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Psicologia para América Latina

versión On-line ISSN 1870-350X

Psicol. Am. Lat.  no.27 México dic. 2014

 

PRESENTACIÓN

 

Multidisciplina, trabajo colectivo y exploración de la ciudadanía

 

 

Fernando González-AguilarI, 1; Juan Manuel Piña OsorioII,2

IFacultad de Estudios Superiores Zaragoza, UNAM
IIInstituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación, UNAM

 

 

En el año 2006, los autores de este número especial para la Revista Psicología para América Latina fuimos invitados a participar en uno de los macro-proyectos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Esta invitación tenía el propósito de buscar el intercambio entre académicos y académicas de diversas instancias de esta Universidad, vinculados con las ciencias sociales y las humanidades de las escuelas, facultades e institutos. La intención de las autoridades universitarias consistía en romper tanto con las barreras disciplinarias como con las establecidas por las entidades, para que los académicos conversaran y dialogaran con sus colegas universitarios. La idea era sencilla: que la planta académica en ciencias sociales y humanidades de la UNAM se adentrara en el trabajo colectivo, en la formación de redes de investigación y, de ser posible, en lo que se denomina la nueva producción del conocimiento.

Estimulados por esta invitación, decidimos discutir la obra de Gibbons, Limoges, Nowotny, Schwartzman, Scott, y Trow (1997), La nueva producción del conocimiento. La lectura de este libro escrito por un equipo de investigación fue apasionante. A partir de él, entendimos que a fines del Siglo XX se perciben dos modos de producción del conocimiento en ciencias sociales denominados: modo de producción I y modo de producción II. El I, caracterizado por el investigador aislado, quien es un verdadero artesano de la investigación que trabaja en su cubículo y en su casa, además de que él mismo ejecuta la mayor parte de las tareas de la investigación. Realiza su producto de principio a fin, tal como lo hacen los artesanos que elaboran alguna mercancía. El propósito fundamental del investigador es la publicación, dar a conocer sus hallazgos a un público de especialistas, de profesores, de estudiantes y, en algunos casos, a una comunidad más amplia.

El modo de producción II, por el contrario, es la nueva modalidad de la investigación. Su peculiaridad consiste en que un grupo de académicos de diversas disciplinas o áreas del conocimiento se reúnen para trabajar en la comprensión de un problema social a partir de la mirada de cada uno de ellos. El propósito no es sumar las disciplinas, sino analizar e interpretar un problema desde la perspectiva de diversos especialistas. El resultado es un producto no fragmentado, sino analizado e interpretado en sus diversas dimensiones, articuladas entre sí. Esta tarea sólo es posible con el trabajo colectivo, esto es, la formación de un equipo de investigación y, en el mejor de los casos, por la presencia de una red de investigadores.

Posteriormente concluimos que nuestro equipo de discusión, formado por académicos y académicas provenientes de diversas disciplinas sociales y humanísticas, se convirtiera en un grupo de investigación, para así participar en el macro-proyecto. En su origen, este grupo estuvo integrado por psicólogos, pedagogos y sociólogos. Nuestro objetivo consistió en adentrarnos en el estudio de la ciudadanía en los estudiantes de educación superior. Con esto, se cumplía un primer requisito para la creación de estos colectivos de investigación: reunirse por la demanda de una problemática de investigación. Poco a poco fuimos precisando un objeto y universo de estudio, al tiempo que nos propusimos manejar un lenguaje conceptual y metodológico común, para que cada integrante, sin renunciar a su autonomía y desarrollo propios, conociera lo que se hacía y por qué se hacía. Tanto el grado académico como la disciplina de origen de los participantes se subsumieron en el proyecto colectivo. Los integrantes comprendieron las diferentes dimensiones de la ciudadanía, la importancia de la dimensión cultural en la sociedad actual y, a partir de ahí, la pertinencia para investigarla en poblaciones de estudiantes de educación superior. Todos participamos en la construcción de nuestro primer cuestionario, lo probamos y encontramos los puntos débiles. También nos acercamos a las técnicas de asociación de palabras, y de ahí a las Redes Semánticas Naturales. Todo esto indicaba que nos acercábamos al modo de producción II. Ya no éramos investigadores solitarios, artesanos de la investigación, sino un equipo de trabajo formado por varios integrantes deseosos por conocer la ciudadanía, las dimensiones de ésta, y por analizar los resultados del trabajo de campo.

Sin embargo, a diferencia de Gibbons y su equipo que lograron elaborar un documento firmado por todos los integrantes, nosotros sólo hemos elaborado reportes individuales, a lo más, dos autores por documento. La integración del trabajo conceptual, metodológico y empírico se ha limitado por los obstáculos de una redacción colectiva. Entonces, ¿esto significaba un fracaso en la formación del trabajo de investigación social, esto es, del modo de producción II? Consideramos que no hemos fallado, sino que nuestro equipo ha avanzado paso a paso y ha logrado romper con las barreras disciplinarias, las de las entidades y las de nivel educativo, porque hemos aprendido a compartir experiencias académicas. Somos un equipo multidisciplinario que se originó con una finalidad sencilla: discutir autores, propuestas teóricas, si acaso metodológicas. Fuimos avanzando hasta llegar a la elaboración de propuestas de investigación. Nuestro gran objeto de conocimiento inicial la ciudadanía, lo hemos acotado, de manera que hemos encontrado numerosas vetas para explorar y explotar. A partir de lo anteriormente señalado, nos queda cada vez más claro que la multidisciplina y más aún la interdisciplina no pueden considerarse como un punto de partida, sino que son un punto de llegada que contiene un fuerte componente de incertidumbre, que tiene que construirse paso a paso por los equipos de trabajo interesados en desarrollarlo. Esperamos que los artículos que se encuentran en este número den cuenta de este proceso de investigación, en parte colectivo y en parte individual.

Teniendo como telón de fondo lo anteriormente señalado, ponemos a consideración del lector siete artículos que se presentan bajo el nombre de Significado de grupos vulnerables y democracia en estudiantes universitarios, con los cuales pretendemos explorar algunos aspectos de la problemática ciudadana, tomando como foco de atención los significados que han construido estudiantes de educación superior de diferentes regiones de la república mexicana acerca de los denominados grupos vulnerables y la democracia.

Consideramos que la reivindicación de la ciudadanía en la sociedad actual (Touraine, 2005) debe identificar tanto los derechos políticos que corresponden a todos los ciudadanos como también los derechos culturales que por definición protegen a poblaciones particulares. Se debe reivindicar no sólo el derecho a ser como los otros, sino también el derecho a ser diferente. Ser democráticos en una sociedad compleja y diversa, implica aprender a vivir juntos (Touraine, 1996), para lo cual se debe asumir el reconocimiento de los otros como sujetos, independientemente de su condición social particular, sea ésta mayoritaria o minoritaria.

De manera particular, en el Informe país sobre la calidad de la ciudadanía en México, publicado por el Instituto Federal Electoral (IFE, 2014), en el apartado "Discriminación y Estado de Derecho", se apunta que la sociedad mexicana ha invertido en la última década numerosos esfuerzos para combatir la discriminación. Han aparecido leyes, instituciones e instancias encargadas de combatir la discriminación, sin embargo, las percepciones y vivencias de los ciudadanos acerca de este fenómeno social indican que la discriminación perdura. En la encuesta aplicada por esta institución, se reportó que entre el 60% y 75% de personas perciben que otros son discriminados por su apariencia física (75.3%), por clase social (76.4%), por el color de piel (70.9%), por ser indígena (70.7%), por ser mujer (58.5%). El porcentaje disminuye cuando se les pregunta si han vivido discriminación, de manera que por apariencia física (18.4%), por clase social (20.4%), por color de piel (10.2%), por ser indígena (5%), por ser mujer (26.4%). El cuestionamiento que surge de estos resultados es ¿por qué, a pesar de los esfuerzos oficiales por contrarrestar la discriminación, ésta continúa en nuestra sociedad? La explicación que proporcionan los integrantes de este informe es que los esfuerzos han sido fragmentados, aunado a la poca sistematicidad con la que se conduce la política antidiscriminatoria.

Estos resultados no son distantes a lo que nos hemos encontrado con los estudiantes de distintas instituciones de educación superior del país. En nuestras indagaciones nos hemos centrado en los significados y formas de relación que asumen dichos estudiantes, con respecto a los grupos que han vivido en un ambiente carente de reconocimiento social y que han sido el blanco de diversas formas de discriminación. Es el caso de los homosexuales, las lesbianas, personas con VIH, personas con discapacidad, así como los adultos mayores y los indígenas.

Otra veta de análisis del estudio de la ciudadanía que está presente en este número, corresponde a la temática de la cultura política, la cultura ciudadana y la democracia. Resulta clave comprender las imágenes que han construido los estudiantes acerca de la democracia vista ésta como ideal o como práctica social, así como las formas y mecanismos a partir de los cuales se relacionan con diversos aspectos del sistema político mexicano.

Los resultados que aquí presentamos deben ser considerados como un reporte del avance de nuestras indagatorias que forma parte del proyecto titulado Cultura Ciudadana y Cultura Política en Estudiantes de Universidades Interculturales y del Bajío (IN 401014) financiado por El Programa de Apoyo a Proyectos de Investigación e Innovación Tecnológica de la UNAM (PAPIIT: IN 401014).

Esperamos que la lectura de estos trabajos favorezca la reflexión sobre los temas de la ciudadanía, sobre todo, de los déficits democráticos y culturales aún presentes en nuestra sociedad.

 

Referencias

Gibbons, M., Limoges, C., Nowotny, H., Schwartzman, S., Scott, P. & Trow, M. (1997). La nueva producción del conocimiento: la dinámica de la ciencia y la Investigación en las sociedades contemporáneas. Barcelona: Ediciones Pomares-Corredor.         [ Links ]

Instituto Federal Electoral (2014). Informe país sobre la calidad de la ciudadanía en México. IFE: México. Recuperado el 10 de noviembre, 2014, de http://www.ine.mx/archivos2/s/DECEYEC/EducacionCivica/Informe_pais_calidad_ciudadania_IFE_FINAL.pdf        [ Links ]

Touraine, A. (1996). ¿Podremos vivir juntos? La discusión pendiente: El destino del hombre en la aldea global. México: Fondo de Cultura Económica.         [ Links ]

Touraine, A. (2005). Un nuevo paradigma para comprender el mundo de hoy. Barcelona: Paidós.         [ Links ]

 

 

1 Mexicano. Candidato a doctor en Pedagogía por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Profesor de tiempo completo en la Carrera de Psicología de la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza (UNAM). México, D. F. Correo electrónico: fergonar@unam.mx
2 Mexicano. Doctor en Pedagogía por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Investigador de tiempo completo en el Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación de la UNAM. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores, Nivel II. México, D. F. Correo electrónico: jpiaosorio@yahoo.com

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