SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.14 número1La influencia de las relaciones y el uso de alcohol por los adolescentes índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

SMAD. Revista eletrônica saúde mental álcool e drogas

versión On-line ISSN 1806-6976

SMAD, Rev. Eletrônica Saúde Mental Álcool Drog. (Ed. port.) vol.14 no.1 Ribeirão Preto enero/marzo 2018

http://dx.doi.org/10.11606/issn.1806-6976.smad.2018.152779 

EDITORIAL
DOI: 10.11606/issn.1806-6976.v13i1p1-3

 

Las demandas actuales de conocimiento en la práctica del cuidado en salud mental

 

 

Margarita Antonia Villar Luis

Editor Científico Jefe de la SMAD, Revista Eletrônica Saúde Mental Álcool e Drogas, Profesor Titular de la Escola de Enfermagem de Ribeirão Preto, Universidade de São Paulo, Centro Colaborador de la OPAS/OMS para el Desarrollo de la Investigación en Enfermería, Brasil, e-mail: margarit@eerp.usp.br

 

 

En las ciencias de la Salud existe un reconocimiento más o menos unánime en relación a lo que corresponde a cada uno de los trabajadores del equipo, aunque los perfiles profesionales están buscando adecuarse a las realidades de los espacios de trabajo, y pueden sufrir la influencia de deficiencias presupuestarias de órganos responsables por el mantenimiento del sector de la salud, de exigencias del mercado y también de las necesidades de la población.

Los perfiles profesionales de unos y otros en general son distintos, aunque comparten áreas formativas comunes y no es infrecuente que haya un cierto grado de superposición entre ellas, lo que demanda la comprensión por parte de los componentes del equipo de salud de que el objetivo mayor de su actuación es garantizar el bienestar del usuario de los servicios. Para ello, es necesario la adquisición de competencias, es decir, pericia, aptitudes específicas, idoneidad para desempeñar actividades o intervenir en una determinada área. En la perspectiva educativa, se distinguen las competencias que son específicas y las que son transversales o genéricas. Las primeras son motivo de atención especial en la formación, pues, caracterizan la profesión distinguiéndola de otras y cuya evaluación sanciona el otorgamiento del título académico que reconoce socialmente el desempeño de la profesión(1).

En general, las áreas de conocimiento que implican intervenciones en la salud pueden ser consideradas como áreas de "ciencia aplicada"; en ellas, las reglas generales son adaptadas a las situaciones prácticas - las profesiones cuyas prácticas representan una ciencia aplicada - que involucra la dimensión afectiva de las personas y sus relaciones con el mundo deberían valorar el desarrollo de capacidades cognitivas y afectivas de los alumnos por medio de enfoques que permitan la interconexión de las múltiples dimensiones implicadas en las prácticas laborales(2).

En el campo de la Salud, las concepciones de ciencia básica y aplicada, a veces no se compatibilizan, una vez que la tradición positivista de la ciencia básica dificulta el reconocimiento de los elementos transversales del comportamiento humano conectados a la dimensión biológica y que atraviesan el proceso salud-enfermedad. Sin embargo, la identificación de necesidades relacionadas al componente subjetivo y social es tan importante como la identificación de las vinculadas a la dimensión biológica, ya que las primeras condicionan tanto la producción de salud como la enfermedad de las personas. Tal visión demanda un profesional abierto a innovaciones y a la inserción de prácticas no habituales en el cuidado, sin perder de vista la garantía de las evidencias de su efectividad.

El presente y el futuro requieren movimientos de inducción a la formación de profesionales de salud con un perfil más holístico en relación al cuidado integral de las personas, evidentemente ese es un proceso en curso, pero que parece estar con dificultades en la generación de respuestas con la rapidez necesaria para el enfrentamiento de los desafíos que se presentan en el mundo del trabajo(3).

Dos artículos en este número desafían al lector a hacer el ejercicio de superar creencias aprendidas en su formación y ampliar el horizonte de sus conocimientos, ambos tratan de la inserción de Prácticas Integrativas y Complementarias en el tratamiento y cuidado al portador de enfermedad mental y a usuarios de sustancias psicoactiva. En el primer caso se utilizó la práctica de juegos teatrales en encuentros, revelando al final de la investigación que éstos influenciaron positivamente en las habilidades y destrezas sociales de los pacientes. En el segundo, se evaluó la auriculoterapia como cuidado de enfermería en la reducción del uso de marihuana y cocaína, los autores concluyen sobre la necesidad de incluir prácticas de cuidado diversas de las tradicionales en el abordaje de los usuarios.

Actualmente se evidencia un aumento en la demanda de algún tipo de abordaje de salud complementario en función de sentimientos de incredulidad en relación a los tratamientos farmacológicos y psicológicos en la salud mental. Reducir el estrés y mejorar los síntomas de ansiedad y de humor han sido algunos de los motivos del uso de estas prácticas y también son las condiciones en que los beneficios se han destacado(4).

Las Prácticas Integrativas y Complementarias son consideradas recursos importantes en el cuidado en salud mental pues son aceptadas por los usuarios de los servicios de salud y, con ello, favorecen la relación entre profesional y paciente, amplían la autoconfianza del usuario y la aproximación con el familiar y la comunidad(5), tal vez, esta relación se establece porque no se distancia el tratamiento del enfermo mental de su comunidad de origen, considerando que son prácticas ampliamente utilizadas en otras alteraciones de la salud. En consecuencia, es esencial que los investigadores y los profesionales se apropien de conocimientos que permitan comprender mejor los beneficios potenciales y las limitaciones de estos procedimientos.

Un reto de la actualidad y, seguramente, creciente para los profesionales e investigadores, es la utilización de las redes sociales creadas en los entornos virtuales que atienden a sus usuarios en la formación de grupos con objetivos benéficos como grupos de apoyo y ayuda mutua de portadores de enfermedades específicas, ampliación de relaciones, entre otros, pero que también se prestan a acciones no fiables o nocivas a la salud e integridad de las personas.

Las comunicaciones sociales generadas en ambientes virtuales, en Facebook y en otros medios han despertado el interés de los investigadores como fuente de información, incluso para aplicaciones en salud y educación(6-7), pero ellas no se prestan sólo a esas actividades, sirven también al marketing, e-commerce, emprendimientos de creatividad cultural como vehículo de distribución en los medios y de entretenimiento e incluso para activismo sociopolítico(7).

Uno de los artículos presentados trae el desafío de comprender la formación en Facebook de un grupo de automutilación, con posturas textuales y de imágenes, recogidas en el período de un año, que revelaron las características de identidad de los participantes, el contexto en que se da esa práctica y las actitudes de compromiso de los seguidores.

Otro artículo aborda el protagonismo de las familias en un Centro de Atención Psicosocial (CAPS), muestran las autoras las dificultades enfrentadas por ese grupo en la lucha por sus derechos, aun cuando vinculados a la Asociación de Pacientes, familiares y funcionarios, esta práctica configura acciones de control social sobre el cuidado que se les han dado. La participación de familiares en el tratamiento, compartir experiencias con otros grupos familiares, trabajadores de la salud y gestores, propicia, a los involucrados, conocimientos de otros contextos, seguramente, puede ser un camino enriquecedor para todos en el proceso de rehabilitación psicosocial de los individuos enfermos.

Actualmente se reivindica una formación profesional menos técnica, más crítica y politizada, con la inserción de discusiones poco contempladas en los espacios de enseñanza superior, como la profundización sobre temas como, por ejemplo, la reforma sanitaria, reforma psiquiátrica, asistencia social, derechos humanos, ciudadanía, movimientos sociales y consejos de control social, buscando sensibilizar a los graduandos y hacer que se perciban como parte de ese proceso y afinados con las políticas sociales(8). En las Asociaciones en que hay participación de usuarios, ellos están ejerciendo la prerrogativa de monitorear y evaluar los servicios que utilizan.

Las expectativas en relación al ingreso a la universidad pueden interferir en la transición del alumno de la Enseñanza Secundaria a la Enseñanza Superior, o sea, cuanto mayor sea el nivel de expectativas, mayores son las inferencias generadas por los estudiantes respecto a las mismas. Esto puede resultar en acciones enfocadas en el desempeño académico y, consecuentemente, en la percepción de un ambiente reforzador de pensamientos, sentimientos y comportamientos que inhiben, limitan o facilitan la adaptación al nuevo medio social(9). Estudiosos(10) resaltaron la dinámica existente en ese contexto, entre recursos personales e institucionales, los cuales interactúan simultáneamente e interfieren en el desempeño del estudiante alterando su percepción de bienestar físico y psicológico.

La ansiedad entre estudiantes universitarios es un fenómeno que debe ser reconocido para que se intervenga precozmente, cuando alcanza el nivel de síntomas físicos y psíquicos fuera de control, pues en niveles más altos la ansiedad puede afectar de forma significativa la formación de la identidad del estudiante y a su calidad de vida(11), así como llevar a comportamientos perjudiciales a su salud e integridad. Los estudiantes a menudo se sienten vulnerables en la gestión del volumen creciente de información que la vida universitaria acarrea y también con la planificación de la carrera profesional, además de la vivencia de estrés derivada de ciertas peculiaridades de la enseñanza-aprendizaje de la profesión. Asimismo, el estudiante, convive con la búsqueda de independencia y autonomía en relación a los padres, con los conflictos entre compatibilizar los trabajos académicos con actividades de ocio, además de los conflictos vinculados a las relaciones afectivas(12).

Estudios(12-13) realizados con estudiantes del área de la salud, particularmente los que tienen contacto directo con usuarios de los servicios de salud (médicos y enfermeros) han verificado el impacto del estrés y de las habilidades sociales en la experiencia académica de estudiantes y asignaron la falta de habilidades sociales de los alumnos para afrontar situaciones interpersonales y sociales percibidas como de riesgo social, una cuestión relacionada íntimamente al estrés. Dichas evidencias avalan las preocupaciones en cuanto al desempeño académico, la salud y el bienestar psicosocial del universitario.

El uso de sustancias psicoactivas es un comportamiento esperado en ese grupo compuesto por adolescentes y adultos jóvenes. En Brasil, los problemas relacionados con el consumo de sustancias psicoactivas en esa población son preocupantes. La investigación, desarrollada con poblaciones de universitarios en la década de los noventa(14), indicó que el alcohol y el tabaco eran las sustancias más consumidas con alta prevalencia del uso en los últimos 12 meses, los indicadores presentaron los siguientes números: el 82,3% de alcohol, 29,6% de tabaco y el 30,6% de "drogas ilícitas", estas últimas mostraron una prevalencia de uso del 38,1% en la vida, el 26,3% en los últimos 12 meses y el 18,9% en los últimos 30 días (datos en el área de las ciencias biológicas).

El uso de "drogas ilícitas" fue mayor entre los estudiantes del sexo masculino. En una encuesta similar realizada posteriormente, con el mismo cuestionario(15), se evaluó el comportamiento de los alumnos de graduación también del área de ciencias biológicas, en relación al uso de alcohol y drogas. Se observó que los usuarios de tabaco y de drogas se dedicaban más a las actividades socioculturales y gastaban menos tiempo con actividades académicas en relación a los no usuarios. Estos resultados corroboraron el estudio anterior(16) y mostraron que los alumnos del área de ciencias biológicas deben merecer un enfoque diferenciado en relación al uso de alcohol y de otras drogas pues, en el futuro, serán los que llevarán las nociones básicas de salud a la comunidad.

Así, es importante conocer el patrón de consumo, las actitudes y el conocimiento de ese grupo en relación al consumo de alcohol, tabaco, "drogas ilícitas" y "medicamentos. El estudio(17) encontró correlación entre el aumento del uso de tabaco y de drogas cuando los alumnos estaban más cansados, estresados, deprimidos o en fiestas y el uso de alcohol fue mayor cuando los alumnos estaban en fiestas o durante los fines de semana y horarios libres. Esta observación mostró que los usuarios de esas sustancias al estar fuera de casa y, más expuestos al uso, aumentaban el consumo. Alumnos que no poseían o practicaban religión y los de ingresos familiares más elevados, se mostraron más expuestos al uso. Los datos revelaron la necesidad de orientar de forma diferenciada la política de concientización y prevención para esas poblaciones, pues puede ser más exitosa que una acción que aborde igualmente a todos los alumnos.

El estudio en la población de universitarios en el Nordeste de Brasil(18) mostró que el mayor consumo de alcohol, especialmente el abuso, ocurrió entre los estudiantes del sexo masculino, los de mayor edad y los fumadores. También evidenció que los estudiantes conocían las formas de transmisión de ETS y sobre anticonceptivos, pero había desinformación sobre el SIDA y eso fue más frecuente entre los que abusaban de alcohol, lo que potencializa riesgos, ya que el abuso de alcohol se correlaciona con prácticas sexuales no seguras. El mismo estudio indicó el abuso del alcohol asociado a la exposición a la publicidad en muchos medios de comunicación, demostrando su influencia en el consumo de bebidas alcohólicas.

Dos estudios abordan el tema mostrando que los escenarios no cambiaron, el joven universitario continúa utilizando sustancias psicoactivas y de forma abusiva, exponiéndose a riesgos de toda suerte. Tal vez haya llegado la hora, ya ha pasado la hora de hacer estudios de intervención entre los estudiantes que evidencien formas efectivas de incentivo al consumo sensato para minimizar los riesgos del consumo abusivo, situando el uso de sustancias en una expectativa de ser una forma de recreación.

El uso de crack entre mujeres es abordado por un artículo de forma pertinente por tratarse de un tema aliado a la marginalidad y criminalidad, atributos en general conferidos a sus usuarios, así como las prácticas sexuales de riesgo(19). Se ha instituido el estigma atribuido a esa población, construido en parte por la discriminación vehiculada masivamente por los medios de comunicación en torno al uso de esa droga, lo que trae mayores dificultades a ese grupo en la búsqueda de servicios de salud(20).

Fueron bien diversificados y complejos los temas abordados, se demostraron relevantes y actuales, la expectativa es que la lectura de los artículos actualice los conocimientos, provoque incómodo y lleve los profesionales de salud, educadores e investigadores a la reflexión y estimule su interés en profundizar su saber y su creatividad en el desarrollo de programas y proyectos dedicados a grupos de la población similares a los estudiados en este número(20).

 

Referencias

1. Baños JE. Cómo fomentar las competencias transversales en los estudios de Ciencias de la Salud: una propuesta de actividades. Educ Médica. 2005;8(4):216-25.         [ Links ]

2. Gauthier C, Tardif M. A pedagogia: teorias e prática da antiguidade aos nossos dias. Petropolis. Rio de Janeiro: Vozes; 2010.         [ Links ]

3. Pinheiro R, Mattos RA, organizadores. Os sentidos da integralidade na atenção e no cuidado à saúde. Rio de Janeiro: UERJ/IMS, ABRASCO; 2006        [ Links ]

4.Asher GN, Gerkin J, Gaynes BN. Complementary Therapies for Mental Health Disorders. Med Clin N Am. 2017;101(5):847-64.         [ Links ]

5.Stussman BJ, Black LI, Barnes PM, Clarke TC, Nahin RL. Wellness-related use of common complementary health approaches among adults: United States, 2012. Natl Health Stat Rep. 2015;(85):1-12.         [ Links ]

6.Separavich MA,Canesqui AM. Análise das narrativas sobre a menopausa de um site brasileiro da internet. Interface. (Botucatu) 2012;16(42):609-22.         [ Links ]

7.Castells M. Redes de indignação e esperança: movimentos sociais na era da internet. Rio de Janeiro: Zahar; 2013.         [ Links ]

8. Andrade e Silva C, Yamamoto OH. As Políticas Sociais na Formação Graduada do Psicólogo no Piauí. Psicologia: Ciênc Profissão. 2013;33(4):824-39.         [ Links ]

9.Fernandes EP, Almeida LS. Expectativas e vivências acadêmicas: Impacto no rendimento dos alunos do do1º ano. Psychologia. 2005;40(1):267-78.         [ Links ]

10.Cunha MS, Carrilho DM. O processo de adaptação ao Ensino Superior e o rendimento acadêmico. Psicol Esc Educac. 2005;9(2):215-24.         [ Links ]

11. Gultekin BK, Dereboy IF. Th e Prevalence of Social Phobia,and its Impact on Quality of Life, Academic Achievement, and Identity Formation in University Students. Turkish J Psychiatry. 2011;22(3):150-8.         [ Links ]

12. Galindo SB, Moreno IM, Muñoz JG. Prevalencia de ansiedad y Depressión em uma población de Estudiantes universitários: Factores acadêmicos y sociofamiliares asociados. Clín Salud. 2009;20(2):177-87.         [ Links ]

13.Furtado ES, Falcone EMO, Clark C. Avaliação do estresse e das habilidades sociais na experiência acadêmica de estudantes de Medicina de uma universidade do Rio de Janeiro. Interação Psicol. 2003;7(2):43-51.         [ Links ]

14. Andrade AG, Queiroz S, Villaboim RCM, César CLG,Alves MCGP, Bassit AZ, et al. Uso de álcool e drogas entre alunos de graduação da Universidade de São Paulo. Rev ABP-APAL.1997;19(2):53-9.         [ Links ]

15. Barría ACR, Queiroz S, Nicastri S, Andrade AG. Comportamento do universitário da área de biológicas da Universidade de São Paulo, em relação ao uso de drogas. Rev Psiquiatr Clín. (São Paulo) 2000;27(4):215:24.         [ Links ]

16. Stempliuk VA, Barroso LP, Andrade, AG, Nicastri, S,Malbergier A. Comparative study of drug use among undergraduate students at the university of São Paulo– São Paulo campus in 1996 and 2001. Rev Bras Psiquiatr. 2005;27(3):185-93.

17.Silva LVER, Malbergier A, Stempliuk VA, Andrade AG. Fatores associados ao consumo de álcool e drogas entre estudantes universitários. Rev Saúde Pública. 2006;40(2):280-8.         [ Links ]

18. Pedrosa AAS, Camacho LAB , Passos SRL, Oliveira RVC .Consumo de álcool entre estudantes universitários. Cad Saúde Pública. 2011;27(8):1611-21.         [ Links ]

19. Seleghim MR. et al. Vínculo familiar de usuários de crack atendidos em uma unidade de emergência psiquiátrica. Rev. Latino-Am. Enfermagem. [Internet] 2011 [Acesso 24 ago 2018];19(5). Disponível em: http://www.scielo.br/pdf/rlae/v19n5/pt_14.pdf.         [ Links ]

20. Venosa PAS. Grupos psicoterapêuticos de mulheres dependentes químicas: questões de gênero implicadas no tratamento. Rev SPAGESP. 2011;12(1):56-6.         [ Links ]

21. Ramiro FS, Padovani RC, Tucci AM. Consumo de crack a partir das perspectivas de gênero e vulnerabilidade: uma revisão sobre o fenômeno. Saúde Debate. [Internet]. 2014 [Acesso 24 ago 2018];38(101).  Disponível em: https://doi.org/10.5935/0103-1104.20140035        [ Links ]

Creative Commons License