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Eureka (Asunción) en Línea

versão On-line ISSN 2220-9026

Eureka vol.9 no.2 Assuncion  2012

 

Artículos

 

"Reflexión Sobre Algunos Métodos Psicoanalíticos para la Indagación del Psiquismo Temprano"

 

"Considerations on Some Psychoanalytic Methods for Enquiring on Early Psychic Development"

 

Celeste Daher1

Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas/Universidad Nacional de San Luis, Argentina

 

 


Resumen

El presente artículo consiste en una investigación bibliográfica que describe distintos métodos utilizados por el psicoanálisis para estudiar el desarrollo psíquico temprano. En sus momentos iniciales el método psicoanalítico infería acerca de lo que acontecía en la infancia a partir del análisis de adultos, existiendo opiniones encontradas sobre la pertinencia del análisis infantil. Mediante el análisis de los sueños, de los relatos de pacientes, de la transferencia y la contratransferencia, se fue construyendo una teoría acerca del desarrollo del psiquismo temprano. Sin embargo, a partir de la implementación de nuevas técnicas y paradigmas teóricos, se empezaron a generar teorías sobre la base de observaciones e investigaciones empíricas con bebés. Se presentan para su exposición cuatro etapas que intentan reflejar este cambio en el modo de investigar acerca del desarrollo psíquico temprano.

Palabras clave: Psicoanálisis, Métodos, Investigación, Psiquismo temprano, Bebés.


Abstract

This article is a bibliographic research which describes differents methods used by the psychoanalisis to investigate the early psychic development. In the beginnings the psychoanalytic method used to infer about what happened in childhood from the analysis of adults, and there were conflicting positions on the relevance of child analysis. Through the analysis of dreams, stories of patients, transference and countertransference, a theory of early psychic development was constructed. Altough, since the implementation of new techniques and theoretical paradigms, started to generate theories on the base from observations and empirical research with babies. Introduced for the exhibition four stages which try to reflect this change in the research way about early psychic development.

Keywords: Psychoanalysis, Methods, Research, Early psychic development, Babies.


 

 

El objetivo de este trabajo es realizar un recorrido por diferentes métodos utilizados por el psicoanálisis para generar conceptos y teorías acerca del desarrollo psíquico temprano.

Asimismo, se propone describir sus aportes y limitaciones, en el marco de su contexto de descubrimiento particular. En definitiva se pretende conocer los caminos que han seguido los diferentes autores para construir sus teorías, así como los aspectos que quedan pendientes por desarrollar.

Según Jiménez (2000) un método es un cierto camino para alcanzar un objetivo propuesto de antemano. Este fin puede ser el conocimiento o también el logro de algún bien determinado (por ejemplo la "verdad" personal o la curación). Es, ante todo, un orden manifestado en un conjunto de reglas.

El método psicoanalítico en sus comienzos infería acerca de lo que acontecía en la infancia a partir del análisis de adultos y existían posturas encontradas sobre la pertinencia del análisis infantil.

Mediante el análisis de los sueños, de los relatos de pacientes, de la transferencia y la contratransferencia, se fue construyendo una teoría acerca del desarrollo del psiquismo temprano.

A partir de la implementación de nuevas técnicas y paradigmas teóricos, existen cada vez más autores que generan sus teorías a partir de observaciones e investigaciones empíricas con bebés.

Se presenta una revisión de las diferentes etapas del método psicoanalítico, dividiéndolas para su exposición en cuatro momentos.

 

Primer momento: Inferencia del mundo anímico infantil a través del análisis de adultos

En este primer momento, hay que mencionar a uno de los más grandes pensadores de la historia, Sigmund Freud (1856-1939). De una gran formación académica, sus estudios en el campo de la neurología médica, lo llevaron a crear nuevos métodos para el tratamiento de una de las enfermedades de la época: la histeria (Freud, 1895)

Se piensa que esta enfermedad, fue producto de una época de intensa represión de la sexualidad, especialmente la sexualidad femenina.

El gran mérito de Freud fue haber desarrollado una macroteoría para explicar el origen de la psicopatología, a través de casos clínicos que eran tratados según un novedoso método: la cura a través de la palabra (Freud, 1911).

Sus innovaciones teóricas, también le valieron la condena de ciertas instituciones médicas de la época que defendían tanto la etiología como el tratamiento de las afecciones psíquicas a través de un único medio: perturbaciones de origen orgánicas (neurológicas), que serían tratadas a través de métodos psiquiátricos (Freud, 1914).

El análisis de los adultos, lo llevó a reflexionar sobre el origen de la psicopatología remontándose a la infancia de sus pacientes (Freud, 1905; Freud, 1909). Es allí como comienza a dilucidar la formación del psiquismo temprano.

Hay que considerar que Freud basó sus conclusiones no solo en el análisis psicodinámico, sino también en aportes de otras disciplinas, e incluso en expresiones artísticas.

Se debe rescatar en él su apertura constante a la revisión crítica de sus propias conjeturas, reformulando en reiteradas ocasiones sus postulados centrales valiéndole la separación de algunos de sus discípulos magistrales: Alfred Adler y Karl Jung (Jones, 1981).

¿Por qué Freud no trató a niños con su método? Esta pregunta se puede responder por las mismas características utilizadas para realizar el procedimiento curativo, es decir, la asociación libre y la interpretación. Estos solo podían emplearse con adultos que ya poseían cierta consolidación de la estructura psíquica. Freud incluso pensaba que era peligroso analizar niños, porque el Super Yo no estaba lo suficientemente establecido (Freud, 1926).

Además, es lógico suponer que el análisis como técnica, solo puede resultar interesante en adultos, ya que para un niño no es una actividad que concentre su atención. Por ello, el psicoanálisis tuvo que evolucionar necesariamente y pensar un modo de poder analizar a los niños, sin necesidad de recurrir a la palabra como vía de acceso central al inconsciente.

El único caso donde Freud, trató a un niño, lo realizó de un modo indirecto a través de conversaciones con su padre, en un caso de equinofobia. Es el caso del pequeño Hans (1909), en el cual el padre del niño fue quien realizó el análisis a través de los diálogos que mantenía con Freud, donde pudo constatar que la fobia del niño hacia el caballo, consistía en un desplazamiento del temor hacia el padre, relacionado al complejo de edipo y de castración.

Este método de análisis sería muy similar al desarrollado por Melanie Klein en el tratamiento del caso Fritz (Klein, 1927), que años después se descubriría que era su propio hijo.

Otra de las referencias que aparecen en la obra de Freud con respecto a los niños, es la observación que hizo de su nieto, el cual realizaba un juego muy especial con un carretel. El pequeño repetía con la misma intensidad la acción de tirar el carretel que la de traerlo hacia él. Esta observación es una de las justificaciones que el autor menciona en el "Mas Allá del Principio del Placer" (1920) para postular que no solo se repite lo placentero sino también lo displacentero, ya que la pulsión de muerte tiene un carácter repetitivoconservador.

Asimismo, la repetición permite la ligazón de la angustia y la simbolización de la ausencia o pérdida.

El psicoanálisis freudiano genera posiciones encontradas, sobre todo acerca del carácter científico del mismo. Como señala Klimovsky (2004), existen ardientes partidarios y a la vez notables detractores, pero situadas en una posición intermedia hay personas un tanto cautelosas o escépticas que, si bien no lo consideran un error o un retiro cultural, no están del todo convencidas acerca de su carácter científico. Tal como señala el mencionado autor, entre los partidarios del psicoanálisis hay algunos que estarían de acuerdo con no darle el status de ciencia, porque suponen que se trata de una disciplina peculiar provista de medios específicos de conocimiento y acción, que no se debe confundir con el método científico.

Pero hay otros adherentes al psicoanálisis que consideran que esta disciplina proporciona un conocimiento científico basado en una metodología totalmente análoga a la que se emplea en otros campos de la ciencia.

Desde afuera del psicoanálisis también hay cuestionamientos sobre este aspecto.

Algunas de las críticas que se le realizan son: la falta de cuantitatividad; que la vaguedad de la teoría impide poner a prueba sus hipótesis y que estas no tienen consecuencias observacionales; que la sugestión que ejercen los psicoanalistas sobre sus pacientes invalida el material clínico como base empírica para la contrastación de hipótesis, entre otras (Klimovsky, 2004).

En síntesis, esta cuestión es un debate abierto y vigente, que genera que aquellos simpatizantes de la teoría psicoanalítica, que desean insertarse en otros espacios de poder, externos al consultorio (universidades, centros de investigación, sistemas de financiamiento), deban crear y adaptar técnicas que respeten las directrices de lo que se llama "método científico".

 

Segundo momento: inicio del análisis infantil

Posteriormente a Freud, surgen pensadores que van a reformular sus teorías a partir de nuevos observables clínicos y desde diferentes marcos teóricos.

Se habla en general de 3 grandes escuelas: La Escuela Francesa, cuyo principal representante es Jacques Lacan; El Psicoanálisis del Yo, desarrollado principalmente en EEUU por Anna Freud; y La Escuela Inglesa, que surge a partir de los aportes de

Melanie Klein (Bleichmar y Lieberman, 1997). Melanie Klein (1882-1960) nació en lo que hoy sería Ucrania, y luego de realizar cursos de arte, comienza a analizarse con uno de los discípulos de Freud: Ferenczi. Hay que rescatar que de no haber sido por la influencia de éste último, es probable que Klein tuviera grandes dificultades para insertarse en las instituciones psicoanalíticas donde predominaban autores de género masculino (Grosskurth, 1990).

A diferencia de Freud, que poseía una gran formación académica, Melanie Klein realizó diversos cursos de psicoanálisis. Pero en el caso de la autora, su vida personal y sus experiencias de pérdida, tuvieron una fuerte influencia en sus ideas, ya que la llevaron a poder describir los sentimientos ante situaciones de pérdida (Etchegoyen, 1981).

Además a través de su análisis, pudo descubrir su intuición para comprender el mundo infantil, una herramienta que le sería central para el desarrollo de su teoría.

En la Sociedad Psicoanalítica Británica de aquella época (inicios de 1920) era discutida la posibilidad de realizar análisis con niños. La resistencia a sus teorías no era solo interna, sino que estuvo condicionada por ciertos factores externos. Entre ellos el fallecimiento de su segundo analista, Karl Abraham, quien era un miembro distinguido y le garantizaba cierta "protección intelectual" (Fendrik, 2004).

Por otro lado, el asesinato de Hermine Hug-Hellmuth, quien fue asesinada por un familiar que había sido analizado por ella de pequeño, lo cual llamó a la reflexión sobre los peligros del análisis infantil (Vallejo Orellana, 2002).

A pesar de estas resistencias, hay que destacar la influencia positiva de Ernest Jones, quien era el presidente de la Sociedad Británica de Psicoanálisis y era un impulsor del análisis infantil.

En 1924 Melanie Klein, publica "Principios psicológicos del análisis infantil" y "Una neurosis obsesiva de una niña de 6 años." Aquí vemos el inicio de su producción teórico-clínica, a pesar de las resistencias de los miembros fundadores.

En 1927, Anna Freud (la hija de Sigmund Freud) expone ante la Sociedad Psicoanalítica de Berlín sobre la técnica del análisis infantil en clara oposición a las ideas de Melanie Klein.

Así se produce una tensión entre Londres y Viena, donde era nada menos que la misma hija de Freud quien rivalizaba con otra pensadora contemporánea. Así, Freud defiende a su hija y confronta con su colega Ernest Jones (Fendrik, 2004).

En 1932 Klein publica "Fundamentos psicológicos del análisis del niño" donde comienza a esbozar los conceptos centrales de su obra, la cual se extiende desde 1919 hasta 1957.

La imposibilidad del análisis de niños para Freud se debía principalmente a la misma metodología empleada. Por ende, se necesitaba un cambio en la técnica, un modo diferente para trabajar con los niños. Klein realiza una adaptación en base a un supuesto fundamental: la posibilidad de equiparar la asociación libre con el juego de un niño. Así comenzó a observar e interpretar el juego de los niños (Klein, 1932).

Hay que reconocer además, el hecho de que pudo escuchar las fantasías que expresaban los niños sin ningún tipo de prejuicio, ya que se trata de conjeturas polémicas para mentes conservadoras, tanto en aquella época como en la actualidad.

Incluso Klein pensaba como Freud, al considerar que las intervenciones del analista no son educativas y que tampoco deben ser un apoyo, sino que tienen que ser lo más neutrales posibles. Limitarse a revelar la realidad psíquica que provoca la sintomatología de modo inconsciente.

En cambio Anna Freud, creía más bien en intervenciones con niños de tipo pedagógicas.

 

Tercer momento: Del consultorio a las instituciones, nuevos métodos de base empírica.

Luego de Freud y de Klein, el psicoanálisis comienza a salir del ámbito del consultorio y empieza a preguntarse por otras problemáticas relacionadas con los momentos históricos en los que se sitúa cada autor.

Es así como empiezan a utilizarse otras metodologías para indagar sobre estas problemáticas y a crearse nuevos conceptos teóricos sobre el desarrollo psíquico temprano.

Spitz (1887-1974) fue un pionero de los estudios sobre el primer año de vida basándose en observaciones filmadas. Era médico y si bien nació en Viena, gran parte de sus investigaciones las realizó en Francia y Estados Unidos.

Una de las problemáticas de su época era la de los niños sin hogar, los cuales eran alojados en instituciones de menores u hospitales como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial. Estos en general habían perdido a sus padres o permanecían separados de ellos.

Spitz desarrollo rigurosos métodos para estudiar el desarrollo de los niños pequeños. Consideraba que el método psicoanalítico no era aplicable para la etapa preverbal, por eso recurrió a la observación directa y a recursos de la psicología experimental (Spitz, 1969).

Entre ellos utilizó test de desarrollo, entre los que se puede mencionar el test de Bühler y Hertzer, el cual fue estandarizado y validado por los autores que lleva en su nombre y el test para bebés de Hetzer-Wolf. Además, implementó una técnica que llamó "análisis mediante la pantalla", la cual consistía en filmaciones que eran analizadas a velocidad de 24 cuadros por segundo, lo que amplificaba tres veces la conducta observada. Este procedimiento permitía repetir, comparar y analizar en detalle las observaciones de un mismo fenómeno de conducta (Spitz, 1969).

Otras de las técnicas que empleaba para complementar las anteriores eran entrevistas con los padres y con el personal que cuidaba a los infantes. Asimismo realizaba observaciones de los niños, aproximadamente 4 horas por semana, lo que sumaba 200 horas anuales. Estas observaciones eran registradas manualmente y formaban lo que Spitz (1969) llamaba historial del caso.

Estos métodos le permitieron realizar desarrollos teóricos como el de los organizadores del psiquismo infantil, las diferentes etapas de las relaciones de objeto y las consecuencias de la institucionalización en menores.

Pero uno de los principales descubrimientos de Spitz es el que sostiene que el afecto y el amor son condiciones infaltables para el desarrollo; son tan importantes como el alimento, la higiene o el calor.

De cierto modo, se puede decir que Spitz proporciona la prueba "experimental" que demuestra que un niño no puede desarrollarse sin afecto y amor (Marchant, 2007).

Hay autores que critican algunos de los desarrollos de Spitz, ya que en sus investigaciones no han encontrado que se apliquen los postulados del autor. Entre ellos Bowlby (1998), quien disiente con la consideración de que la angustia de los ocho meses es el primer indicador de una auténtica relación objetal, ya que según el autor esta relación se produce mucho antes. Señala que Spitz no ha prestado atención a las observaciones que demuestran que tanto la discriminación de una figura familiar como la conducta de apego se producen, en la mayoría de los bebés, mucho antes de los ocho meses.

Bowlby (1907-1990) es otro de los referentes que aportó nuevos conceptos y metodologías para el estudio con niños pequeños. Era médico psicoanalista, fue vicerrector de la Clínica Tavistock, y desde 1950, consultor de Salud Mental de la Organización Mundial de la Salud.

Define a su enfoque metodológico como prospectivo y centrado en los agentes patógenos y sus secuelas. Indaga mediante observaciones directas de niños pequeños y emplea datos procedentes del reino animal (Bowlby, 1998).

La primera característica hace referencia a que obtiene datos de observaciones de la conducta de niños muy pequeños en situaciones concretas y a partir de éstas extrae conclusiones sobre su posible conducta futura. En este punto se diferencia del psicoanálisis tradicional que recoge sus datos de la personalidad adulta, y a partir de allí intenta reconstruir las fases de la personalidad que precedieron a lo observado.

Otra de las características hace mención a que el centro de interés no es ya un síndrome clínico concreto, sino las múltiples secuelas del agente patógeno. En la teoría de Bowlby, éste es la pérdida de figura materna (o su sustituto estable) durante el período que va de los seis meses hasta seis años.

Por otro lado, Bowlby (1998) considera que una característica diferencial de su enfoque es que se apoya, en gran parte, en observaciones de cómo reaccionan miembro de distintas especies ante situaciones parecidas, relativas a la presencia o ausencia de la madre y que aplica una amplia gama de conceptos nuevos, desarrollados por los etólogos.

En cuanto a la metodología observacional utilizada por el autor para formular su teoría, comenzó estudiando observaciones desarrolladas por uno de sus más reconocidos colegas, James Robertson.

Este observó niños pequeños antes, durante y después de una temporada fuera del hogar, que fueron cuidados en ambientes como hospitales o guarderías, en los que no contaban con una madre sustituta estable (Bowlby, 1998).

Robertson se unió a Bowlby en 1948 para formar parte de una investigación sistemática del problema total de los efectos que, en el desarrollo de la personalidad, produce la separación materna en los primeros años de la infancia.

En ella consideraron como principal fuente de datos el registro detallado de las reacciones de los niños pequeños a la experiencia de ser separados de sus madres y más tarde reunirse con ellas. Bowlby y sus colegas dedicaron mucho tiempo al examen de los datos que se hallaban a su disposición, a la recogida y análisis de otros nuevos, a su comparación con los que provenían de otras fuentes y al estudio de sus implicaciones teóricas.

Fue así como fue construyendo la teoría del apego, que aportó nuevos conocimientos a la comprensión de la primera infancia. Sin embargo, la misma no fue bien recibida en el seno de la Sociedad Psicoanalítica de Londres. Allí se encontraba en plena vigencia la teoría de Melanie Klein y su propuesta metodológica para el análisis infantil, por lo que sus ideas fueron rechazadas (Dio Bleichmar, 2005). Como el mismo expresa era considerado casi fuera de lugar el interés de un analista por prestar atención sistemática a las experiencias reales de una persona.

Casi por definición se suponía que cualquier interesado en el mundo externo no estaría interesado por el mundo interno (Bowlby, 1998). Esto le costó el distanciamiento de los psicoanalistas británicos.

 

Cuarto momento: El desarrollo de métodos estandarizados.

En este apartado se presentan algunos de los métodos más actuales, que tienen como fundamento teórico el psicoanálisis y/o la teoría del apego. Específicamente aquellos que indagan sobre las relaciones o vínculos tempranos con cuidadores significativos, ya que los mismos tienen una influencia fundamental en el desarrollo del psiquismo temprano. Uno de los métodos más utilizados en la actualidad es el desarrollado por Mary Ainsworth (1913-1999). Esta autora estadounidense, continúo con los trabajos de Bowlby, pero en otro formato. Su gran aporte fue el desarrollo de un procedimiento de laboratorio conocido como "La Situación Extraña". Básicamente, es una experiencia que valora la respuesta del infante a separaciones muy breves de su madre, en grado creciente de intensidad de angustia, y luego el comportamiento que presenta al reunirse con la misma (Dio Bleichmar, 2005). Esta experiencia permite observar modalidades de relación a la separación que Ainsworth sistematizó en dos categorías, apego seguro y apego inseguro. Esta última comprende las categorías de apego indiferente/ evitativo y apego ambivalente/resistente.

Esta prueba incorpora la filmación del material, lo que permite la evaluación de varias personas, aportando confiabilidad a la misma. La situación extraña dio lugar a numerosas investigaciones e impulsó la elaboración de nuevos instrumentos para evaluar el apego. Entre ellos la entrevista de apego adulto de Mary Main, que permite la investigación de los procesos de transmisión intergeneracional vinculados al apego y que ha demostrado ser un excelente predictor del sistema de cuidado que la madre empleará en la crianza de un niño (Dio Bleichmar, 2005). Este método, a diferencia de los anteriores, indaga a través de una persona adulta y no directamente en el niño.

Siguiendo esta corriente, el Instituto de Relaciones Familiares de Miami (2012) dirigido por Patricia Crittenden ha desarrollado numerosos instrumentos para evaluar el apego, entre ellos CARE-INDEX, el cual estudia la interacción madre-hijo desde el nacimiento hasta los dos años de edad, a partir de la filmación del juego y de la codificación de las interacciones durante el mismo.

Asimismo, este instituto ha desarrollado otros instrumentos como la "Evaluación preescolar del apego", que es una adaptación de "La situación extraña". Es una técnica diagnóstica del estilo vincular del apego, que consiste en una situación de laboratorio de unos veinte minutos de duración, compuesta por ocho episodios o etapas, que son filmados a través de una cámara Gessell (Carranza, 2009). La misma es utilizada para niños entre 18 meses y 5 años de edad.

En concordancia con la teoría del apego, existe una escala creada por Massie y Campbell en 1983, que tiene la finalidad de detectar respuestas madre-hijo adecuadas o no, y evaluar la conducta de apego de la díada en situaciones de estrés leves o moderadas.

También puede ser usada en otras situaciones que produzcan un grado de estrés a la díada, y con otras figuras significativas, distintas a la madre (Farkas y Ziliani, 2006).

La misma fue diseñada para el uso de niños desde el nacimiento hasta los 18 meses e incluye cinco modalidades básicas de apego o conductas interactivas: mirada, vocalización, sostén, afecto y proximidad. Estas modalidades se subdividen en componentes y estos corresponden a las respuestas clínicas del adulto y del niño. Esta escala fue adaptada a Chile por las doctoras Claudia López y Maritza Ramírez y es usada en las consultas pediátricas de este país.

Su versión en español es conocida como escala de "Apego Durante Estrés" (Farkas y Ziliani, 2006). En Argentina, existe una escala similar, que fue desarrollada por la Dra. Oiberman, la cual se ha llamado Perfil de Observación del vínculo mamá- bebé (2008). Al igual que la escala chilena se aplica durante la consulta pediátrica. Consiste en una grilla de observación sistematizada que permite registrar si el bebé o la madre realizan conductas de comunicación visual, corporal, verbal o de sostén. La misma posibilita inferir si el vínculo en relación a cada función es ausente, bueno o muy bueno.

En esta dirección, la Dra. Soledad Santos (2008) también diseñó un instrumento que permite observar el vínculo mamá-bebé, pero esta vez, en pequeños internados en la unidad de terapia intensiva neonatal.

Una de las dificultades que presentan estos instrumentos es que, la mayoría, han sido diseñados para estudiar la relación madre-hijo. Si bien, han comenzado a elaborarse nuevos métodos que permiten indagar sobre otras relaciones como son aquellos que se centran en el vínculo del padre con su hijo (Oiberman, 2008; Bornholdt, 2006), todavía son escasos aquellos que evalúan las interacciones de los niños con otros cuidadores.

Otro de los obstáculos que se presenta es que existen escasas validaciones y estandarizaciones locales sobre dichos instrumentos, lo que expresa la necesidad de seguir trabajando en esta dirección.

 

Conclusiones

Este recorrido permite observar como a lo largo del tiempo se han ido modificando los métodos para el estudio del psiquismo temprano. En un primer momento se trataba de conocer el mundo infantil a través del análisis clínico de adultos, esbozándose muchas de las hipótesis que luego serían puestas prueba. Luego se comprendió que para entender lo que siente, piensa y hace un niño era necesario trabajar directamente con él, ya sea a través del análisis, observación y/o experimentación en situaciones controladas.

Asimismo se ha intentado transmitir como los métodos implementados por los diferentes referentes teóricos responden a las problemáticas que cada época plantea y también a la influencia de la comunidad científica. En este sentido el anhelo por hacer del psicoanálisis una ciencia positiva, comenzó con Freud, ya que siempre intentó fundamentar sus conjeturas sobre la constitución del psiquismo recurriendo a ciencias como la medicina y la neurología. En Klein, quizás por su formación o su contexto, no se observa esta preocupación. Sin embargo, a partir de Spitz y Bowlby este interés resurge.

Es así como se desarrollan numerosos métodos que tienen como base la observación, filmación, validación y estandarización. Incorporando a sus diseños acciones de control sobre los mismos investigadores como son las supervisiones o el método interjueces.

Este desarrollo progresivo también responde a un cambio de paradigma en el mundo de la investigación científica, que privilegia aquellos estudios que se enmarcan en el paradigma empírico- operacionalista en vez de los que pertenecen al lógicosistémico (Klimosky, 2004).

Se considera que ni uno ni otro paradigma es completo en si mismo, sino que es necesario un movimiento dialéctico entre lo que se recoge de la práctica y lo que aporta la teoría, en donde la evidencia empírica modifique la teoría y ésta a su vez ayude a interpretar lo que sucede en la práctica.

Finalmente se destaca la importancia de reflexionar acerca de los métodos que utilizamos para nuestras investigaciones, para conocer sus fundamentos epistemológicos, el contexto en el cual fueron creados, sus alcances y también sus limitaciones. Para que desde allí sea posible delinear los sesgos que esto impone a la exploración y elaboración de conclusiones.

 

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Recibido: 18 de junio de 2012
Aceptado: 16 de octubre de 2012

 

 

1 Correspondencia puede ser remitida a: celestedaher@gmail.com Lic. Celeste Daher. San Luis- Argentina
2 Correspondencia remitir a: renazanotti08@gmail.com Renata Zanotti
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