TEA, trastorno del espectro autista, que incluye gran parte de las patologías graves de la infancia y conduce a engañosas estadísticas. Pero a la vez pienso que en esta figura se dibuja el miedo humano a la robotización, ya no a que las máquinas nos dominen como en tantas novelas de ciencia ficción, sino a transformarnos en máquinas. Miedo que en algunos deviene ansia de inmortalidad, aunque esta adquiera la escalofriante forma de una mente eterna, un "yo"/ software en una red de comunicación, fantasmática expresada en múltiples series y películas actuales.

Y por fin, señalar que aun cuando el mundo digital implica riesgos, como el grooming, o el aislamiento en mundos virtuales, a veces con características de adicción, o las problemáticas del "sexting" y el cyberacoso, también supone la construcción de habilidades cognitivas y formas sensitivas y comunicativas aun no exploradas.

 

REFERENCIAS

BENASAYAG, M.: (2004) El mito del individuo. Buenos Aires: Topía Ed., 2015, p. 5-129.         [ Links ]

BENDERSKY y otros: "Niños y adolescentes de la era digital: nuevas producciones subjetivas y vinculares", Revista Psicoanálisis de las Configuraciones Vinculares, Buenos Aires: vol. XXXIII, N° 2, p.133-156, 2010.         [ Links ]

CASTORIADIS, C.: (1973) El mundo fragmentado. La Plata: Caronte, 2008, p.2-171.         [ Links ]

Eco, U. :(1968) Apocalípticos e integrados, Barcelona: Lumen, 1985, p.11-403.         [ Links ]

PRENSKY, M.: Nativos digitales, inmigrantes digitales, "On the Horizon" (NBC University Press, Vol. 9 Nº 5, Octubre 2001)        [ Links ]

ROJAS, M.C. Los vínculos en la era de Internet. In: CONGRESO LATINOAMERICANO DE PSICOTERAPIA ANALÍTICA DE GRUPO - FLAPAG, 1998, Montevideo. Actas del Congreso Latinoamericano. Montevideo: FLAPAG, 1998, V.1, p.119-125.         [ Links ]

ROJAS, M.C. Subjetividades y vínculos en la era digital, Actualidad Psicológica, Buenos Aires, Año XXXIX, N° 434; p. 22-24, 2014.         [ Links ]

ROJAS, M.C. Adolescencia y virtualidad, In Culturas Adolescentes. Buenos Aires, Ed. Noveduc: Buenos Aires, 2015. p. 157-168.         [ Links ]

SIBILIA, P. La intimidad como espectáculo. Fondo de Cultura Económico: Buenos Aires, 2009, p.9-314.         [ Links ]

VIÑAR, M. Mundos adolescentes y vértigo civilizatorio. Trilce: Montevideo, 2009, p. 9-133        [ Links ]

 

 

Direccíon para correspondencia

Maria Cristina Rojas
E-mail: mcrojas51@gmail.com

 

 

* Miembro titular de la Asociación Argentina de Psicología y Psicoterapia de Grupo.

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