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Psicologia para América Latina

versión On-line ISSN 1870-350X

Psicol. Am. Lat.  no.26 México dic. 2014

 

CONOCER

 

Relaciones interpersonales estudiante-profesor y TIC en la formación del profesional universitario

 

Relações professor-aluno e as TIC na escola de formação profissional

 

Student-teacher relationships and ICT in vocational training college

 

 

María Teresa Rodríguez WongI, 1; Maitié Rodríguez WongI, 2; Yamila Roque DovalI, 3

IUniversidad Central "Marta Abreu" de las Villas

 

 


RESUMEN

Se presenta una caracterización de las relaciones interpersonales estudiante-profesor, mediadas por las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), en una universidad cubana. Se utiliza la investigación acción cooperativa, con análisis de documentos, entrevista en profundidad, entrevistas semiestructuradas individuales y grupales, y observación participante. Los indicadores son: percepción mutua, autonomía, dinámica del poder (simetría, tipología de poder y sentimientos mutuos conjuntivos). Se evidenció correspondencia entre la percepción mutua de estudiantes y profesores y su relación con las imágenes de profesor y estudiante ideales, el desarrollo de la autonomía de los estudiantes mediante la utilización de las TIC y la presencia de dos tendencias en las dinámicas del poder, sustentadas en diferencias en cuanto a la simetría entre los actores del proceso, y las bases del poder que prevalecen. Además, se identificaron sentimientos conjuntivos entre estudiantes y profesores.

Palabras clave: relaciones interpersonales, poder, comunicación, TIC.


RESUMO

Nós apresentamos uma caracterização das relações professor-aluno, mediadas pelas Tecnologias da Informação e Comunicação (TIC), em uma universidade cubana. Pesquisa-ação cooperativa é usada com análise de documentos, entrevistas em profundidade, entrevistas semiestruturadas, individuais e de grupo e observação participante. Os indicadores são: percepção mútua, autonomia, dinâmica de poder (simetria, tipologia de poder e sentimentos mútuos conjuntivos). A correspondência foi evidente entre a percepção mútua de alunos e professores e sua relação com as imagens de professor e aluno ideais, o desenvolvimento da autonomia do aluno, através da utilização das TIC, e a presença de duas tendências na dinâmica de poder, sustentadas por diferenças de simetria entre os atores do processo, y as bases de poder que prevalecem. Também foram identificados sentimentos conjuntivos entre alunos e professores.

Palavras-chave: relações, poder, comunicação, TIC.


ABSTRACT

A characterization of student-teacher relationships, mediated by the Information and Communication Technology (ICT) in a Cuban university is presented. Cooperative action research is used with document analysis, in-depth interviews, semi-structured individual and group interviews and participant observation. The indicators are: mutual perception, autonomy, power dynamics (symmetry, types of power, and conjunctive mutual feelings. Correspondence was evident between the mutual perception of students and teachers and its relationship to the images of teacher and student ideals, the development of student autonomy through the use of ICT and the presence of two trends in the dynamics of power, sustained by differences in symmetry between the actors involved, and the bases of power that prevail. In addition, conjunctive feelings between students and teachers were identified.

Keywords: relationships, power, communication, ICT.


 

 

Introducción

Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) han llegado a la sociedad moderna para quedarse. Los índices de uso de elementos como la telefonía celular, los juegos de video, el chat, el Internet, aumentan diariamente. Su uso constituye entonces una de las demandas principales del siglo XXI, puesto que influyen cada vez más en la inclusión social en los contextos actuales.

Estas herramientas tecnológicas penetran notablemente la vida de los seres humanos, modificando progresivamente aspectos de su cotidianidad, como el uso del tiempo libre, las formas de realización de la actividad laboral, las prácticas docentes, entre otras. Si se tiene en cuenta que el hombre es producto y productor de su actividad social, puede entenderse que modificaciones como las antes mencionadas, transformen también progresivamente (y en no pocos casos de forma desapercibida) las formas de interrelaciones sociales, de comunicación y de otras formas de socialización en sentido general (su uso ha influido, por ejemplo, en que muchos de los jóvenes prefieran interactuar mediante esta vía antes que la comunicación cara a cara), en tanto estas tecnologías "propician" modos de comportamientos muy particulares, que de reproducirse sistemática y acríticamente pueden transformar estructuras personológicas y sociales más complejas, sin negar el carácter activo del sujeto. Si bien no puede afirmarse que las TIC, o cualquier otro producto cultural, sean en sí mismas desarrolladoras o enajenantes, beneficiosas o nocivas, tampoco puede ignorarse que son producto y productoras de valores, modos de comportamiento, etc., que contribuyen a reproducir el fundamento ideológico de las sociedades en que son concebidas, y del cual pueden distinguirse, pero siempre desde el análisis crítico en cuanto a su forma de uso, reconociendo el importante papel que juegan en la actualidad.

Uno de los contextos en el que se requiere mayor agudeza en cuanto al uso crítico e intencionado de las TIC es en el campo de la educación, en tanto es uno de los espacios en el que su uso se encuentra más extendido, y sobre todo por el alto valor formativo que tiene esta actividad, tanto a nivel individual como macrosocial. La escuela es reproductora y productora por excelencia de ideología, valores, normas; cumple a nivel de sociedad la función que la familia desarrolla en el nivel individual.

Por ello es vital dirigir las prácticas educativas y relacionales que en ella suceden, de modo que sean coherentes con lo que la sociedad desea formar.

Las universidades, como instituciones de educación superior e intrínsecamente ligadas a la producción de conocimientos, son los escenarios en donde con mayor fuerza se encuentran arraigadas las TIC, pues de manera más o menos gradual, éstas han implementado cambios en la manera de gestionar, almacenar, producir y transferir la información. Además, el estudiante de la enseñanza superior interactúa con una serie de medios y herramientas que no sólo facilitan y agilizan dichos procesos, sino que modifican su cotidianidad: sus formas de relación, sus procesos grupales, sus formas de vida, en fin, suponen una transformación (al menos potencial) de su situación social de desarrollo con todo lo que ello implica, pues con la introducción de las TIC en las actividades cotidianas, se están estructurado nuevos tipos de relaciones sociales, nuevos grupos, se potencian transformaciones (cuantitativas y cualitativas) en los vínculos interpersonales, grupales e institucionales, se generan espacios de comunicación que años atrás no existían, etc. Se planeta, por ejemplo, que la relación cara a cara inevitablemente va cediendo terreno al establecimiento de vínculos mediante el ciberespacio, es decir, la presencialidad en la comunicación, tanto en el espacio áulico como en otros escenarios formativos, se ve de alguna manera desplazada por el contacto virtual. Mediante este proceso tienen lugar interacciones que no siempre permiten la posibilidad de percibir las intenciones subjetivas del otro, al no tener acceso a sus conductas no verbales.

Algunas de las transformaciones que se han identificado en la formación de los estudiantes universitarios con el uso de las TIC, son:

  • Facilita el acceso, almacenamiento, procesamiento y difusión de la información. Agiliza procesos como la búsqueda de información y confección de actividades independientes.
  • Se amplían las posibilidades de interacción entre los sujetos de la educación: alumno-profesor, alumno-alumno e incluso entran en la relación otros actores (que pueden ser antes desconocidos por los sujetos, tales como otros estudiantes, investigadores, docentes, etc.). Ofrece al estudiante la posibilidad de contrastar los contenidos recibidos en clase con la información autogestionada.
  • Coloca en riesgo la hegemonía del profesor como única vía de acceso al conocimiento y la información, y favorece el desarrollo de un estudiante más independiente, es decir, capaz de gestionar sus propios conocimientos.

Siendo consecuentes con la ley genética del desarrollo postulada por Vigotsky, se entiende que al estabilizarse entre los actores universitarios (fundamentalmente estudiantes y profesores), a nivel institucional y grupal, las transformaciones mediadas por las TIC tendrán progresivamente una influencia en la subjetividad colectiva e individual, siendo por ello de vital importancia otorgarles d un sentido desarrollador, concretado en el tipo de relaciones y modos de actuación que entorno a éstas se instituyen, tanto en la actividad rectora de las universidades (y entonces se hablaría del uso de las TIC desde una visión pedagógica) como en la compleja red de relaciones que constituye la institución universitaria, que abarca desde actividades instituidas (como la investigación, la extensión universitaria, entre otras) hasta el uso del tiempo libre de los profesores y estudiantes, que en no pocas ocasiones transcurre dentro del propio campus.

Así, orientamos esta investigación al estudio de las relaciones interpersonales (RI) entre estudiantes y profesores, desde el reconocimiento del papel vital que juegan en el proceso formativo y la relación que se establece entre sus actores. Se asumió como objetivo general caracterizar las relaciones interpersonales estudiante-profesor, mediadas por las TIC.

Las relaciones interpersonales y el desarrollo de la personalidad

A lo largo de su vida los hombres establecen RI que se concretan tanto en el nivel individual como grupal, mediatizando el desarrollo humano y social en sus diferentes niveles. Estas relaciones han sido objeto de estudio de varios autores desde la psicología. Amador (1991), sostiene que las RI son una manifestación de la relación mutua entre los hombres, que puede ser cara a cara o a través de algún medio de comunicación, pero siempre conservando la posibilidad de respuesta recíproca. Considera que constituyen una forma peculiar de reflejo de las relaciones sociales, dando lugar a fenómenos externos e internos del grupo y de las personas que lo integran. Aclara también que no se refieren a una relación casual con otras personas o a la interacción en un grupo; sino a la conducta, sentimientos y valoraciones que unen a una persona con otra.

Por su parte, Andreéva (1984) señala que "la naturaleza de las RI puede ser comprendida correctamente si no se las pone en una misma fila con las sociales, sino que se ve en ellas una serie especial de relaciones que surgen dentro de cada tipo de relaciones sociales y no fuera de ellas" (p. 73). Destaca que "la naturaleza de las relaciones interpersonales se diferencia sustancialmente de la de las relaciones sociales: siendo su rasgo específico más importante la base emocional. Ellas surgen y se forman sobre determinados sentimientos, generados en las personas en la relación mutua" (p. 75). Sostiene que el conjunto de estos sentimientos es ilimitado, pero se pueden identificar en dos grandes grupos:

  • Conjuntivos: a los que pertenecen los diferentes tipos de sentimientos que unen a las personas. En cada tipo de tales relaciones la otra parte actúa como objeto deseado, con relación al cual se demuestra la disposición a colaborar, a actuar conjuntamente, etcétera,
  • Disyuntivos: a este tipo pertenecen los sentimientos que separan a las personas, cuando la otra parte aparece como inaceptable, incluso como objeto frustrante, con relación al cual no surge el deseo de colaborar, etcétera.

En síntesis, esta autora destaca como característica distintiva de las RI el desarrollo de procesos afectivos, revelándose apegos y desapegos emocionales. Sin negar su interrelación con las relaciones sociales, cuyo principal determinante está dado por las funciones o roles que se adoptan dentro de la actividad grupal, significando la articulación existente entre ambos tipos de relaciones, por lo que la comprensión de las mismas se puede lograr de mejor manera entendiendo que las características distintivas de cada una de ellas se dan al unísono; es decir, que las personas no se relacionan únicamente desde el rol  o desde lo afectivo, independientemente de que en determinadas relaciones se haga prevalecer uno u otra.

Por su parte, Bello y Casales (2003), que también comparten la concepción de Andreéva, apuntan que las RI constituyen un sistema especial dado por los sentimientos que experimentan las personas hacia los demás. Y además poseen roles y status, expectativas sociales y mecanismos de control.

También Fernández (1989) enfatiza el papel de la afectividad en las RI. Señala que los sentimientos, como se mencionó anteriormente, pueden ser predominantemente conjuntivos o disyuntivos. Y además que existen relaciones que generan vivencias ambivalentes, de acercamiento y rechazo a la vez, o RI que por su naturaleza y funcionalidad no generan ningún tipo de vivencia especial. Asociado a lo anterior, se afirma que estas relaciones no van a poseer siempre la misma carga vivencial ni el mismo grado de selectividad. Las mismas se desarrollan en un continuo afectivo, desde el intercambio de información ocasional, a nivel muy funcional y desimplicado afectivamente hasta la expresión de sentimientos, propios de los intercambios entre amigos o familiares, ocasiones en las cuales lo que intercambian lo sujetos son sus mutuas personalidades.

Predvechni y Sherkovin (1986) también proponen la idea del continuo afectivo en el que se dan las RI. Sostienen que siempre van a resultar de una elección más o menos libre, aunque siempre limitada por el hecho de que estas relaciones se dan de manera articulada con las relaciones sociales, de modo que no pueden separarse las características distintivas de cada una de ellas, es decir que, en mayor o menor medida, se conjuga en todo momento el desarrollo de procesos afectivos y las funciones o roles que se adoptan dentro de la actividad grupal.

Basándonos en los criterios de los autores antes citados y a los efectos de la presente investigación, se asumen las RI como el tipo de relación que establecen las personas entre sí, ya sea por necesidad, simpatía o ambas; dándose en estrecha articulación con las relaciones sociales, y desarrollando sentimientos conjuntivos, disyuntivos o ambivalentes, que matizan las percepciones mutuas, la simetría de la relación y las bases de poder que prevalecen en esta.

Es importante significar el importante rol que tienen en el desarrollo integral de la persona. Mediadas por ellas, el individuo se relaciona con su medio favoreciendo, en mayor o menor medida, su adaptación al mismo. En esta dirección, el enfoque histórico-cultural destaca (en la ley general de la formación y desarrollo de la psiquis humana, formulada por Vigotsky) que todos los procesos intrapsíquicos fueron vividos en primer lugar socialmente, es decir, en las múltiples relaciones del sujeto con sus semejantes (resulta entonces evidente el papel de las RI), produciéndose en ellas vivencias que orientan al individuo.

Con relación a esta interpretación del papel del medio en el desarrollo psíquico, se introduce también un concepto muy importante, el concepto de la Situación Social del Desarrollo (SSD), que designa la combinación especial de los procesos internos del desarrollo y de las condiciones externas, que es típica de cada etapa y que condiciona también la dinámica del desarrollo psíquico durante el correspondiente período evolutivo y las nuevas formaciones psicológicas, cualitativamente peculiares, que surgen hacia el final de dicho período (Vigotsky, 1934 citado por Bozhovich, 1976).

El desarrollo resulta entonces, en gran medida, de la interacción social con otras personas, las que representan los agentes mediadores entre el individuo y la cultura. De ahí que la profundidad, la prolongación y la significación de la interacción no solamente posibiliten la formación de determinadas normas de conducta, faciliten la comprensión mutua y el surgimiento de relaciones emocionales, sino que participa en la formación y desarrollo de la personalidad del individuo (Kuzmin, 1975, citado por Madrigal, 2002); desplegándose el mayor potencial de las RI en el proceso de socialización cuando la relación se establece con personas significativas; sobre la base de sentimientos esencialmente conjuntivos que matizan la percepción mutua, la simetría y las bases de poder que prevalecen en dicha relación.

La relación interpersonal estudiante-profesor en el desarrollo de la personalidad

El fin último de la educación debe ser el desarrollo de la personalidad. Así, de la calidad de la educación depende en gran medida el desarrollo de los sujetos y las sociedades, para lo cual es premisa básica la correspondencia entre el contenido, las formas, los métodos de educación y el nivel de desarrollo de los educandos. (Labarrere & Valdivia, 2009). Es importante que el proceso educativo se apoye en el conocimiento de las peculiaridades psicológicas de la personalidad de los educandos, por ello es indispensable potenciar al máximo las RI estudiante-profesor, como mediadora fundamental de la actividad educativa.

De ahí que en los últimos años esté teniendo lugar una reconceptualización de la relación que establecen estudiantes y profesores, resaltando la importancia de la interacción educativa en sí. De este modo, se trasciende el enfoque cognitivista que predominaba en la comprensión del proceso enseñanza-aprendizaje y se entiende que la escuela, y el profesor de manera específica, además de enseñar materias relativas a la lectoescritura y las matemáticas, deben contribuir al desarrollo de habilidades sociales, emociones, toma de decisiones adecuada y, por consiguiente, al manejo adecuado de las RI, reconociendo, en síntesis, la complejidad de la escuela como agente socializador y el potencial configurador de las RI estudiante-profesor en el desarrollo de los mismos estudiantes.

Las ideas anteriores se concretan en la interacción conjunta de estudiantes y profesores en los diferentes contextos educativos (curriculares o extracurriculares, presenciales o no) en los que se insertan. De ahí que el aula se considere un espacio privilegiado, aunque no exclusivo, para el desarrollo adecuado de la RI que sostienen. La relación del profesor con sus estudiantes tiene que ser personalizada, y en ella cada educando debe sentir que ocupa un lugar específico, que es comprendido y que puede confiar en ella para expresarse, contribuyendo así, al desarrollo personológico (González & Mitjáns, 1996).

Las TIC como mediadoras en la formación del profesional universitario

La alternativa de introducir las computadoras y sus redes en apoyo a la enseñanza universitaria está ampliamente extendida internacional y nacionalmente, asociada además a la búsqueda de nuevos modelos pedagógicos que permitan transformar las clases tradicionales y lograr, con ello, mayor pertinencia en el cumplimiento del objeto social de las universidades. Algunas de las formas de concreción de estas transformaciones que han acompañado a las TIC en la educación son: el desarrollo de habilidades para la autoevaluación del aprendizaje, la aplicación de las tecnologías en función del aprendizaje interactivo y colaborativo y el desarrollo de la independencia cognoscitiva como aspiración pedagógica. (Basanta, Vázquez & Marcelo, 2009).

Sin embargo, su uso aún no ha influido lo suficiente en la "deudas vitales" de la educación para con el desarrollo de la personalidad, en particular en contextos como el cubano, con un proyecto social que apuesta por la emancipación humana: Investigaciones realizadas en Cuba por el Instituto de Ciencias Pedagógicas han señalado dificultades en estudiantes de diferentes niveles de enseñanza, incluyendo la educación superior en cuanto a la capacidad para planificar, supervisar, evaluar sus propios procesos y la tendencia a formas reproductivas no consciente e irreflexivas, que no les permiten enfrentarse de forma activa a la adquisición de los conocimientos y el desarrollo de habilidades declaradas en el sistema de objetivos de las asignaturas y disciplinas que conforman el plan de estudio de las carreras universitarias (Basanta, Vázquez & Marcelo, 2009).

Asociado a lo anterior, se debe reflexionar sobre la forma como está desarrollándose, con la introducción de las TIC, un elemento importante dentro del proceso educativo: los roles de estudiantes y profesores universitarios, las características de las relaciones interpersonales que éstos establecen, pues como ya hemos mencionado, los seres humanos nos conformamos como tales en la compleja red relacional que establecemos. De ahí la necesidad de repensar la forma en la que se establece este tipo específico de relación y, en particular, si potencia el desarrollo personológico y social que debe lograr la educación.

Aunque aún son pocas las investigaciones en esta área, consideramos que el adecuado desarrollo de las RI estudiante-profesor mediadas por las TIC, supondría, entre otros elementos, que:

  • El profesor asuma el rol de mediador del proceso de aprendizaje de los estudiantes, utilizando el recurso de la tecnología para diseñar el ambiente y actividad de aprendizaje, sea presencial o no, orientado a potenciar que los estudiantes sean sujetos activos en su propia formación.
  • Potencie el surgimiento de sentimientos conjuntivos que maticen la percepción mutua, el movimiento hacia la simetría en las relaciones de poder, y que éstas descansen esencialmente en unas bases que impliquen el reconocimiento por parte de sus estudiantes (fundamentalmente poder de experto y referente).

En sentido general, la incorporación de las TIC en el sistema de educación superior debe hacerse desde estilos participativos, contribuyendo a formar un hombre emancipado que sea capaz de pensar y crear en una realidad en donde cada vez más lo virtual se impone y, por ende, influye en el desarrollo de la personalidad (Roque & Rodríguez, 2010).

 

Método

El método empleado es la Investigación Acción (I-A), de manera que la toma de decisiones se realizó de forma conjunta, construyendo las hipótesis y conclusiones científicas a través de la discusión de las informaciones y de las experiencias que la práctica aportaba, generando así nuevos conocimientos, tanto para los investigadores como para los participantes (docentes de diferentes áreas de la Universidad Central "Marta Abreu" de las Villas (UCLV), y estudiantes de Psicología y Comunicación Social). Se potenció el papel activo de quienes participaron en la investigación, tanto en la identificación como interpretación del objeto de ésta, y siguiendo los principios de este método, que "toma como inicio los problemas surgidos de la práctica educativa, reflexionando sobre ellos" (Rodríguez, Gil & Gracia, 2004).

El muestreo fue intencional, dinámico y secuencial. Los participantes se eligieron de acuerdo con criterios establecidos por los investigadores, y este proceso de selección se continuó prácticamente durante todo el proceso de investigación. Se parte de la elección de unas personas que responden a unas cuestiones, se abordan nuevas cuestiones, se pregunta a nuevos informantes (Rodríguez, Gil & Gracia, 2004).

Se seleccionó como escenario el 1er año de ciencias de la computación, porque uno de los investigadores estaba desarrollando con ellos experiencias renovadoras en el uso de las TIC (evaluación por portafolios), y le interesaba desarrollar en paralelo un cuestionamiento crítico a su praxis desde los referentes de la psicología. Los criterios para la selección de estudiantes fueron: Cursar el 1er año de Ciencias de la Computación en la UCLV, mostrar interés en participar del estudio, tener motivación por su formación profesional y por el uso de las TIC. Los profesores involucrados en calidad de informantes clave debían: ser miembros del claustro de 1er año de Ciencias de la Computación en la UCLV, mostrar interés en participar en el estudio, utilizar las TIC en su práctica pedagógica.

Se asumió como criterio para la cantidad de información a recopilar la saturación de datos; no existiendo una cantidad preestablecida, pues la misma depende de la suficiencia de los datos recogidos. De manera general, las acciones desarrolladas en el diseño y proceso de la investigación estuvieron enfocadas a reducir al mínimo las interpretaciones erróneas y a lograr la óptima calidad de la misma, manteniendo la ética como investigadores.

 

Resultados y Discusión

Desde la triangulación de los referentes teóricos, y la interacción en el escenario de investigación emergieron los indicadores que más están influyendo en las RI estudiantes-profesor mediadas por las TIC. A continuación se presentan teóricamente éstos, así como de su expresión concreta en el escenario de investigación:

Percepción mutua

Del mismo modo que profesor y estudiantes tienen una percepción de sí mismos, elaboran también una percepción de las características de los otros, construyéndose así la percepción mutua. Aunque no todos los profesores ni los alumnos utilizan los mismos criterios, ni llevan a cabo los mismos procesos para seleccionar, interpretar y organizar los datos que obtienen mediante la interacción con el otro, existen factores que por lo general condicionan sus representaciones mutuas. Entre ellos destacan tanto la idea que cada uno tiene del propio rol como del rol del otro. La experiencia lleva a construir paulatinamente una imagen de "profesor ideal en el caso del alumno y del alumno ideal" en el caso del profesor, que condicionan la selección y la interpretación de la conducta que unos y otros manifiestan a lo largo del proceso de enseñanza y aprendizaje (Miras, 2001).

En el escenario de investigación se evidenció que la percepción mutua de estudiantes y profesores presenta significativa correspondencia. El profesor aparece como la figura que da orientaciones precisas para el desarrollo de las actividades docentes; constituyendo un guía dentro del proceso de formación, los estudiantes a su vez asumen como tendencia roles activos y responsables en su propia formación. Se apreció estrecha relación entre la percepción mutua y las imágenes de profesor y estudiante ideales que poseen ambos.

Para los estudiantes la imagen de profesor ideal incluye aspectos tales como disponibilidad, respeto, simpatía y nivel de atención personal.

Para los profesores el elemento fundamental en la imagen de estudiante ideal es el grado en que se adapta a las exigencias docentes, tanto de tipo académico como de relación interpersonal.

Sentimientos conjuntivos o disyuntivos

Los sentimientos son el reflejo en el cerebro del hombre de sus relaciones reales, o sea, de las relaciones del sujeto que experimenta las necesidades con los objetos que tienen significado para él. Los sentimientos, aunque subjetivos, son cognoscibles, pues siempre tienen una naturaleza determinada. El modo como el hombre se relaciona con el objeto de su sentimiento, la forma en que está expresada su relación personal, constituye en este caso el contenido cualitativo de este sentimiento. Usualmente se destacan dos cualidades básicas de lo emocional de la personalidad con los hechos de su vida: positiva y negativa. Esto está relacionado con el hecho de que los sentimientos son el índice, la medida de cómo se satisface o se pudiera satisfacer la necesidad despertada o, viceversa, qué impide, qué obstaculiza esta satisfacción (Petrovski, citado por Bello y Casales, 2003).

En el caso del grupo estudiado, se manifestaron en sentido general sentimientos mutuos conjuntivos entre estudiantes y profesores, aunque pudieron apreciarse dos tendencias diferentes en función de las características que posee la dinámica del poder, siendo este tipo de sentimientos más marcados cuando las relaciones de poder tenían tendencia a la simetría, y se sustentaba en el poder de experto.

Dinámica del poder en las relaciones

Este indicador abarca dos elementos:

Simetría en las relaciones de poder

En los profesores se puede apreciar la tendencia a ejercer el control en sus clases, a ser quienes toman la mayoría de las decisiones y organizan las actividades, de manera que "la posición de poder que ocupa en la clase le genera seguridad, al desempeñar el rol como poseedor de todo el saber, ignorando que los estudiantes también tienen saberes y que la conjugación de todos facilita la construcción del conocimiento" (Ibarra, 2005, p. 47). Con ello, se reduce el rol del estudiante a un ente pasivo en el proceso formativo, en lugar de otorgársele el papel responsable y autónomo que realmente debe poseer dentro de la situación educativa, con vistas a alcanzar su realización plena. "No es que se abogue por el caos, la indisciplina o el desorden pues se entiende que, como en toda relación humana, deben establecerse límites que dejen claro qué es lo que se puede hacer y qué es lo prohibido; pero el ambiente educativo debe ser un espacio en el que los estudiantes tengan la oportunidad de crecer y de reafirmar su identidad y estén en mejores condiciones de aprender a ser sujetos activos del proceso" (Vaccaro, 1994, citado por Ibarra, 2005). Sin embargo, y a pesar de las propuestas renovadoras que hace la pedagogía, aún "se da un proceso complementario donde el maestro funciona como única figura de autoridad, y esto implica el ejercicio de cierto poder sobre el estudiante" (Fernández, Álvarez Durán & Álvarez, 1995, p. 9).

Tipología de poder

El poder descansa en diferentes fuentes, desde las cuales se estructura su tipología:

1. Poder legítimo: Aquel que está dado por la ley, o establecido institucionalmente, o determinado por el rol que ocupa la persona.

2. Poder de recompensa o castigo: Está dado por la posibilidad de usar recompensas o castigos en su relación con otros.

3. Poder de experto: Se fundamenta en el reconocimiento del conocimiento, la experiencia de una persona, que le hace ganar autoridad ante otras.

4. Poder referente: Emana de atributos que tiene la persona de su "carisma", que la hace tener "seguidores".

Estas formas no son excluyentes y, por supuesto, según se combinen pueden lograrse formas de influencia superiores. Por ejemplo, en la medida en que el maestro además de la autoridad que le es conferida legítimamente por su rol, tiene a su favor cualidades personales atrayentes o un nivel de conocimientos que propicia el respeto y la admiración de sus estudiantes, su ascendencia sobre estos es aún mayor (Fernández et al., 1995).

En relación a las formas de manifestación de la dinámica del poder en las relaciones de los estudiantes y profesores mediadas por las TIC, se identificaron dos tendencias en función de la forma como se configuran la simetría en las relaciones, y las bases de poder que prevalecen.

La primera tendencia se orienta hacia relaciones más simétricas, con mayor participación de los estudiantes (a nivel individual y grupal) en la construcción del conocimiento; con el rol de profesor más centrado en ser orientador del proceso formativo. En la comunicación estudiante-profesor a través de las TIC, se aprecian con frecuencia elementos afectivos, a través del uso de distintas modalidades tecnológicas: "...mi profesora guía, por ejemplo, me escribe todos los días, envía poemas, habla sobre dónde estamos teniendo problemas..."; "...la profe de inglés me dice: a ver, ¿qué te está pasando?..."; "...hay estudiantes que establecen un vínculo con uno por correo, que es increíble, la relación fluye continuamente..."; "...hay estudiantes que me escriben para felicitarme, por ejemplo, el día de la mujer...".

La base de poder que prevalece es el poder de experto; aunque los roles instituidos en este contexto hagan que el poder legítimo se manifieste también. Los estudiantes enfatizan que estos profesores poseen conocimientos y experiencias que les permiten desarrollar el proceso de formación de un modo innovador: "...es un profesor que ha estado en diferentes eventos..."; "...su propuesta sin lugar a dudas solo se le puede ocurrir a alguien que haya experimentado mucho con la computación...". Resultan distintivos en este tipo de dinámica del poder los sentimientos mutuos conjuntivos, dados por la atención individualizada que se brinda a través de modalidades tecnológicas como el correo, lo cual satisface esta necesidad de estudiantes y profesores. Se percibe en los profesores la disposición a colaborar, a actuar conjuntamente durante el proceso de formación y en los estudiantes una oportunidad para hacer del proceso de enseñanza– aprendizaje un espacio más provechoso para ambos: "... sé que el profesor en algún momento va revisar su buzón y va a aclarar mi duda de la mejor manera..."; "'...los estudiantes me dan sus opiniones personales acerca de las clases y eso me hace sentir bien porque aparte de demostrarme confianza me ayuda para hacerles llegar mejor los contenidos que imparto ...".

La otra tendencia se caracteriza por conceder menos participación a los estudiantes durante el proceso, revelando menor simetría en el poder. En ésta, la comunicación a través de modalidades tecnológicas ocurre con poca frecuencia, el contenido de los mensajes es muy formal; limitándose a la información solicitada: "...el profesor de programación no me escribe nunca si yo no le escribo antes..."; "... hay profesores a los que le escribo sólo cuando tengo alguna duda, con otros no es así porque me gusta más conversar con ellos...". En estas RI se privilegia el funcionamiento del poder legítimo, pues se reconoce que el uso de la tecnología que hacen estos profesores está determinado por el rol que desempeñan o por lo que institucionalmente está establecido: "...es verdad también que como profesores ellos tienen muchísimas cosas que hacer..."; "...no es lo mismo cuando se tienen otras obligaciones... es un poco más difícil...". Aquí los profesores manifestaron sentimientos conjuntivos menos marcados hacia los estudiantes, debido fundamentalmente a la forma en que usan la tecnología dentro de la relación; prefiriendo el intercambio cara a cara, y en el que se puede observar la reacción del otro y a que se requiere de tiempo para que ocurra la retroalimentación que hace la relación más fructífera; aunque no dejan de reconocer que su uso también puede resultar provechoso en determinados espacios dentro de la docencia e incluso para establecer una relación más personalizada con los estudiantes: "...Si yo tuviera mucho más tiempo a mí no me molesta, no es lo que más me gusta realmente, a mí me gusta verle la cara a la gente..."; "...a través de éste se puede establecer una comunicación que a veces es difícil lograr en un aula, en un pasillo, puede ser con más calma, más directa...". Igualmente, los estudiantes demostraron sentimientos conjuntivos menos intensos hacia la relación con los profesores a través de la tecnología; considerando que todos los profesores no pueden dedicarle el mismo tiempo al uso de la tecnología, como se apuntó anteriormente, por las características del propio rol de profesor.

El análisis de los indicadores anteriores constituye solo un acercamiento inicial a las características distintivas de las RI estudiante-profesor, mediadas por las TIC, en el contexto de la formación universitaria. Sin duda es una línea de trabajo que debe enriquecerse, en función de poder identificar desde visiones interdisciplinares referentes teóricos y metodológicos que permitan hacer mejor uso de las potencialidades de las TIC en la educación, estructurando alternativas psicopedagógicas más ajustadas a los referentes ideológicos y culturales de cada contexto. En el caso de Cuba, estructurando orientaciones para una praxis educativa que potencie la formación desde referentes emancipatorios y potenciadores de prácticas grupales donde prevalezca la cooperación y no el aislamiento y competitividad que distingue a las culturas donde se originaron las TIC.

Finalmente, de la revisión teórica, y la interacción en el contexto de investigación, se llega a las siguientes conclusiones:

Las RI tienen mayor influencia en el proceso de socialización cuando se establecen con personas significativas; sobre la base de sentimientos esencialmente conjuntivos que matizan la percepción mutua, con tendencia a la simetría en la dinámica del poder y sobre bases de poder carismático o de experto.

Constituyen indicadores relevantes en las RI estudiante-profesor mediadas por las TIC, la percepción mutua, la dinámica del poder: (simetría y bases del poder) y los sentimientos mutuos conjuntivos.

La percepción mutua de estudiantes y profesores presenta significativa correspondencia. El profesor aparece como la figura que da orientaciones precisas para el desarrollo de las actividades docentes; constituyendo un guía dentro del proceso de formación. Mientras los estudiantes asumen un rol más activo y responsable en su propia formación.

Existe estrecha relación entre la percepción mutua y las imágenes de profesor y estudiante ideales que poseen ambos. Para los estudiantes la imagen de profesor ideal incluye aspectos como disponibilidad, respeto, simpatía y nivel de atención personal. Para los profesores el elemento fundamental en la imagen de estudiante ideal es el grado en que se adapta a las exigencias docentes, tanto de tipo académico como de relación interpersonal.

En la dinámica del poder se identifican dos tendencias; en las cuales emergen como características distintivas: la simetría de las RI estudiante–profesor y las bases de poder que prevalecen en estas.

En la primera tendencia se fomenta la participación de los estudiantes en la construcción del conocimiento, en la comunicación se intercambian elementos afectivos a través del uso de modalidades tecnológicas y prevalece el poder de experto.

En la segunda tendencia se concede menos participación a los estudiantes durante el proceso, la comunicación ocurre con poca frecuencia a través de la tecnología, el contenido de los mensajes es muy formal; limitándose a la información solicitada y prevalece el poder legítimo.

En general, se manifiestan sentimientos mutuos conjuntivos entre estudiantes y profesores, aunque son más marcados en la primera tendencia en cuanto a la dinámica de poder.

 

Referencias

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1 Psicóloga. Máster en Psicopedagogía por la Universidad Central "Marta Abreu" de las Villas (UCLV). Jefa del Departamento de Psicología, Facultad de Psicología, UCLV. Santa Clara, Cuba. Correo electrónico: mariarw@uclv.edu.cu
2 Psicóloga. Máster en Desarrollo Comunitario por la Universidad Central "Marta Abreu" de las Villas (UCLV). Profesora en el Departamento de Comunicación Social, Facultad de Psicología, UCLV. Santa Clara, Cuba. Correo electrónico: maitie@uclv.edu.cu
3 Psicóloga. Dra. en Ciencias de la Educación por la Universidad de la Habana. Investigadora del Centro de Estudios Comunitarios, UCLV. Santa Clara, Cuba. Correo electrónico: yamilar@uclv.edu.cu

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