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Revista Subjetividades

versão impressa ISSN 2359-0769versão On-line ISSN 2359-0777

Rev. Subj. vol.19 no.2 Fortaleza maio/ago. 2019

http://dx.doi.org/10.5020/23590777.rs.v19i2.e9202 

DOSSIÊ: ÓCIO E CONTEMPORANEIDADE

 

Notas sobre la experiencia de ocio estético

 

Notas sobre a experiência de ócio estético

 

Notes about aesthetic leisure experience

 

Notes sur l'expérience de loisirs esthétiques

 

 

Francisco Welligton de Sousa Barbosa Junior (Lattes)I; Maria Manuel Rocha Teixeira Baptista (OrcID)II; María Jesús Monteagudo Sánchez (OrcID)III

IDoutorando em Estudos Culturais pela Universidade de Aveiro/Portugal. Membro do Laboratório OTIUM (Laboratório de Estudos sobre Ócio, Trabalho e Tempo Livre) do Programa de Pós-Graduação em Psicologia da Universidade de Fortaleza
IIDoutora em Filosofia. Professora Catedrática e Investigadora em Estudos Culturais no Departamento de Línguas e Culturas (DLC) da Universidade de Aveiro/Portugal. Membro da Associação Ibero-Americana de Estudos de Ócio (OTIUM)
IIIDoctora en Ocio y Potencial Humano y Licenciada en Psicología por la Universidad de Deusto. Directora de la Cátedra Ocio y Conocimiento del Instituto de Estudios de Ocio de la Universidad de Deusto y Directora de Publicaciones de dicha entidad. Profesora e investigadora asociada en Estudios de Ocio y miembro del equipo de Investigación "Ocio y Desarrollo Humano"

Dirección para correspondência

 

 


RESUMEN

El presente texto de carácter teórico-exploratorio tiene como objetivo esclarecer aportaciones que el concepto objeto de estudio, la experiencia de ocio estético, puede propiciar en términos de desarrollo personal y social. Atendiendo a dicho objetivo, se lleva a cabo una revisión bibliográfica a partir de escritos sobre la experiencia de ocio estético en bases de datos y colecciones de libros, tales como el Scielo o la colección Documentos de Estudios de Ocio. El descriptor que guía las búsquedas es "ocio estético", en los idiomas portugués, español e inglés: ocio estético; ócio estético y aesthetic leisure. Se destacan en este trabajo, dos apartados, denominados "Entre Experiencia de Ocio y Experiencia Estética" y "Características Específicas de la Experiencia de Ocio Estético". En la primera parte, se presentan algunos hitos sobre la experiencia estética y sus relaciones con la experiencia de ocio; posteriormente, se presentan aquellas características que son íntimamente peculiares de la experiencia de ocio estético. Todo ello, permite concluir que la percepción de la belleza es el elemento central de la experiencia de ocio estético, pues se da a partir de una mirada en la que dialogan la persona y su cultura; un diálogo que permite a la persona un encuentro consigo misma, nuevas miradas sobre su contexto y reconstrucciones identitarias, además de contribuir a posibles procesos de micro-resistencia ante discursos dominantes en su cultura.

Palabras clave: belleza; experiencia; experiencia de ocio; experiencia de ocio estético.


RESUMO

O presente texto, de caráter teórico-exploratório, tem por objetivo esclarecer aportes que o conceito objeto de estudo, a experiencia de ócio estético, pode propiciar em termos de desenvolvimento pessoal e social. Orientados para este fim, realizamos uma revisão bibliográfica a partir de escritos sobre a experiência de ócio estético em bases de dados e coligações de livros, tais como a Scielo e a coleção Documentos de Estudios de Ocio. O descritor que guiou essas buscas foi "ócio estético", nos idiomas português, espanhol e inglês: ócio estético, ocio estético e aesthetic leisure. Usando esse fio condutor, dividimos nosso caminho em dois momentos, respectivamente intitulados: "Entre Experiência de Ócio e Experiência Estética" e " Características Marcantes da Experiência de Ócio Estético". Na primeira parte, apresentamos alguns marcos da experiência estética e suas relações com a experiência de ócio; em seguida, apresentamos características que são intimamente peculiares à experiência de ócio estético. Isto nos levou a concluir que a percepção da beleza é um elemento central da experiência de ócio estético, pois se dá a partir de um olhar em que dialogam o sujeito e elementos de sua cultura; um diálogo que permite à pessoa um encontro consigo mesma, novos olhares sobre seu contexto e reconstruções identitárias, além de contribuir para processos de microrresistências a discursos dominantes em uma cultura.

Palavras-chave: beleza; experiência; experiência de ócio; experiência de ócio estético.


ABSTRACT

The present theoretical-exploratory text aims to clarify contributions that the concept object of study, the aesthetic leisure experience, can provide in terms of personal and social development. Orientated from this end, we carry out a bibliographical review from writings on the aesthetic leisure experience in databases and book collections, such as Scielo and the collection of Documentos de Estudios de Ocio. The descriptor that guided these searches was "ocio estético", in the Portuguese, Spanish and English languages: ocio estético, ócio estético and aesthetic leisure. Using this thread, we divided our path into two moments, respectively titled: "Between Experience of Leisure and Aesthetic Experience" and "Marking Features of the Aesthetic Leisure Experience." In the first part we present some milestones on the esthetic experience and its relations with the leisure experience; and then we present characteristics that are intimately peculiar to the aesthetic leisure experience. This led us to conclude that the perception of beauty is a central element of the aesthetic leisure experience, since it is based on a view in which the subject and elements of his culture dialogue; a dialogue that allows the person an encounter with himself, new views about his context and reconstructions of identity, and contribute to micro-resistance processes in the face of dominant discourses in a culture.

Keywords: beauty; experience; leisure experience; aesthetic leisure experience


RÉSUMÉ

Le présent texte théorique-exploratoire vise à clarifier les contributions que le concept d'objet d'étude, l'expérience du loisir esthétique, peut apporter en termes de développement personnel et social. Dans cette optique, nous effectuons une revue bibliographique des écrits sur l'expérience de loisirs esthétiques dans des bases de données et des collections de livres, telles que Scielo et la collection de Documentos de Estudios de Ocio. Le descripteur qui a guidé ces recherches était «ocio estético», en portugais, espagnol et anglais: le ocio estético, le ócio estético et le aesthetic leisure. En utilisant ce fil, nous avons divisé notre chemin en deux moments, intitulés respectivement: «Entre expérience et expérience esthétique» et «Caractéristiques de marquage de l'expérience de loisir esthétique». Dans la première partie, nous présentons quelques jalons sur l'expérience esthétique et ses relations avec l'expérience de loisirs; et ensuite nous présentons des caractéristiques qui sont intimement propres à l'expérience de loisir esthétique. Cela nous a amenés à conclure que la perception de la beauté est un élément central de l'expérience de loisir esthétique, car elle est basée sur la vue dans laquelle le sujet et les éléments de sa culture dialoguent; un dialogue qui permet à la personne de se rencontrer, de nouvelles conceptions de son contexte et des reconstructions d'identité, et contribue aux processus de micro-résistance face aux discours dominants dans une culture

Mots-clés: beauté; expérience; expérience de loisirs; expérience de loisir esthétique.


 

 

Hablar de la experiencia de ocio es siempre una tarea desafiante. Más aún en sociedades dominadas por el capitalismo, en las que trabajo y consumo dominan buena parte de la vida de muchas personas (Bauman, 2001, 2004, 2008; Martins, 2013, 2016, 2018; Barbosa Junior & Baptista, 2018) lo que contribuye a una visión alienada del ocio (Martins, 2016, 2018).

También el concepto de experiencia estética es, muchas veces, objeto de malas interpretaciones, llegando a banalizarse su significado. Dicha banalización tiene lugar porque tanto la palabra "estética" como el término "belleza" se encuentran asociadas, actualmente, a falsos modelos y nociones de belleza, concebidos en la lógica capitalista antes mencionada.

A la luz de estos modelos las miradas se vuelven hacia el consumo de objetos, cuerpos y productos, sustentados en promesas nunca cumplidas (inalcanzables ideales alienados y alienantes) y alimentando el contacto con el mismo e igual, en una completa negación del desafío presente en la relación con el mundo y con lo que le es heterogéneo, diferente y desconocido (Han, 2017, 2018).

Sin embargo, sabemos que la palabra "estética", como la tomamos en este texto, hace referencia al ámbito de la belleza, a la que reclamamos a partir de la experiencia, una belleza que necesitamos y vivimos a partir de nuestros sentidos (Amigo, 2006, 2008a, 2008b, 2009b, 2014a).

Y también sabemos que tanto la experiencia de ocio como la experiencia estética, cuando son vividas plenamente, esto es, en su sentido más puro, permiten el cultivo de valores que pueden contribuir al desarrollo y a la formación humana. Esto es lo que propone Amigo (2014a, 2014b), a partir del concepto experiencia de ocio estético, en el que profundiza con rigor esta autora en sus numerosos estudios sobre la temática, autora que es la mayor referencia sobre la temática en los estudios del ocio, y la que articuló esta propuesta conceptual de experiencia de ocio estético.

Todo lo anterior permite tomar conciencia de la relevancia del tema de la experiencia de ocio estético en las sociedades contemporáneas y justifica la realización de un estudio como éste, de carácter teórico-exploratorio, orientado a esclarecer las aportaciones que el concepto objeto de estudio, la experiencia de ocio estético, puede propiciar en términos de desarrollo personal y social.

 

Método

Para alcanzar los objetivos propuestos, se inicia el trabajo con una revisión bibliográfica (Lakatos & Marconi, 2017) realizada en febrero de 2019 a partir de escritos sobre la experiencia de ocio estético en bases de datos, como el Scielo, colecciones de libros como Documentos de Estudios de Ocio y revistas, tales como la Revista Subjetividades/Mal-Estar e Subjetividade, la Revista Brasileira de Estudos do Lazer (RBEL), la Revista Trama Interdisciplinar, Revista Licere, y la Revista Pensamiento (Revista de Investigación e Información Filosófica). Eso porque se tratan de importantes bases de datos de investigación, documentos y revistas importantes en el escenario sobre la temática del ocio en contexto brasileño y español.

Para esta investigación se emplea el descriptor "ocio estético" en las mencionadas bases de datos y en los idiomas portugués (ócio estético), español (ocio estético) e inglés (aesthetic leisure), sin límite mínimo o máximo de tiempo de publicación, de textos publicados en su íntegra. Esto hace posible una selección de aquellos artículos cuyos títulos incluyen la expresión "ocio estético" en cualquier de los idiomas. En este proceso, encontramos como resultado 29 textos, de los cuales 7 están presentes en Documentos de Estudios de Ocio, 19 en Scielo, 1 encontrado en la Revista Subjetividades, 1 encontrado en la Revista Trama Interdisciplinar, 1 en la Revista Sinéctica (también direccionada desde la base Scielo) y 1 en la Revista Pensamiento. En las demás revistas científicas no se encontraron textos relativos al descriptor elegido - es interesante que en contexto brasileño tan solo la Revista Subjetividades/Mal-Estar e Subjetividade presenta artículo sobre la temática del ocio estético, y entre los textos encontrados hay solo un en inglés y un en portugués.

De los textos encontrados, excluimos 18 (presentes en la base Scielo), aquellos cuya lectura de sus títulos no presentan el dicho descriptor, que no presentan afinidad con la temática o que no la tratan con suficiente profundidad, es decir, que en algún momento tan solo citan el descriptor o la temática, pero no se detienen sobre los mismos.

En cuanto a los textos objeto de análisis definitivo, realizamos una lectura previa de sus títulos, resúmenes y palabras-clave (en los casos en los que no existe resumen, lo leemos completo). Como resultado, elegimos 11 textos escritos que tratan o mencionan el ocio estético, en su mayoría teóricos, en que se dialogan áreas como filosofía, estética y/o psicología. Dichos textos se presentan en los siguientes cuadros:

 

Cuadro 1

 

 

Cuadro 2

 

 

Cuadro 3

 

Con el fin de contribuir a la lectura y comprensión del texto, se divide en dos momentos: en el primero, se presentan algunos hitos sobre la experiencia estética y sus relaciones con la experiencia de ocio, como proponen las y los autores de dichos textos, justificando así el término "experiencia de ocio estético". Posteriormente, se profundiza en la experiencia de ocio estético, enumerando y delineando sus características, conforme apuntado por Amigo en sus escritos.

Además, y con la finalidad de dialogar con la temática objeto de estudio, se revisan textos referenciales de Amigo, la autora más representativa del estudio de la experiencia de ocio estético y que sirven de base a sus escritos, como el de caso de López Quintás, (1993, 1998), Kant (1993) y Hegel (2001).

Resaltamos también que, al tratarse de una aproximación conceptual a la experiencia de ocio estético, se utilizan, siempre que es posible, ejemplos, con la finalidad de clarificar el mensaje.

 

Entre Experiencia de Ocio y Experiencia Estética

Merece la pena destacar que los pensamientos sobre estética y ocio presentan una marca en común, que es justamente de donde derivan sus saberes: refirámonos a la palabra y propuesta conceptual de experiencia, (Amigo, 2006, 2008a, 2014a; Amigo & Cuenca-Amigo, 2017; Tôrres, Martins & Castro, 2017), que, según Tôrres, Martins y Castro (2017), Larrosa (2014a) y Heidegger (2003), consiste en un encuentro.

Ese encuentro, según Larrosa,

es algo que nos sucede y que a veces tiembla, o vibra, algo que nos hace pensar, algo que nos hace sufrir o gozar, algo que lucha por la expresión, y que a veces, algunas veces, cuando cae en manos de alguien capaz de dar forma a ese temblor, entonces, solamente entonces, se convierte en canto. (2014a, p.10, traducción de los autores)

Como afirma Heidegger (2003), "hacer una experiencia con algo, sea con una cosa, con un ser humano, con un dios, significa que ese algo nos atropella, nos viene al encuentro, nos llega hasta nosotros, nos avasalla y, nos transforma" (p.121, traducción de los autores).

Es decir, la experiencia se encuentra en el campo de lo vivido, por lo que presupone una entrega al aquí y ahora (Larrosa, 2014c). Y esa entrega convoca un apasionamiento, en el sentido griego de pathos, en que el individuo se ex-pone, permitiéndose caer, arrebatar, sintiendo los sabores y los saberes de esa que es una travesía peligrosa rumbo a lo desconocido (Heidegger, 2003; Larrosa, 2014b), a lo desconocido de sí mismo y del mundo, a lo que está más allá del ya instituido.

De este modo, siguiendo con la idea de posibilidad (Amigo, 2006, 2008a, 2014a), podemos ya afirmar que, como el ocio, "la Estética es experiencia" (Amigo, 2008a, p.113). Así se enfatiza o se concreta el primer punto en común entre ambos.

Otro punto en común entre la experiencia de ocio y la experiencia estética se refiere al hecho de que ésta última se asume también como una experiencia humana integral, personal, de libre elección, a partir de actuaciones queridas, autotélicas (Amigo, 2004, 2006, 2008a, 2009a, 2010, 2014a; Amigo & Cuenca-Amigo, 2016, 2017), características que también se mencionan en relación con la experiencia de ocio, según lo señalado a partir de referencias como Cuenca (2014, 2016, 2018; Monteagudo, 2008) y Martins (2013, 2016, 2018).

Otro pilar básico de la experiencia estética y que se relaciona con las experiencias de ocio, se refiere a la actitud realizada y vivida por parte del sujeto (Amigo, 2004, 2006, 2008a, 2008b, 2010, 2014a; Amigo & Cuenca-Amigo, 2016, 2017; Tôrres, Martins & Castro, 2017). La actitud, que es justamente la acción del sujeto, su permiso a sí mismo, su libre elección, creatividad y libertad para una mirada, una mirada a la que podríamos llamar luminosa o poética. Es una mirada que permite ver más allá de lo que nos parece obvio y generalmente banal. Es decir, ese rasgo, la actitud, es, por lo tanto, lo que separa esas experiencias de las actividades y necesidades ordinarias (Amigo, 2004, 2006, 2008a, 2008b, 2009a, 2010, 2014a; Amigo & Cuenca-Amigo, 2017; Tôrres, Martins & Castro, 2017), realizadas en nuestra vida cotidiana y a las que muchas veces no se presta atención. Experiencias que, generalmente, atienden tan sólo a demandas externas.

Características Específicas de la Experiencia de Ocio Estético

Tras una breve comprensión de estas primeras características que acercan los términos tratados, nos referimos a las características más profundas y específicas de la experiencia de ocio estético, tales como la belleza, la actitud, el placer, el autotelismo, el goce, asombro, y otras, conforme presentadas por Amigo en sus obras.

Belleza, Actitud y Placer

Aunque a menudo no sepamos definir racional y conceptualmente en qué o cómo consiste la mirada de la belleza, ya que se trata de una mirada filosófica y existe una diversidad de proposiciones al respecto, una cosa es cierta: la sentimos como un aspecto de luminosidad que apreciamos, que nos toma y muchas veces nos arrebata y nos emociona (Amigo, 2008a, 2009a, 2009b, 2010, 2014a; Amigo & Cuenca-Amigo, 2017). Se trata, pues, de un campo que contempla la sensibilidad y la subjetividad (Amigo, 2014a; Kant, 1993), pues más allá de una preocupación por cuestiones teóricas, nos quedamos en la vivencia de este horizonte de la belleza (Amigo & Cuenca-Amigo, 2017). Y es justo esta experiencia de la belleza lo que separa la experiencia de ocio estético de otras experiencias cotidianas (Amigo & Cuenca-Amigo, 2017). Además, esta relación con este horizonte de la belleza no es una relación que todas las personas sienten del mismo modo. Por el contrario, su vivencia y comprensión serán únicas para cada persona (Amigo & Cuenca-Amigo, 2017).

En esa experiencia existe un placer que deriva de la creación, y que incluso se podría decir que tiene vida propia. Es la belleza que se halla en esa relación entre el poeta o el fotógrafo y su propia obra (Tôrres, Martins & Castro, 2017), que es también una relación con la realidad.

En esa experiencia hay una suspensión de los juicios, de los valores morales. Pues la experiencia de ocio estético es una experiencia "en la que ni se afirma ni niega nada" (Amigo, 2009a, p.400). Tan solo se vive y la persona se entrega a la misma, a su vivencia, a lo presente y sus caminos desconocidos.

Y esa experiencia se hace también como un propio recrearse, al final el creador está en la obra, y ésta está en sí (Heidegger, 1977). Además, sabemos que la creación de la obra posibilita la creación de un mundo, haciéndose en una apertura a lo desconocido, en una plenitud entre modos y formas, en que la materia no se agota, sino que se convierte en ella misma. En ese caso del poeta, por ejemplo, no agota la palabra, ya que no es aquí medida, objetivada o racionalizada; por el contrario, ella se vuelve ella misma en sus infinitas posibilidades (Heidegger, 1977).

En este sentido, el poeta o el fotógrafo, durante y después de su experiencia, se vuelve hacia sí, hacia su historia, caminando por caminos desconocidos por este mundo que se va creando, y descubriendo bellezas. Esto nos permite afirmar que ese campo de la experiencia de ocio estético está íntimamente relacionado con ese ámbito que contempla una experiencia creadora, contemplativa y receptora (Amigo, 2006, 2008a, 2010, 2014a; Tôrres, Martins & Castro, 2017).

Esto nos lleva a pensar que esa experiencia a la que nombramos como ejemplo de una posibilidad de ocio estético, ocurre en la interacción entre la persona y la realidad en la que se inserta, en la que parece haber un encuentro (López Quintás, 1993, 1998; Amigo, 2006, 2008a, 2009b, 2011, 2014a; Amigo & Cuenca-Amigo, 2017). Tomando nuevamente la figura del poeta o del fotógrafo: si éste no se permitiría un encuentro con su realidad, ¿cómo crearía sus obras? ¿cómo sentiría la belleza? Dado que vive en un contexto, en una cultura, sus obras están en relación con ésta. De forma que la experiencia de ocio estético consiste en una actitud ante la realidad y sus acontecimientos (Amigo, 2004, 2006, 2008a, 2009a, 2009b, 2011; Amigo & Cuenca-Amigo, 2017), ya que depende de esa apertura del sujeto a la experiencia.

Grado, Intensidades, Memoria y Emoción

Hemos de resaltar también que la experiencia de ocio estético presenta una gradación y ocurre en diversos niveles, desde una sensación a que podríamos considerar como agrado hasta una sensación de gran intensidad (Amigo, 2006, 2008a, 2009b, 2010, 2014a; Amigo & Cuenca-Amigo, 2017; Tôrres, Martins & Castro, 2017). Sentimos un arrebatamiento de las más variadas formas, una alegría que de tan intensa nos desborda los ojos en lágrimas o una extrañeza en la región de nuestro intestino, extrañeza esa que llega a nos parecer como un intenso proceso de digestión de la propia vida, entre apretones, dolores e incluso movimientos sin explicaciones, movimientos imprecisos que parecen se conducir al ritmo y a la intensidad de la emoción. No es por casualidad que haya médicos que afirman que en regiones de nuestro intestino existe como un segundo corazón.

Se ha de subrayar que no se busca trazar medidas para la experiencia estética, porque no creemos en mediciones de experiencias, sólo en sus vivencias. Sin embargo, no podemos dejar de mencionar que una experiencia estética puede vivirse con diferentes grados de intensidad (Amigo, 2006, 2008a, 2009b, 2014a; Amigo & Cuenca-Amigo, 2017; Tôrres, Martins & Castro, 2017). Es decir, hay experiencias que presentan diferentes grados, niveles de complejidad (Amigo, 2009b; Amigo & Cuenca-Amigo, 2017; Tôrres, Martins & Castro, 2017). Es diferente, por lo tanto, si se intentan comparar dos experiencias estéticas: la de quien que en su actividad diaria pasea o camina por los parques; y la de quien está ante una obra de arte (Amigo & Cuenca-Amigo, 2017).

Y aceptado que la experiencia estética puede experimentarse con diversas intensidades, cuando se vive la primera vez, la vivencia y la memoria que de ella derivan contribuirán a la vivencia de otras experiencias estéticas quizá más profundas y partiendo de una mirada más sensible de la persona, que le permite apreciar cada vez más la belleza, (Amigo, 2014a; Amigo & Cuenca-Amigo, 2017; Hegel, 2001).

Otro ejemplo útil para entender mejor este planteamiento se encuentra en el acto de escribir una poesía o sacar una fotografía. Por primera vez no es lo mismo ni se vive del mismo modo como a la segunda ni a la tercera. Hay meandros y saberes que derivan de cada experiencia, de cada vez que se vive, lo que contribuirá a la siguiente, y a la sensibilización de estos artistas para elegir la palabra exacta o capturar la mejor fotografía (Tôrres, Martins & Castro, 2017).

La Libre elección y el Autotelismo

Esta experiencia, como podemos notar, es inútil a la luz de los ojos comerciales o de otros fines prácticos (Amigo, 2006, 2009b, 2010, 2014a; Amigo & Cuenca-Amigo, 2017; Kant, 1993). Resulta inútil, en el mismo instante en el que resulta incompatible con un fin comercial; y, sin embargo, se hace útil para la propia vivencia humana y para su propia producción como sujeto y su relación con el entorno.

Otro punto que procede subrayar acerca de la experiencia de ocio estético es el ámbito de libertad. Aquél que vive esa experiencia se siente libre para vivirla y, en caso contrario, no la conseguiría vivir. Intentemos imaginar el intento de forzar a alguien a vivir una experiencia estética. Algo que, según lo dicho anteriormente, resulta imposible. Se puede incluso forzar a realizar una actividad, pero a vivir una experiencia jamás, ya que ésta sólo puede realizarse a partir de la libre elección del individuo. La experiencia de ocio estético, por lo tanto, se entiende como un acto de libertad (Amigo, 2006, 2008a, 2010, 2014a; Tôrres, Martins & Castro, 2017).

Tomando como base lo que hemos venido tratando hasta ahora sobre la experiencia de ocio estético, se puede afirmar que es personal. Es decir, aunque haya miles de personas realizando la misma actividad, cada cual vivirá su experiencia, pero será sólo suya y de nadie más.

Y este acto de libertad se expresa para allá de la imposibilidad de una obligación externa, pero también es una libertad de los punteros y marcos cronometrados de los relojes y de los espacios, pues el sujeto en su experiencia de ocio estético vive una ruptura con el tiempo, "olvida el tiempo", pierde la noción de tiempo, esta sensación de tiempo cronometrado que los relojes definen y nos imponen (Amigo, 2009b; Amigo & Cuenca-Amigo, 2017). Es decir, mientras la persona vive una experiencia de ocio estético, tan solo la vive en una expresión temporal suya, convocada por la propia experiencia, distinta de los marcos y exigencias externas de los relojes (estas construcciones sociales que marcan los tiempos para las exigencias de las actividades sociales, actividades externas, ordinarias) (Amigo, 2009b).

La experiencia de ocio estético es fuente de un goce, emoción, disfrute y conocimiento. Y se vincula al poder de expresión, creación y recreación del ser humano (Amigo, 2004, 2008a, 2014a; Tôrres, Martins & Castro, 2017), a partir de la relación de intencionalidad entre quien vive la experiencia y el objeto que está ante sí, con el cual realiza un encuentro (Amigo, 2008a, 2010, 2014a; Tôrres, Martins & Castro, 2017).

La Dimensión Ética

Pues bien, estas experiencias, que presentan un fin en sí mismas, están íntimamente relacionadas con el mundo interior de cada persona, y les permite entenderlo mejor (Amigo, 2008a, 2009a, 2009b, 2014a; Amigo & Cuenca-Amigo, 2017; Hegel, 2001). ¿Y por qué no decir que mediante esa experiencia, además de entender mejor lo que pasa en el interior de cada persona, también se puede comprender mejor la cultura? El hombre está en relación con la cultura y lo que está en su interior también se halla marcado por ésta.

En este sentido, la experiencia de ocio estético consiste en una experiencia en la que se destaca, por parte de quien la vive, la posibilidad de comprensiones, aprehensiones, cuestionamientos, desconstrucciones y nuevas reconfiguraciones en lo que corresponde a la identidad de cada persona, aunque esto muchas veces se produzca de forma sutil. Al final, en un arrebatamiento como estos que tratamos, uno no se mira de repente a sí mismo y afirma "estoy cambiando" - pensamos nosotros. Sólo se siente, sólo vive cada momento. Y los saberes que de ahí derivan, que derivan de cada experiencia, son lo que lo conduce a éstos y otros lugares. Va viviendo y transformándose, a veces sin percibirlo de inmediato, lo que no impide que eso ocurra.

Esto nos lleva a afirmar que la experiencia de ocio estético sería una experiencia en la que se promueven cambios y transformaciones y en la que se incautan nuevos lugares de ser y de estar en el mundo, nuevas formas de percibirse a sí mismo y a realidades más allá de lo que percibimos en nuestra vida cotidiana (Amigo, 2004, 2009a).

Esta experiencia, por tanto, proporciona una renovación de las miradas, contribuyendo a miradas más críticas y más sensibles, sobre el mundo, sobre lo que pasa, lo que nos pasa, los valores que nos circundan, y las realidades que aprehendemos incluso en nuestros cuerpos, (Amigo, 2004, 2009a) "y con el otro que soy yo" (Amigo, 2014b, p.473).

Aunque esta renovación de miradas y cuestionamientos no sean el enfoque de la experiencia de ocio estético, esto también emerge como una posibilidad derivada de la experiencia de ocio estético. Lo que se vive y se produce a partir de una experiencia de ocio estético es siempre nuevo y desconocido y se da en esa relación entre el sujeto y un objeto, atravesados, por su historia de vida y por la realidad en la está inserta la persona, incorporando así los componentes culturales de su contexto. Esto nos implica afirmar que tratar de la experiencia de ocio estético es también referirse a posibles micro resistencias a los discursos dominantes, resistencias realizadas en el seno de una cultura, de modo que la experiencia de ocio estético es también una experiencia política y que involucra una ética (Amigo, 2009a, 2014b).

La Belleza, el Asombro o la Admiración

Nos centramos ahora en la conciencia de la belleza. Aunque en la experiencia de ocio estético muchas veces no tengamos conciencia de la belleza que sentimos, existe y la vivimos (Amigo, 2008a, 2010, 2014a; Amigo & Cuenca-Amigo, 2016, 2017). La belleza es el punto fundamental de la experiencia de ocio estético (Amigo, 2009a, 2009b, 2010, 2011), es importante sólo que estemos abiertos a ella, como lo señalan Kant (1993), Amigo (2004, 2006, 2008a, 2010, 2014a), Amigo y Cuenca-Amigo (2016, 2017) y Tôrres, Martins y Castro (2017).

Tomemos como ejemplo, el caso de quienes al entrar a un parque una mañana de primavera afirman que al mirar los árboles alrededor sienten una sensación muy buena, aunque no sepan describirla o expresarla en palabras, sólo es perceptible por el brillo de los ojos y una potencia de vida. Este ejemplo denota que, a veces, cuando las palabras faltan, los ojos dicen todas o más palabras que lo necesario.

En esta experiencia de ocio estético se vislumbra con claridad lo que Amigo (2006, 2008a, 2010, 2014a), Amigo y Cuenca-Amigo (2016, 2017) y Tôrres, Martins y Castro (2017) refieren como un asombro o admiración. En la experiencia de ocio estético parece que existe una especie de sorpresa, "algo nos sorprende, nos cautiva y nos retiene, a veces de una manera intensa" (Amigo, 2008a, p.125), atravesándonos espontánea e intensamente, de modo que esa vivencia penetra en lo más profundo de la persona, reverberando, movilizándonos internamente, y trasladándonos a otro lugar dentro de nosotros mismos.

Y eso ocurre a partir de una mirada, que es aquello a lo que Amigo (2008a, 2010, 2014a) e Amigo y Cuenca-Amigo (2017) tratan como una mirada poética, una mirada que, afirmaríamos aquí, ve lo que está puesto y con ello establece una relación, crea una relación dialógica. Es una mirada que ve más allá de la mirada física y objetiva, pero que trasciende el interior y el exterior, en el presente. Es la misma mirada que viven escritores, poetas, fotógrafos; una mirada de que se hace metáforas, o mejor, que es la lente metáfora, la vivencia metáfora, la metáfora de la vida, de la historia y de la cultura.

Conciencia sobre la Experiencia y la Contemplación

Siguiendo en nuestro texto, apuntamos otras características referentes a la experiencia de ocio estético: la conciencia de la experiencia y la contemplación. Según Amigo (2008a, 2010, 2014a), Amigo y Cuenca-Amigo (2017) y Tôrres, Martins y Castro (2017), para vivir experiencias de ocio estético es necesario que tengamos conciencia de las mismas, que las sintamos, que las vivamos y las comprendamos. Pues solamente así, quien la vive sabrá diferenciarla de las actividades ordinarias de lo cotidiano. Y esa conciencia y comprensión, no subyace a partir de una lógica completamente racional, ya que sólo la sentimos, sin que consigamos definir lo que vemos o percibimos (Kant, 1993).

Otro punto importante de esas experiencias y que nos permite distinguirlas de esas otras actividades es justamente el asombro (Amigo, 2008a, 2010, 2014a; Amigo & Cuenca-Amigo, 2017; Tôrres, Martins & Castro, 2017), ya que es sólo en la experiencia donde surge el asombro, y nuestra mirada se dirige a eso que es lo sensible. Tal hecho, nos permite comprender más sobre la experiencia y buscar vivirla nuevamente.

Y es justo ese proceso de detenerse ante este asombro, propio de la experiencia de ocio estético, que Amigo (2008a, 2008b, 2014a) retoma y trae de la filosofía griega el concepto de contemplación, que quiere decir teoría y que está íntimamente relacionado con la vida, la vivencia, mirar a partir de una mirada sensible, en la que se da un contacto directo con la realidad, a partir del cual se descubren órdenes y posibilidades diversas más allá de aquella o de aquellas a las que estamos habituados. Esta noción es considerada por Amigo (2006, 2008a, 2008b, 2009b, 2014a) y Amigo y Cuenca-Amigo (2017) a partir de una concepción de los griegos, desde la palabra contemplación, es decir, teoría, en griego, que significa visión, es decir, el desarrollo de un conocimiento intelectual para conocer la realidad (Amigo, 2006, 2008a, 2014a; Amigo & Cuenca-Amigo, 2017).

Estos significados, sin embargo, cambiaron desde las ideas de algunos filósofos. Los filósofos pitagóricos y pre-Sócrates, por ejemplo, la concebían como una mirada que les permitía comprender el orden de la realidad. Platón, a su vez, profundiza la noción de teoría. Según este filósofo, estaba muy relacionada con el contacto directo a la verdadera realidad. Y en la filosofía de Aristóteles, esta área está presente en lo que nos presenta como la vida filosófica, en la que hay una visión sensible para la comprensión de lo real (Amigo, 2014a; Amigo & Cuenca-Amigo, 2017).

Esta contemplación se presenta también como desinteresada. Es decir, cuando se vive una contemplación no se contempla por intereses externos (Amigo, 2006, 2008a, 2009b, 2010, 2014a; Kant, 1993). Cuando se contempla, sólo se contempla. La contemplación es autotélica, por lo tanto, haciéndose como personal y trayendo un ámbito de libertad que envuelve la voluntariedad y la reflexión (Amigo, 2008a, 2009b, 2014a; Tôrres, Martins & Castro, 2017).

Actitud de Participación y Co-ejecución

Se destaca ahora la actitud "de participación y coejecución" (Amigo, 2008a, p.128), que ocurre en el interior de las personas, permitiendo discernir y valorar aquello que observa o crea (o crea y observa). Y en esa actitud, que es también un encuentro (Amigo, 2009b), lo que ocurre es una construcción o reconstrucción de un objeto y de una realidad, al tiempo que, también un diálogo. Tales significados son traídos al seno de este sujeto, apropiados por éste, permitiéndole cuestionamientos sobre sí mismo y permitiéndole descubrir nuevas facetas de de sí y del mundo (Amigo, 2004, 2008a, 2014a; Amigo y Cuenca-Amigo, 2016, 2017; Hegel, 2001).

Y nuestro goce, creación y recreación delante una obra, concluye cuando tiene lugar la siguiente próxima de nuestra historia, de nuestra existencia personal o colectiva, y de las diferentes miradas y facetas posibles a partir de lo que nos proponen los artistas (Amigo & Cuenca-Amigo, 2016). Así, en este proceso, es imprescindible la comprensión de una obra, es decir, este acto de reconocimiento que sigue desde lo sensible a o inteligible y contribuye mejor a nuestros juicios acerca de identidad y para nuestros goces y placeres (Amigo & Cuenca-Amigo, 2016).

Una vez más, en el caso de los artistas citados, en sus experiencias están recreándose internamente. Están creando y recreándose, participando de su obra durante y después de la misma, mientras que ésta también está participando de sí, ya que el creador está en la obra, y ésta está en este (Heidegger, 1977). Además, mientras la aprecia, él está en un diálogo reescribiéndola y reescribiéndose, mirando realidades diversas entre sí y el mundo.

Estas reflexiones nos permiten pensar que esa experiencia está íntimamente relacionada con nuestra comprensión de nosotros mismos, del entorno y del mundo (Amigo, 2008a) del que resultan emociones y gozos, y que nos impulsa a la búsqueda de nuevas y otras experiencias.

Goce

El goce es otro componente central de la experiencia de ocio estético es justamente el placer que la experiencia proporciona, experiencia que, como nos afirman Amigo (2004, 2006, 2008a, 2014a) y Amigo y Cuenca-Amigo (2016, 2017), es por naturaleza gozosa, nos toma y nos envuelve.

El placer y la comprensión se relacionan con la percepción de lo que nos pasa al mismo instante en que se relacionan con lo que ocurre en la obra, estableciéndose una conversación, un íntimo diálogo en la intimidad del observador, creador o recreador de la obra (Hegel, 2001). Y esa relación entre el sujeto y el objeto atraviesa sus componentes subjetivos y la realidad donde ambos se insertan (Amigo & Cuenca-Amigo, 2016).

Y en esa relación entre el sujeto y la obra, que es también una relación entre él consigo y con su realidad (Amigo & Cuenca-Amigo, 2016), el goce es algo intrínseco, ya que él es ese disfrute al observar, al crear o al recrear un objeto. Un disfrute que, resaltamos, se hace intenso y más dialéctico entre sujeto y obra. Es, por lo tanto, un disfrute en que en esa relación entre sí y el objeto, el sujeto tanto disfruta del objeto como de sí mismo, en ese constante diálogo entre ambos, "pues al ejercer la actividad se siente liberado de la existencia cotidiana y se experimenta en la capacidad de ser otro" (Amigo, 2008a, p.132). Y ese goce, resaltamos, se intensifica cuando el sujeto se da cuenta del goce que vive o que siente en esta experiencia. Es como un goce sobre otro, intensificándolo.

Aquí quisiéramos enfatizar que lo que es importante no es propiamente el interés del observador o del creador por el objeto, un interés con una utilidad preponderante, sino un interés desinteresado (Amigo, 2006, 2008a, 2010, 2014a; Amigo & Cuenca-Amigo, 2017; Kant, 1993), ya que lo que subyace en esa relación no es el interés por la utilidad práctica o utilidad objetiva del objeto. El interés a que aquí nos referimos no persigue utilidad alguna. Destaca por su belleza y por la experiencia que proporciona. Este es el interés desinteresado (Amigo, 2006, 2008a, 2010, 2014a; Amigo & Cuenca-Amigo, 2017).

Además, y como lo destacan Amigo y Cuenca-Amigo (2016), para vivir experiencias de ocio estético, no es necesaria una especialización en los estudios del ocio o especialización para la contemplación y/o creación de obras. Se necesita la libre voluntad del sujeto y su deseo de explorar las posibilidades que entraña cualquier acto creativo: escribir un poema, admirar una obra, una canción, etc.

Así, cada persona es agente de su propia experiencia de ocio estético en ese proceso que presupone una educación, una vez que se necesitan, entre otras cosas, esta apertura y actitud frente a la realidad, lo que debe pasar a lo largo de la vida (y no tan solo una vez), favoreciendo el desarrollo de aquél que la vive (Amigo & Cuenca-Amigo, 2017), así como lo supone la educación para el ocio a que se refiere Cuenca (2004).

Es importante subrayar que a lo largo de este texto hemos destacado y presentando uno a la vez estos los elementos de la experiencia de ocio estético, así como lo hacen Amigo (2004, 2006, 2008a, 2009a, 2009b, 2010, 2014a) y Amigo y Cuenca-Amigo (2016, 2017). Los elementos de la experiencia de ocio estético se encuentran, en realidad, juntos y en relación unos con otros, influenciándolos y posibilitando la acentuación de sus características en la experiencia de ocio estético. Es el caso, por ejemplo, del asombro, del goce, de la comprensión, de esa capacidad de tener conciencia de la experiencia, de discernir y distinguir cuando se vive una experiencia.

Ante todo, lo visto acerca de la experiencia de ocio estético, destaca las posibilidades para el desarrollo personal que esta entraña para su protagonista, en un movimiento constante también atravesado por su historia y su relación con la realidad en la que vive.

 

Consideraciones Finales

En este texto hemos profundizado en la experiencia de ocio estético, tomando como base la producción científica de Amigo y demás referencias vinculadas al tema, muchas de otras que también tratadas por la investigadora.

Al dividir el texto en dos partes, ha sido posible tratar en la primera, de la relación entre la experiencia estética y la experiencia de ocio, con el fin de justificar como este término "experiencia de ocio estético" emerge; y en la segunda, se ha profundizado en las características específicas de la experiencia de ocio estético.

Aunque este texto se base en una revisión bibliográfica en dichas revistas, sabemos que eso no nos permite afirmar que podemos contemplar toda la producción sobre el ocio estético o definir la experiencia de ocio estético con puntos finales y con martelos sobre la mesa. Además, la autora Amigo y demás autores singuen en reflexión y producción sobre la temática. De este modo, afirmamos que el presente texto es una producción parcial sobre la experiencia de ocio estético, y que jamás estará cerrado.

Sin embargo, tras lo dicho, nos hace posible afirmar a termos de nuestro estudio, que la experiencia de ocio estético posee características básicas que son comunes a la experiencia de ocio, tales como el autotelismo, la libre elección y la actitud. La experiencia de ocio estético, que tiene como hilo conductor la belleza percibida a partir de los sentidos, se da a partir de una mirada luminosa sea sobre una obra, sea a partir de la propia creación.

La experiencia de ocio estético se da a partir de algo que provoca un arrebatamiento, en la que se constatan elementos de la propia cultura y con los que se entabla un diálogo íntimo que ocurre dentro de cada sujeto. Esta experiencia, con sus intensidades y características, como el asombro, la comprensión, el goce, y la conciencia de la experiencia, por ejemplo, posibilita al sujeto un encuentro consigo mismo en un tiempo diferente de los cronómetros de los relojes, transformándose a cada experiencia, consciente o no de su transformación. Es una experiencia en la que se funden saberes y sabores que se conducen por una lógica propia y que no tiene como fin una producción de capital. Pero el propio desarrollo de la persona y su producción de sí, conforme lo hace el poeta, permite pensar que la experiencia de ocio estético es también una experiencia política, cuya ética se construye en la propia experiencia y en sus saberes.

Tras todo lo dicho, se hace evidente que la transformación es un hecho inherente al fenómeno de la experiencia de ocio estético. Transformaciones que no se agotan en el interior de la persona, sino que también pueden tener su reflejo en la aparición de nuevas formas de relación de la persona con su entorno, resultado del proceso de empoderamiento e incremento de la autonomía que conlleva una experiencia de ocio estético.

 

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Dirección para correspondência:
Francisco Welligton de Sousa Barbosa Junior
E-mail: welligtonbjr@gmail.com

Maria Manuel Rocha Teixeira Baptista
E-mail: mbaptista@ua.pt

María Jesús Monteagudo Sánchez
E-mail: mjmonte@deusto.es

Recebido em: 28/03/2019
Revisado em: 16/04/2019
Aceito em: 30/04/2019
Publicado online: 14/08/2019

 

 

Nota sobre o artigo: O presente trabalho foi realizado com apoio da Bolsa Erasmus.

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