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Revista Psicologia Organizações e Trabalho

versión On-line ISSN 1984-6657

Rev. Psicol., Organ. Trab. vol.14 no.4 Florianópolis dic. 2014

 

Bienestar subjetivo y trabajo en jóvenes universitarios: estudio comparativo entre Chile y España

 

Subjective well-being and working in college students: a comparative study between Chile and Spain

 

 

Ferran CasasI; Jaime AlfaroII; Cristina FiguerI; Boris ValdenegroIII; Gemma CrousI; Denise OyarzúnIV

IUniversidad de Girona. España
IIUniversidad del Desarrollo. Chile
IIIUniversidad de Chile. Chile
IVPontificia Universidad Católica de Valparaíso. Chile

Dirección

 

 


RESUMEN

Los estudiantes universitarios componen un grupo expuesto a diversas tensiones psicosociales en virtud de su adaptación a los nuevos entornos físicos y sociales a los que se enfrentan, situación que se complejiza más para aquellos que se insertan al mundo laboral. Esta investigación explora el estado y características del bienestar subjetivo de 1.456 jóvenes universitarios de Chile y España (Cataluña), utilizando la Escala de Satisfacción Global con la Vida (OLS) y el Índice de Bienestar Personal (PWI). Asimismo, se estudia la relación entre los niveles de satisfacción vital y el hecho de trabajar o no. Para ello, se determinaron coeficientes de fiabilidad del PWI, se comprobó su ajuste estadístico mediante análisis factorial confirmatorio y se construyeron modelos de ecuaciones estructurales. Los resultados indican que no existen diferencias significativas en el bienestar subjetivo entre los estudiantes universitarios que trabajan y los que no, en ninguno de los dos países.

Palabras clave: universitarios; satisfacción vital; trabajo; análisis factorial confirmatorio, modelos de ecuaciones estructurales


ABSTRACT

College students compose a group exposed to diverse psychosocial stress factors in their adaptation to the new physical and social environments they confront. This situation is more complex for those that are working and studying. This research explores the status and characteristics of the subjective well-being of 1,456 university students in Chile and Spain, as measured by the scale of Overall Life Satisfaction (OLS) and the Personal Well-being Index (PWI). It also explores the relationship between levels of overall life satisfaction and the fact of working, or not. For this purpose, PWI reliability coefficients were determined, checked for statistical adjustment using confirmatory factor analysis, and structural equation models were built. The results indicate no significant differences in subjective well-being among college students who work and those who do not, in either of the two countries.

Keywords: college students; life satisfaction; work; confirmatory factor analysis; structural equation modeling


 

 

BIENESTAR SUBJETIVO: ANTECEDENTES GENERALES

La noción de bienestar subjetivo conjuga dimensiones interrelacionadas relativas a los afectos positivos, los afectos negativos y la satisfacción vital (Diener & Suh, 1997; Pavot & Diener, 1993). Los afectos se refieren al componente emocional, mientras que la satisfacción vital se refiere al componente cognitivo, relativo a los juicios y a la evaluación de la persona sobre la calidad de su vida ante sus circunstancias (Seligson, Huebner, & Valois, 2003). La satisfacción vital puede evaluarse de dos formas: dando cuenta del grado en que se valora positivamente la vida como globalidad (Veenhoven, 1994), o valorando los ámbitos específicos que la componen, como la familia, amigos, o trabajo (Huebner, 2004; Seligson, Huebner, & Valois, 2005).

Los avances en la medición del bienestar subjetivo en la población juvenil informan de los factores relacionados con las diferencias individuales en la percepción del bienestar y sus secuelas (Huebner & Gilman, 2002; Seligson et al.,2003; 2005), así como la identificación de subgrupos de riesgo a fin de favorecer la adecuada prestación de apoyo y recursos (Tomyn & Cummins, 2011), permitiendo aumentar la comprensión de los correlatos y guiar acciones tendentes a mejorar el bienestar, aportando complementariamente a una aproximación centrada en la evaluación de las conductas problemáticas o aspectos patológicos (Gademann, Schonert-Reichl,& Zumbo,2010).

Seligson et al. (2003) establecen cuatro ventajas de utilizar la noción de satisfacción vital: integra las perspectivas psicológicas y sociológicas con las perspectivas médicas y de rehabilitación; accede a los múltiples factores determinantes de los estados de salud, incluyendo dimensiones personales, comunitarias y estructurales; activa las condiciones necesarias para comportamientos saludables, y con ello contribuye a la implementación de acciones de promoción y rehabilitación; y, finalmente, desarrolla instrumental sensible para evaluar la capacidad de las intervenciones orientadas a incidir en los problemas de salud/enfermedad, proporcionando, de este modo, información para la prevención, detección precoz e intervención en diversas poblaciones en condiciones de riesgo.

Existen, hasta ahora, escasas publicaciones con pruebas empíricas y resultados obtenidos mediante la aplicación de diferentes instrumentos en estos grupos de población, en diferentes países o contextos culturales, y salvo algunas excepciones, la mayoría de éstos son realizados en el mundo anglosajón (Casas et al.,2011). La investigación en bienestar subjetivo y sus nociones asociadas no ha emergido todavía de manera relevante en países en vías de desarrollo (Lau, Cummins, & McPherson, 2005; Siyez & Kaya, 2008; Tiliouine, Cummins, & Davern, 2006; Webb, 2009; Yiengprugsawan, Seubsman, & Khamman, 2010). Por ello, el estudio de la satisfacción vital requiere el desarrollo de medidas comparativas nacionales y transnacionales, y de grupos o entornos culturales diversos (Casas, 2010; Casas et al.,2011; Siyez & Kaya, 2008).

En población universitaria la literatura sobre bienestar subjetivo comparada a la producción de este campo entre los adultos resulta ostensiblemente menos cuantiosa y hasta la fecha dispone de menos evidencias basadas en investigaciones empíricas para explicar su funcionamiento, incluso se encuentra una cantidad inferior de publicaciones de las que se han obtenido de poblaciones adolescentes o infantiles (Gademann et al., 2010; Tomyn & Cummins, 2011).

 

BIENESTAR Y JUVENTUD UNIVERSITARIA

Investigar sobre bienestar subjetivo en universitarios tiene relevancia tanto en Chile como en España debido a que la creciente ampliación de la población que accede a la educación superior en ambos países conlleva un incremento de la complejidad en términos de su diversidad de género, nivel socioeconómico y etnia, lo que la constituye como un grupo social que es necesario estudiar de manera diferenciada (Pérez, Padilla, Ponce, Hernández, & Márquez, 2010).

De igual forma la etapa entre los 18 y 30 años está despertando cada vez mayor interés por parte de las ciencias humanas y sociales, particularmente a partir de las propuestas de Arnett (2004), que denomina a este período de la vida "adultez emergente", resaltando algunas de sus diferencias fundamentales con la adultez plena que se observan de forma sobresaliente en las sociedades contemporáneas: falta de los compromisos estables característicos de la adultez; falta de responsabilidades familiares; prolongación de la búsqueda de identidad en distintas áreas, especialmente en el amor y en el trabajo; inestabilidad y muchos cambios (trabajo, residencia, pareja); al mismo tiempo que se trata de un etapa en la que muchas alternativas de futuro están abiertas, y por tanto se vislumbran grandes posibilidades.

La relevancia de estudiar este grupo se fundamenta en relación al hecho que los universitarios componen un grupo expuesto a presiones y tensiones psicosociales en virtud de su adaptación a nuevos entornos sociales y físicos, afrontando cambios en sus redes sociales de pertenencia, y expuesto a responder ante altas exigencias académicas y sociales, constituyéndose en un grupo psicosocialmente particular (Zullig, Ward, & Horn, 2006). En este sentido distintos estudios destacan que estas exigencias académicas y sociales pueden afectar su salud mental, generando una mayor incidencia de sintomatología ansiosa y afectos depresivos, asociados fundamentalmente al estrés académico, que tiene que ver con la dificultad percibida ante las exigencias universitarias (Cova et al., 2007). Así también respecto del efecto de la experiencia universitaria en el bienestar de los estudiantes en el estudio de Boazman, Sayler y Easton-Brooks (2012) se exploraron variables psicosociales, junto con su influencia en el bienestar subjetivo y el éxito académico de los estudiantes que ingresaron a una universidad en Texas, Estados Unidos, ya sea en un programa de primera entrada (adolescentes de 15-16 años) o en un programa de honores (18 a 19 años). Observando que los estudiantes del programa de honores reportaron una media ligeramente más baja de bienestar (74.90) que los estudiantes del programa de primera entrada (76.62). En cambio, al final de su primer año en la universidad, el bienestar de los estudiantes del programa de primera entrada (75.65) fue menor que en la entrada a la universidad, mientras que el bienestar de los estudiantes programa de honores (76.69) había mejorado. Por otro lado también Zubieta y Delfino (2010) realizaron un estudio descriptivo acerca del nivel de bienestar en universitarios argentinos, considerando las dimensiones de satisfacción con la vida, bienestar psicológico y bienestar social, constatando que estos jóvenes muestran niveles altos de satisfacción con la vida y bienestar psicológico, pero muestran un déficit en las dimensiones del bienestar social referidas a la percepción de progreso y cambio social, existiendo diferencias según género, siendo las mujeres las que perciben el entorno social más facilitador para el logro de sus metas personales.

De igual forma la relevancia de avanzar en el estudio de este grupo se puede asociar al logro de la tarea universitaria, en cuanto la evidencia disponible indica que los niveles de satisfacción con la vida entre universitarios predicen el aprendizaje (controlando diferencias sociodemográficas), de manera tal que la satisfacción con la vida adquiere una trascendencia para facilitar el éxito de la misión universitaria y promover logros académico entre los universitarios (Zullig, Huebner, & Pun, 2009). En esta misma línea Dela y Dela (2006) reportan que los universitarios evalúan su satisfacción, bienestar y felicidad de modo positivo, en la medida que se encuentran satisfechos con su desempeño académico.

En relación a lo anterior adquiere relevancia el desarrollo de líneas investigativas que produzcan mayor conocimiento científico sobre los fenómenos psicosociales que caracterizan a este grupo de población.

 

BIENESTAR SUBJETIVO Y TRABAJO

Según plantea Russell (2008) la relevancia del trabajo para el bienestar subjetivo radicaría en los beneficios que este aporta: identidad, oportunidades para la interacción social, ocupación del tiempo, propósitos colectivos, compromiso en desafíos, posibilidades para la mejora del estatus social, además de ser la fuente de ingresos económicos. La investigación ha demostrado la relación entre el rendimiento en el trabajo y bienestar subjetivo, a pesar de que hay un debate sobre la dirección de la causalidad de la relación. Es decir, si el bienestar subjetivo causa mayor rendimiento en el trabajo, o si un mayor rendimiento en el trabajo incrementa el bienestar subjetivo. Independientemente de la dirección de la causalidad, se sostiene que es valioso tener empleados que son productivos y tienen un alto bienestar subjetivo (Russell, 2008).

Un metanálisis de más de 300 estudios aportó evidencias concretas respecto de la existencia de una fuerte relación entre bienestar y trabajo. En la investigación realizada por Judge, Tharesen, Bong y Patton, (2001) se observó que la satisfacción en el ámbito laboral tiene una alta correlación con el comportamiento laboral (entendido como rendimiento), efecto que aumentaba en la medida que el trabajo crecía en niveles de complejidad.

Una de las pocas investigaciones conocidas en la población de jóvenes universitarios es la de Cotton, Dollard, y deJonge (2002), que estudia las relaciones entre las características psicosociales del trabajo, bienestar y satisfacción, y rendimiento, en una muestra de 176 estudiantes universitarios de Australia. Utilizando un modelo de ecuaciones estructurales, observaron que el ambiente de trabajo (específicamente demandas y control) afecta la satisfacción laboral, lo que a su vez media la relación con el rendimiento. Altos niveles de angustia psicológica y bajos niveles de satisfacción en el trabajo de los universitarios aparecen vinculados a las altas demandas, combinadas con bajo control.

Otros resultados de investigaciones sobre el bienestar en el lugar de trabajo muestran una relación entre trabajo, bienestar subjetivo y salud en general. En un estudio con enfermeras se observó una relación positiva entre el bienestar subjetivo y la satisfacción en el trabajo, de forma que las personas felices informaron mayores niveles de satisfacción con el empleo, así como también de promoción de la salud psicológica y física, lo que proporciona apoyo al supuesto de una relación recíproca entre la satisfacción laboral y bienestar subjetivo (Pavot & Diener, 2004).

La investigación de Gómez, Villegas de Posada, Barrera, y Cruz (2007) evaluó el bienestar subjetivo y su predicción a partir de la autoeficacia y la satisfacción con algunos ámbitos de la vida (salud, relaciones afectivas, trabajo) de 795 estudiantes, profesores y empleados de una universidad en Colombia. Los resultados mostraron alto bienestar subjetivo, elevada auto-eficacia, y satisfacción con la mayor parte de los ámbitos. El estudio parece confirmar que para el bienestar subjetivo las condiciones objetivas importan, pero no son el factor decisivo. Las condiciones objetivas parecen, efectivamente, impactar el bienestar subjetivo a través de variables motivacionales y cognitivas. De hecho, las correlaciones más altas obtenidas en esta investigación fueron entre la satisfacción global con la vida y la satisfacción con las relaciones personales en el trabajo o en el estudio y con la seguridad en el futuro.

Por otro lado, teorías desarrolladas desde la Psicología Positiva relacionan las características de los entornos de trabajo y la relación de estos con su efecto en el bienestar, aportando evidencias respecto que personas en contextos de trabajo que se ajustan a su personalidad tienden a ser psicológicamente más sanas, más satisfechas, y más productivas que personas en entornos incongruentes. Los individuos que persiguen objetivos personales que son auto-seleccionados y auto-congruentes, tienden a experimentar mayores niveles de bienestar subjetivo, y el bienestar es mayor cuando se persiguen metas que tienen una orientación a largo plazo en lugar de objetivos que satisfagan las necesidades a corto plazo (Walsh, 2008).

Según se observa en la producción de literatura en este campo, el vínculo entre bienestar y trabajo pocas veces ha sido abordado en la población universitaria. Sobre la base de estos antecedentes teóricos y empíricos, el presente trabajo se plantea como objetivos, por una parte, estudiar el estado y características del bienestar subjetivo entre jóvenes universitarios de dos contextos nacionales distintos (Chile y España), tomando como indicadores la escala de satisfacción global con la vida (OLS) y el Personal Well-Being Index (PWI), y, por otra parte, estudiar la relación entre los niveles de satisfacción y el hecho de trabajar entre estos jóvenes.

 

MÉTODO

Participantes

La muestra de carácter no probabilístico está compuesta por 1.456 jóvenes universitarios de Cataluña y Chile, con edades entre los 18 y 28 años, con una media de 21.30 (DE= 2.07). De Cataluña son 593 universitarios correspondiendo un 18.7% hombres y 81.3% mujeres. Los integrantes de Chile son 863 agrupándose según sexo en 50.2% hombres y 49.8% mujeres. En Cataluña la media de edades es de 20.77 (DE= 2.19), mientras que en Chile la media es de 21.67 (DE= 1.91). La muestra total arroja un 34.7% de trabajadores activos, presentando la muestra de Cataluña un 54.6% de trabajadores, mientras que la de Chile un 21.0%, no existiendo en ambos casos diferencias significativas según sexo.

Instrumentos

Índice de Bienestar Personal (Personal Well-Being Index = PWI)

El Índice de Bienestar Personal (PWI) es una escala diseñada por Cummins, Eckersley, Pallant, Van Vugt, y Misajon (2003) que contiene siete ítems referidos a los ámbitos: nivel de vida, salud, logro en la vida, seguridad, relaciones con las personas, grupos de los que se forma parte, seguridad en el futuro. Estos ámbitos están teóricamente integrados en una única dimensión, como representación de la satisfacción vital como un todo (International Well-being Group, 2006).

Aunque el PWI fue diseñado para población adulta (Lau et al., 2005), la construcción de sus ítems está planteada de forma suficientemente amplia para ser aplicable a todo tipo de poblaciones. Complementariamente permite aplicaciones breves de nivel masivo (Lau, Cummins, Lee, Chou, & Chung, 2008).

Escala de ítem único de Satisfacción Global con la Vida (Overall Life Satisfaction = OLS)

Esta escala se emplea en muchas investigaciones para analizar la validez de constructo de la escala PWI (International Well-being Group, 2006), así como para determinar la contribución específica de cada ítem a la varianza total. Consiste en una pregunta formulada en los siguientes términos: Pensando en tu vida actual en general, ¿Cuán satisfecho/a te encuentras con tu vida considerada globalmente?

Procedimiento

En ambos países el cuestionario fue autoadministrado durante horarios de clase, en el período académico 2010. Siempre estuvo presente un responsable del equipo de investigación durante la aplicación, para responder las consultas de los encuestados. Se cumplieron los protocolos éticos que orientan la investigación científica (Lira, 2008), poniéndose énfasis en que la información sería tratada confidencialmente y nadie podría ser identificado individualmente. En España siendo sujetos mayores de edad y los cuestionarios anónimos, sólo hizo falta el consentimiento de los propios encuestados.

Procedimiento de análisis

Los análisis estadísticos se realizaron con el programa SPSS 19.0 y los modelos de ecuaciones estructurales con el módulo AMOS 19. Los sujetos con dos o más valores perdidos en los ítems del PWI no fueron incluidos en la base de datos, mientras que el resto de los valores perdidos fueron sustituidos por regresión mediante el procedimiento implementado en el SPSS 19. Se determinaron los coeficientes de fiabilidad del PWI y se comprobó su ajuste estadístico mediante análisis factorial confirmatorio.

 

RESULTADOS

Se observan diferencias significativas entre países en cuanto a la proporción de jóvenes que trabajan o no. El 54.6% de universitarios trabajadores en la muestra catalana es un porcentaje superior al 21.0% de la muestra chilena. En Cataluña no se observan diferencias significativas entre trabajadores y no trabajadores dependiendo del sexo. Un 9.1% de la muestra son hombres que trabajan y estudian, y un 45.5% son mujeres en la misma condición. En Chile tampoco se observan diferencias significativas entre el sexo y la variable trabajar. Un 10.9% de la muestra son hombres trabajadores, y un 10.1% son mujeres trabajadoras.

Con respeto a la edad y el hecho de trabajar o no, se observan diferencias entre ambos países. En Cataluña a partir de los 20 años hay más de un 50% de sujetos que trabajan, y desde los 23 años el número de los que son trabajadores supera el 75%, siendo a los 26 años cuando se encuentra el porcentaje más elevado. En cambio, en Chile el número de trabajadores no sobrepasa el 50%, pero igual que en Cataluña a mayor edad, se va incrementando el número de universitarios trabajadores.

Fiabilidad del Índice de Bienestar Personal

El análisis de fiabilidad del PWI se observa en la Tabla 1. En ésta se aprecia que las correlaciones ítem-test en Chile oscilan entre 0.489 y 0.656, mientras que para España entre 0.468 y 0.609. En ambos casos se obtienen valores de fiabilidad de 0.8 o más.

Resultados con la escala OLS según país y sexo

La escala de ítem único OLS muestra unos valores medios ligeramente superiores entre los universitarios chilenos (X=7.87) que entre los catalanes (X=7.77), pero de acuerdo con el análisis de varianza (Tabla 2), las diferencias no son estadísticamente significativas.

Al comparar las medias entre ambos sexos, la muestra global evidencia valores significativamente superiores entre los hombres (X=7.94) que entre las mujeres (X=7.76), con F(1.1456)= 4.223,p < 0.04. Sin embargo, un análisis más detallado permite comprobar que esta diferencia no alcanza significación entre los universitarios catalanes, siendo debida a la diferencia de respuestas en la muestra chilena entre ambos sexos. No se observan diferencias significativas en la puntuación de la OLS entre grupos según sexo, en ninguna de las dos muestras (Tabla 2).

Análisis de varianza factorial utilizando la escala OLS

Con la muestra global el modelo de análisis de varianza factorial comparando la satisfacción global con la vida de los que trabajan o no, no resulta significativo con F(3.1457)= 1.978, p> 0.05. No se observan efectos principales ni de interacción significativos.

El modelo que relaciona sexo y el hecho de trabajar o no, con la OLS, no resulta significativo, con F(3.593)= 0.463, p> 0.05. No se aprecian efectos principales o de interacción significativos en la muestra de Cataluña.

Con respecto a la relación entre sexo y trabajar o no, con la OLS, se observa que, en la muestra chilena, el modelo de análisis de varianza factorial propuesto no resulta significativo con F(3.864)= 1.529, p> 0.05. Tampoco en este caso se aprecian efectos principales o de interacción significativos.

Análisis Factorial Confirmatorio (AFC) y modelos de ecuaciones estructurales (MEE) con el PWI

Para comprobar la validez de la estructura factorial de los datos de poblaciones de ambos contextos socioculturales, primero se realizaron pruebas con diferentes modelos de análisis factorial confirmatorio (AFC) del PWI. Se utilizó la estimación de máxima verosimilitud. El cálculo de los errores estándar se realizó mediante el método bootstrap dado que los datos muestran curtosis multivariada superior a la deseable.

Como criterios estadísticos de ajuste se utilizaron el CFI (Comparative Fix Index), el RMSEA (Root Mean Square Error of Approximation) y el SRMR (Standardized Root Mean Square Residual). Se han asumido como aceptables los resultados del CFI por encima de .950 y los RMSEA y SRMR por debajo de .05 como recomiendan Arbuckle (2010); Batista-Foguet y Coenders (2000); Byrne (2010). No obstante, también se consideró que los valores de RMSEA hasta 0,08 representan errores de aproximación razonables en las muestras grandes (Browne & Cudeck, 1993; Byrne, 2010).

Para comparar los coeficientes de los AFC entre grupos (en este caso, países) primero se comprobó la presencia de invarianza factorial, que refiere al grado en que los ítems utilizados en un cuestionario significan lo mismo para los miembros de los distintos grupos estudiados, como requisito para que la comparación de factores tenga sentido. En caso contrario, las diferencias de medias o de coeficientes de correlación podrían ser atribuidas a verdaderas diferencias en la distribución o a diferentes significados de las variables (Meredith, 1993). Se consideraran dos tipos de invarianza factorial: la denominada invarianza factorial métrica, que es un requisito para comparar varianzas, covarianzas o coeficientes de regresión entre grupos; y la llamada invarianza factorial fuerte, que es un requisito para poder comparar las medias de los factores entre grupos (Coenders, Batista-Foguer, & Saris, 2005).

Para ello se desarrollaron pruebas de ajuste estadístico de cada modelo en tres pasos. El primer paso consistió en probar el ajuste de un modelo multigrupo sin ninguna restricción. El segundo paso fue probar la invarianza factorial métrica mediante las cargas factoriales sin estandarizar restringidas entre grupos. Finalmente, se probó la invarianza factorial fuerte restringiendo entre grupos tanto las cargas factoriales como los términos constantes de la ecuación.

Un AFC inicial, con las dos muestras agregadas, sin restricciones y sin permitir covariación de errores, relacionando los 7 ítems del PWI a una variable latente, no mostró ajuste adecuado (Tabla 3, Modelo 1), como ya había sucedido con muestras anteriores de distintos países (Casas et al.,2011). Tras diferentes pruebas se comprobó que eliminando el ítem de satisfacción con los grupos de pertenencia y añadiendo dos covarianzas de error, el modelo mostraba muy buen ajuste (Tabla 3, Modelo 2). Las covarianzas de error son entre la satisfac ción con el nivel de vida y satisfacción con los propios logros; y entre satisfacción con el nivel de vida y satisfacción con la salud. Ambas covarianzas coinciden con las introducidas en modelos anteriores de esta escala (Casas et al., 2011).

Luego se puso a prueba este modelo como multigrupo sin restricciones (Modelo 3), y acto seguido el mismo modelo con cargas restringidas (Modelo 4) y con éstas y los términos constantes restringidos (Modelo 5). Dado que el Modelo 5 muestra un empeoramiento del CFI y del RMSEA superior a 0.01 con respecto al Modelo 4, se debe considerar que los valores medios globales de esta escala no resultan comparables entre las dos muestras estudiadas (Cheng, 2007; Cheung & Rensvold, 2001), presumiblemente porque los universitarios de cada país utilizan estilos de respuesta distintos ante la misma escala.

El buen ajuste estadístico del Modelo 4 permite afirmar que correlaciones y regresiones son comparables entre las muestras de ambos países, por lo que se presenta en la Tabla 4 las cargas factoriales estandarizadas con intervalos de confianza calculados con el método bootstrap.

En ambos países, la satisfacción con lo seguro que me siento, resulta mostrar la contribución más alta al bienestar subjetivo medido mediante el PWI6, mientras que la menor contribución la muestra la satisfacción con la salud. Llama la atención la alta covarianza de error entre satisfacción con la salud y satisfacción con el nivel de vida, más alta aun en Cataluña que en Chile.

A continuación, se construyó el modelo de ecuaciones estructurales que incluye, además de la escala psicométrica puesta a prueba, las variables OLS, edad, sexo y la dicotómica referida a si el universitario trabaja o no. En la Figura 1 se observan los pesos estandarizados de cadaítem sobre la variable latente PWI6, para cada país. En la Tabla 5 se observan estos pesos estandarizados calculados con el método bootstrap, destacando que:

• En ambos países la variable latente PWI6 muestra un peso estandarizado alto (.78 en Cataluña y .81 en Chile) sobre la OLS.

• En ninguno de los dos países se observa una relación significativa entre la variable latente PWI6 y la edad, el sexo y el hecho de trabajar o no.

• El hecho de trabajar o no relaciona negativamente con la edad en ambos países. A mayor edad, mayor posibilidad de estar trabajando.

• El hecho de trabajar o no, no muestra cualquier relación con el sexo, o con el PWI6 ni con la OLS.

• La OLS no muestra cualquier relación ni con la edad ni con el sexo.

• En ambos países hay una ligera correlación entre edad y sexo, en el sentido que entre los estudiantes más jóvenes hay un porcentaje mucho mayor de mujeres que de hombres, que va disminuyendo hasta igualarse entre los de mayor edad.

Posteriormente, con la base de datos conjunta de ambos países se ha puesto a prueba un nuevo modelo multigrupo, tomando como grupos a contrastar los universitarios que trabajan y los que no trabajan. Se observa en los Modelos 6 al 9 de la Tabla 3, que incluso el modelo con constantes restringidas muestra un buen ajuste estadístico, de lo que se desprende que es posible comparar correlaciones, regresiones y medias entre ambos grupos.

Seguidamente se ha repetido el análisis del ajuste de estos modelos con las base de datos sólo de Cataluña (Modelos 10 al 12) y con la de Chile (Modelos 13 al 15). En ambos países los respectivos modelos muestran un buen ajuste con constantes restringidas. No obstante, con este minucioso análisis, en ninguno de los dos países aparecen diferencias significativas en el bienestar subjetivo, medido con el PWI6, entre los que trabajan y los que no trabajan (Tabla 6).

 

DISCUSIÓN

Para iniciar la discusión es pertinente referirse a las diferencias encontradas entre los grupos de universitarios de Chile y Cataluña respecto de su inserción laboral: un 54.6% de la muestra catalana son trabajadores, mientras que los universitarios chilenos en esta condición son un 21%. En el caso de Chile se puede hipotetizar que en la etapa universitaria se asume de manera importante una suerte de "suspensión laboral", derivada del hecho de que el rol asignado por la familia es la preparación para el mundo del trabajo, priorizándose los proyectos educativos por sobre los laborales (Instituto Nacional de la Juventud [INJUV], 2010). Desde esta óptica, es común que los estudios superiores de los hijos sean proyectos de carácter familiar, en los que los jóvenes no son posicionados como generadores de recursos materiales, considerando además que el 76% de la población joven declara vivir con al menos uno de sus padres (INJUV, 2012). Entendemos que es por ello que el alto porcentaje de no empleo en la población juvenil en Chile resulta algo esperable.

En España, en donde un porcentaje muy elevado de jóvenes manifiesta que preferirían ser independientes económicamente, se observa que el 46% sigue viviendo en el hogar familiar entre los 25 y los 29 años debido a la imposibilidad de encontrar empleo en el país con la tasa más alta de desempleo juvenil de Europa (Instituto de la Juventud [INJUVE], 2012). Ello conlleva que se postergue tanto la salida del hogar paterno, que en España está de media en los 30 años, como la planificación de tener hijos, siendo la edad media para tener el primero a los 31.5 años (INJUVE, 2010). En este contexto parece que los jóvenes universitarios presentan tres situaciones distintas: la emancipación familiar de aquellos que disponen de ingresos suficientes, aunque sea con un trabajo precario; el acomodarse o resignarse a continuar en el hogar paterno, sin tener ningún trabajo; o el continuar el dicho hogar con cualquier tipo de trabajo precario para tener más independencia económica durante el período en el que se desarrollan estudios superiores, aunque paradójicamente ello no implica una vida realmente independiente del hogar familiar, en la mayoría de los casos.

En ninguno de los dos países se observan diferencias significativas entre el sexo y la variable trabajar o no. La equivalencia en la inserción laboral entre sexos en ambos países puede ser comprendida desde la tendencia general de los mercados laborales, en orden a la inclusión creciente de la mujer en el mundo del trabajo. No obstante, la tendencia en la población juvenil general en Chile, según sexo, es inequitativa en favor de un 49% de los hombres, mientras que un 32% de las mujeres de rango de edad entre 15 y 29 años, también trabaja (INJUV, 2012). Por tanto, esta equidad entre sexos en la muestra de universitarios estudiada da cuenta de una realidad distinta a la tendencia general, pudiendo explicarse por la diferencia en el nivel socioeconómico de los jóvenes universitarios chilenos en comparación con la población general.

Para medir el bienestar subjetivo de los jóvenes universitarios se han utilizado como indicadores la OLS y el PWI. La escala de ítem único OLS ha mostrado unos valores medios ligeramente superiores entre los universitarios chilenos, pero las diferencias no alcanzan la significación estadística. No obstante, al comparar las diferencias entre ambos sexos, la muestra global muestra valores significativamente superiores entre los hombres, pudiendo comprobar que las diferencias son debidas fundamentalmente a las diferencias de respuestas entre ambos sexos en la muestra chilena. Es posible que la superioridad femenina en las universidades catalanas (al menos en estudios humanísticos y sociales) pueda estar influyendo en un mayor bienestar subjetivo entre las mujeres, que no presenta diferencias significativas con el de los hombres.

Dado que el PWI es una escala multi-ítem, se ha sometido a un análisis factorial confirmatorio para explorar su consistencia interna antes de utilizarla para el contraste entre grupos. Los resultados muestran que la escala mantiene muy buen funcionamiento en ambos países, pero señalan la no comparabilidad de sus valores medios globales debido a un estilo de respuestas distinto entre universitarios catalanes y chilenos. No obstante, las correlaciones y regresiones del modelo sí que resultan comparables entre ambos países.

Los pesos estandarizados del PWI sobre la OLS resultan ser ligeramente superiores en la muestra chilena. La contribución de cada uno de los ítems del PWI a la explicación del mismo sigue un ranking idéntico entre ambos países, siendo la satisfacción con la seguridad y la satisfacción con los logros en la vida los que aportan mayor explicación, y la satisfacción con la salud el que menos.

Mediante modelos de ecuaciones estructurales, incluyendo el PWI, la OLS, el sexo, la edad y la variable trabaja o no, y se ha comprobado que no existen diferencias significativas en el bienestar subjetivo, en ninguno de los dos países, entre los estudiantes universitarios que trabajan y los que no. De este resultado, cabe interpretar que trabajar mientras se estudia no resulta ser ningún hecho particularmente relevante para la satisfacción global con la vida entre los universitarios, aunque pueda comportar una cierta independencia económica de la familia, como parece ser el caso de los universitarios catalanes. De hecho, en la Figura 1 se comprueba que esta variable sólo mantiene una correlación importante con la edad, en ambos países. Una cierta independencia económica de los padres parece pues ser una especie de obligación sentida conforme pasan los años, y aun así se da en un porcentaje relativamente alto de los estudiantes, pero no en todos.

El presente estudio tiene como principal limitación el hecho de que los datos se hayan recolectado en un único momento del tiempo, al poderse considerar que inevitablemente hay constantes cambios en la condición de empleo en los últimos años. Siendo de esta manera recomendable continuar esta línea de investigación replicando mediciones de las variables estudiadas en las cambiantes condiciones del empleo en ambos países.

 

CONCLUSIONES

En este estudio no se observan diferencias significativas en la satisfacción vital entre los universitarios que trabajan y los que no, situación que se refrenda tanto en la muestra agregada, como en cada una de las muestras de Chile y Cataluña por separado. Tanto la equivalencia en el acceso a actividades laborales de jóvenes universitarios hombres y mujeres, como las condiciones laborales similares que conlleva el desarrollar estudios superiores, pueden ser aspectos importantes para explicar estos resultados. Es esperable que, tanto la suspensión de la prioridad de generar recursos en el caso de Chile, como la mejora en las oportunidades derivada de la condición de ser universitario en Cataluña, den como resultante la no relevancia de dichas variables en la satisfacción con la vida.

Estos hallazgos apuntan en la dirección de posibles diferencias culturales entre países acerca de la relación entre el desarrollo de estudios superiores y el mundo del trabajo, así como respecto de comparabilidad de las escalas, siendo este artículo un aporte a este respecto. No obstante, se debe profundizar más respecto de la inclusión en el análisis de variables que arrojen distinciones acerca de la calidad de la oferta laboral entre jóvenes universitarios y no universitarios, a fin de delimitar posibles diferencias respecto del tipo de empleo obtenido.

 

REFERENCIAS

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Jaime Alfaro
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Recebido em: 16.10.2013
Primeira decisão editorial em: 25.05.2014
Versão final em: 06.03.2014
Aceito em: 07.08.2014