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Ciências & Cognição

versão On-line ISSN 1806-5821

Ciênc. cogn. vol.11  Rio de Janeiro jul. 2007

 

Revisão

 

Sobre la noción de pensamiento en B. F. Skinner

 

On Skinner's concept of thinking

 

 

Carlos Barbosa Alves de SouzaI; Romariz da Silva BarrosII; Olavo de Faria GalvãoII

ICentro de Estudios e Investigaciones en Comportamiento, Universidad de Guadalajara, Guadalajara, México;
IIPrograma de Pós-Graduação em Teoria e Pesquisa do Comportamento, Universidade Federal do Pará (UFP), Belén, Pará, Brasil

 

 


Resumo

Como Skinner trata a noção de pensamento? Segundo este autor o pensamento tem sido definido como 'processo mental' em função da utilização metafórica de palavras e expressões para descrever as formas de atuar das pessoas. Esta definição implicou a suposição da existência de uma mente controladora do comportamento, noção que ele critica, sugerindo que o relevante são as contingências de reforçamento. A análise destas contingêcias explicaria as formas de atuar chamadas de pensamento, sejam comportamentos encobertos ou não. Assim, Skinner define o pensar como comportamento. Porém, como indicou Ryle, pensamento é um conceito polimorfo: procurar defini-lo em termos da questão "O que é pensamento?" é fruto de confusão conceitual. Para evitar isto, deveríamos definir de maneira mais clara o que procuramos saber sobre os fenômenos que denominamos como pensamento. Questionar-se sobre as condições necessárias e suficientes para que determinado fenômeno, caraterizado como pensamento, ocorra, pode ser um primeiro passo nesta direção.

Palavras-chave: Skinner; pensamento; pensar como comportamento; Ryle; análise conceitual.


Abstract

How does Skinner refer to the notion of thinking? According to him, thinking has been defined as a mental process, because of the metaphorical use of words to describe the way people act. This definition implies the existence of a controlling mind. Skinner criticizes this assumption and stresses the analysis of reinforcement contingencies as an effective way to explain actions considered as thinking, either as covert or overt behavior. Considering that, Skinner defines thinking as a behavior. However, as Ryle pointed out, thinking is a polymorphous concept, and as such, cannot be defined simply by answering the question "what is thinking?" In order to avoid conceptual confusion, questions about thinking should be very specific and clearly formulated. Wondering on the necessary and sufficient conditions for the occurrence of actions considered as thinking, can be first step towards this end.

Keywords: Skinner; thinking; thinking as behavior; Ryle; conceptual analysis.


 

 

¿De qué manera somos capaces de realizar las actividades que son llamadas pensamiento?.¿Cómo somos capaces de preparar un discurso sin escribir nada?.¿De qué manera podemos describir el jardín de nuestra casa sin estar delante de él?.¿Cómo podemos resolver cierta cuenta "mentalmente"?

El último ejemplo arriba apunta para uno de los aspectos que se hizo central en la discusión sobre lo que es el pensamiento. Actualmente, en esta discusión, una idea que encontrará pocos opositores es aquella que sustenta que lo que se denomina pensamiento se desarrolla dentro del organismo, en su cerebro, y de forma más específica en una cierta mente mediadora; a pesar de que la relación entre esta mente mediadora y el cerebro todavía no ha sido esclarecida.

El origen de esta forma de comprender el pensamiento probablemente está en la dicotomía mente/cuerpo propuesta por los filósofos griegos. Pero fue la exacerbación de esta dicotomía, realizada por Descartes, la que proporcionó el impulso para que esta visión de pensamiento se tornase dominante. Parece innegable la influencia que las ideas dualistas de Descartes ejercieron sobre aquellos que vinieron después de él, empezando por los asociacionistas británicos hasta llegar a los científicos cognitivos de hoy.

Actualmente vivimos 'la era de la mente': la ciencia cognitiva con sus modelos computacionales de la mente trata de explicar, según ella, cómo podemos hacer todo aquello que definimos como pensamiento. El cerebro/mente está siendo escudriñado, de forma que podremos saber en poco tiempo cómo se dan estos procesos mentales (Gazzaniga, Ivry y Mangun, 2002; Kandel, Schwartz y Jessel, 2000; Llinás y Churchland, 1996; Squire, Bloom, McConnell, Roberts, Spitzer y Zigmond, 2002). Psicólogos y filósofos, en su mayoría, aceptan que es en la mente que estos procesos deben ser buscados. Algunos llegan a defender que lo que denominamos pensamiento es nada más que nuestros propios procesos cerebrales (ver Churchland, 1986; Searle, 1990; Place, 1995/1956).

Una de las pocas voces que se alzan contra esta visión de pensamiento viene del área de la psicología conocida como conductismo, a partir de los trabajos iniciales de J. B. Watson y posteriormente desarrollados por B. F. Skinner. El objetivo de este texto es exactamente el de analizar la forma con que Skinner trata la noción de pensamiento.

Inicialmente, apuntaremos la posición skinneriana sobre el establecimiento de los 'procesos mentales' como definidores de pensamiento: cómo el uso metafórico de ciertas palabras y expresiones en la descripción de determinadas actividades generaron los 'procesos cognitivos'. A continuación, abordaremos la noción de mente que subyace en toda esta discusión inicial, procurando demostrar cómo Skinner la aborda: la crítica de la teoría de la copia y el apelo a las contingencias de reforzamiento como mecanismo "controlador" de la conducta. El concepto de comportamiento encubierto será abordado, una vez que este se muestra como central en el tratamiento que Skinner da a los fenómenos caracterizados como pensamiento. Finalmente, trataremos de la propuesta skinneriana de comprender pensamiento como conducta (en todas sus formas), y trazaremos algunas consideraciones sobre esta propuesta.

 

Aspectos que llevaron al establecimiento del pensamiento como 'proceso mental'

Como acabamos de ver, en los enfoques mentalistas el pensamiento es entendido como un proceso interno; la conducta tiene su origen en la mente como propósitos, intenciones, ideas, voluntades, procesos cognitivos, etc.

Sin embargo, como apunta Skinner (1991), un análisis de las palabras utilizadas para tratar estados de la mente o procesos cognitivos muestra que ellas generalmente han tenido un uso inicial relativo a la conducta o al ambiente donde ésta conducta ocurre. Solo posteriormente, debido a las distorsiones en su uso (metáforas, por ejemplo) es que pasan a representar 'actividades mentales'. Skinner ofrece varios ejemplos de palabras que se encuadran en este contexto: considerar y contemplar significaban inicialmente mirar al cielo de forma a poder decir cosas sobre él; concentrar viene de 'concentre', agrupar en el centro; distinguir significaba inicialmente marcar con puntos de aguja; especular parece tener su orígen en 'specula' (espejo); cogitar significaba simplemente revolver; calcular viene de 'calculi' (piedritas) y de lo que se hacia con ellas, 'calculation'; decidir significaba llegar al fin, terminar; en un lista que podría contener muchos otros ejemplos.

Ciertamente lo que ocurrió con la mayoría de estas palabras fue que ellas pasaron a ser utilizadas de forma metafórica, como en el ejemplo colocado por Skinner (1991): pesar que inicialmente era usado en relación a cosas físicas (por ejemplo, patatas) pasó a ser utilizado de una forma metafórica, como en "pesar las evidencias" (la metáfora se basa aquí en el aspecto de transformar algo, patatas o evidencias, en otras cosas, valor numérico o veredicto). El problema evidente es que, por lo que parece, las personas (más específicamente los filósofos y psicólogos) olvidaron que se trataban de metáforas que no implicaban algo que debía ser substancializado.

Ciertas formas de actuar, por sus características aparentemente misteriosas llevaron al establecimiento de estas metáforas/analogías, dando lugar al surgimiento de los 'procesos cognitivos' (Skinner, 1976). Nos ocupemos de algunas de estas formas.

Un primer problema surge al considerar la forma por la que se produce la adquisición del conocimiento. Parece claro para todos que un niño va adquiriendo conocimiento con su desarrollo; ya se ha estudiado mucho sobre las 'etapas del desarrollo'. El problema se coloca al reivindicar la existencia de una mente subyacente a este proceso; tenemos en este caso un proceso doble: la persona y su mente están en desarrollo, pero cabe a la mente el papel principal, de agente mediador y almacenador de este conocimiento. El comportamiento del individuo pasa a ser comprendido como producto del desarrollo mental al mismo tiempo que es considerado como evidencia de ese mismo desarrollo..¿Por qué decimos que un niño presenta desarollo mental normal? La resposta es que él presenta comportamientos compatibles con los de su edad. Y si preguntamos.¿por qué el niño presenta comportamientos compatibles con los de su edad?: la respuesta es porque él presenta desarrollo mental normal. Ese 'desarrollo mental' es atribuido en gran parte a los aspectos innatos (por ejemplo, Chomsky asombrado con el "boom" de la adquisición de lenguaje en los niños de dos a cinco años de edad, vio en esto un indicio fuerte del aspecto innato del lenguaje humano). Skinner (1976) apunta el equívoco de este análisis, que no considera el ambiente donde la persona efectivamente está actuando y exponiéndose a las contingencias que moldean su comportamiento; decir que alguien hace esto o aquello porque sus características genéticas y/o su estructura mental es dotada de tal forma, puede auxiliar muy poco en la comprensión del comportamiento de esta persona. Como coloca Skinner "...debemos buscar un medio ambiente constructivo, no una mente constructiva" (1976: 129).

La capacidad de las personas de tratar los estímulos de su medio es otra de aquellas formas de actuar que proporcionaron la caracterización de los 'procesos cognitivos' (Skinner, 1976). Considerando nuestra habilidad en seleccionar lo que percibimos (el fenómeno de la 'atención'), y cómo no hay en esto, aparentemente, ninguna actividad física, se supuso que debería estar en acción algún tipo de 'proceso cognitivo'. Esta idea de percepción atencional como atender para algo en el mundo, debe mucho a la distinción que hacemos entre, por ejemplo, 'ver' y 'mirar', 'oir' y 'escuchar', 'husmear' y 'oler', donde el segundo concepto se refiere a un acto que torna cierto estímulo más discernible (para un análisis sobre la distinción entre estos tipos de verbos, ver la discusión sobre los 'achievement verbs' en Ryle, 1949); por ejemplo, se estoy caminando por un museo, puedo estar paseando la vista por varios cuadros, estoy viendo los cuadros; pero el momento en que me detengo delante de cierto cuadro y paso a observarlo más atentamente, paso a mirar el cuadro. De acuerdo con las teorías mentalistas, para que este cambio del 'ver' hacia el 'mirar' ocurra, debemos "procesar" las informaciones, usando recursos atencionales, de forma que ciertos estímulos se hagan mas discernibles. Así, si estoy oyendo un concierto y deseo escuchar mas específicamente las cuerdas, debo procurar "prestar atención" (usar recursos atencionales) más a este aspecto que al resto de la música. De acuerdo con Skinner (1976, 1991), esta explicación, que apela a un "procesamiento" de recursos atencionales, en nada contribuye a la comprensión del fenómeno de 'atención', ya que esta simplemente retira al individuo, como organismo interactuando con su medio, la responsabilidad por el establecimiento de la 'atención', y la internaliza, en su mente; cabe a la mente establecer el foco atencional. Sin embargo, esto no explica la forma cómo se relacionan las variables implicadas en la situación.

Para Skinner (1976, 1991) el fenómeno de la 'atención' debe de ser comprendido como una cuestión de control de estímulos: son los aspectos contingenciales del proceso de discriminación los que deben ser analizados para comprender el fenómeno, una vez que "La discriminación es un proceso conductual: son las contingencias, y no la mente, que discriminan" (Skinner, 1976: 117). Además, como bien indicó Ryle (1979), un análisis del uso de conceptos como 'atención', 'cuidado', 'placer', y semejantes, indica que éstos funcionan como adverbios y/o locuciones adverbiales (adverbial verbs), o sea, que son utilizados para designar el actuar de cierta forma, y no para caracterizar la existencia de una actuación de forma dupla. Así, cuando decimos, por ejemplo, "El alpinista descendió la montaña con cuidado (o cuidadosamente)", estamos diciendo simplemente que él bajó la montaña de una cierta forma, y no que él realizó dos actividades.

La actividad de búsqueda y la capacidad de recordar son otros dos aspectos que dan lugar a la elaboración de supuestas actividades cognitivas mediadoras (Skinner, 1991)..¿Qué es lo que vemos cuando se dice que alguien está buscando algo? Vemos a esa persona comportándose de maneras que fueron reforzadas en el pasado cuando ella necesitó buscar por algo (Skinner, 1976); es decir, vemos a la persona comportándose de maneras que proporcionaron encontrar lo que ella buscaba (cuando alguien pierde la llave del coche en casa, empieza a buscarla en todos los lugares en que acostumbra a dejarla; o cuando procuramos algo en un cierto lugar, tendemos a separar las cosas, mirando de una para las otras buscando el objeto deseado). Sin embargo, se considera normalmente que un proceso semejante ocurre a nivel cognitivo. De acuerdo con algo próximo a una teoría de la copia (este tópico será tratado posteriormente), las personas poseen copias de las cosas y de los hechos de su mundo; estas copias están almacenadas "en sus mentes", de modo que uno las puede utilizar para diferentes fines (p.ej. ver algo que no esta presente). Obviamente este tipo de afirmación proporcionó el desarrollo de conceptos relativos a los supuestos procesos cognitivos involucrados en estas situaciones (hechos/experiencias son almacenados en la memoria para ser utilizados cuando sean necesario, como en el ejemplo de la búsqueda de la llave del coche); así surgirán los conceptos de procesamiento, almacenamiento, recuperación, etc., que las teorías cognitivas dicen ser metafóricos, pero que en la práctica son utilizados en un sentido bien realista, lejos de cualquier aspecto metafórico.

Según la perspectiva del behaviorismo skinneriano, las contingencias no son almacenadas, ellas simplemente modifican el individuo, y de este modo afectan las probabilidades de acción. De acuerdo con Skinner (1976), cierto estímulo será eficaz para hacernos recordar algo, o sea, para emitir una respuesta adecuada (que sea reforzada), cuando éste tenga algo en común con los estímulos de las contingencias anteriores (éste es un punto problemático, una vez que esta posición puede implicar una cadena causal conectada por aspectos de semejanza entre los estímulos involucrados; mas, a veces, identificar estas semejanzas es muy difícil). Además, según Skinner (1976: 121), recordar algo no implica observar una copia de lo que es recordado, "significa simplemente comportarnos como, en una ocasión anterior, nos comportamos en su presencia". Por ejemplo, ayer alguien probó todas las llaves de su llavero antes de lograr abrir la puerta de su oficina. Hoy, delante de la puerta, esa persona utilizó la llave correcta al primer intento. El reforzamiento cambió la probabilidad de respuesta a las diferentes llaves: la respuesta se tornó, probablemente, mucho más controlada por la llave que abrió la puerta antes. Alguien podría explicar esto recurriendo al concepto de 'memoria'. Sin embargo, si el interés está en la previsión y en el control del comportamiento, es suficiente correlacionar la respuesta con sus consecuencias (recurrir al concepto de 'memoria' sólo suma un elemento más a la explicación haciendo que sea difícil someterla a investigación empírica). Esta formulación de Skinner del 'recordar' se aproxima de una caracterización disposicional de este tipo de fenómemo (como fue sugerido por Ryle, 1949), porque realmente no me comporto de igual manera delante de la comida deliciosa que mi abuela preparó ayer y al acordarme de ella hoy; cuando me acuerdo de la comida es como si yo estuviera mirándola (no estoy diciendo que veo algo, es como si), pero indudablemente no es la misma cosa.

El hecho de que, frecuentemente, los comportamientos caracterizados como recordar impliquen respuestas que pueden ser observadas solamente por el organismo que las emite, condujo gran parte de las personas a atribuirles (de manera equivocada según Skinner) una naturaleza mental en oposición a la comportamental. Considerar eses comportamientos como memoria no contribuye para su elucidación. De acuerdo con el análisis skinneriano (1965; 1976), esos comportamientos, aún cuando ocurren privadamente, son controlados por estímulos en el ambiente (p.ej. una pregunta de alguien sobre el partido de fútbol de ayer) y tienen dimensiones de estímulo, o sea, pueden controlar otros comportamientos, en ese caso publicamente observables (ese tema será discutido de forma mas detallada al analizar el tratamiento de Skinner de los, así denominados, comportamientos encubiertos/precurrentes).

Considerando lo mencionado antes, cuando hablamos en 'recordar algo' no estamos hablando en "buscar informaciones contenidas en la memoria". Lo que está en cuestión es la probabilidad de que cierta respuesta ocurra en función de ciertos estímulos (Skinner, 1965, 1991). Así, el 'recordar algo' puede ser comprendido como un desarrollo de ciertas actividades (comportamientos) que generalmente aumentan la probabilidad de ocurrencia de cierta respuesta; por ejemplo, si olvido el nombre de una calle, puedo empezar a pronunciar los nombres que conozco de forma que el nombre correcto sea emitido (Skinner, 1976). Lo que parece hacer falta es justamente una discusión sobre las variables que afectan esta probabilidad; cuestiones, por ejemplo, sobre las relaciones contingenciales implicadas en el comportamiento de 'recordar algo', como en el análisis de Donahoe y Palmer (1993) sobre la "memoria". Estos autores caracterizan la "memoria" en términos de estímulos discriminativos para una respuesta aprendida en el pasado, y de contingencias en las que no están disponibles todos los estímulos necesários para la emisión del comportamiento para el cual esta programado el refuerzo (para uno de los pocos trabajos empíricos en esta dirección ver Oliveira-Castro et al., 1999; Oliveira-Castro et al., 2002).

La formación de conceptos y la abstracción también parecen ser indicios de la existencia de 'procesos cognitivos'. La manera cómo las personas forman conceptos y realizan abstracciones solamente parece poder ser explicada si apelamos a alguna forma de procesamiento y almacenamiento de informaciones (de esto se deriva el gran número de estudios sobre categorización en psicología cognitiva). No obstante, de acuerdo con Skinner (1976), estos fenómenos son nada más que el establecimiento del control de estímulo según contingencias especiales de reforzamiento: control por más de una propiedad del estímulo, en la formación de conceptos; y por una única propiedad del estímulo en la abstracción (aunque en la obra de Skinner nunca quedó clara la caracterización de estas contingencias especiales). De esta forma, Skinner (1957, 1976) defiende una interpretación funcional de la formación de conceptos y de la abstracción, o sea, él enfatiza el aspecto de las relaciones funcionales de las contingencias de reforzamiento que actúan en ambos fenómenos. Esta postura funcional para tratar de estos fenómenos se contrapone a la postura referencialista (la creencia de que los conceptos tienen sus referentes en el mundo). Debe ser resaltado, que éste énfasis en los aspectos funcionales, al tratar contenidos del lenguaje, fue originalmente propuesto por Wittgenstein (1953), que afirmaba que el significado de los conceptos no debe ser buscado en ningún referente, sino en el uso de estos conceptos, en los juegos de lenguaje que establecen la forma de usar estos conceptos (como en un ejemplo de Wittgenstein: de nada servirá buscar el referente para la palabra 'juego'; no existe una forma única de conceptuar 'juego', diversas actividades reciben este nombre; el significado de la palabra 'juego' está evidentemente en el uso que las personas hacen de ella). A pesar de Skinner defender un análisis en términos funcionales, su propuesta todavía presenta algunas dificultades en evitar completamente la postura referencialista, como podemos notar cuando Skinner (1976: 118) afirma que "los referentes de los conceptos están en el mundo real; no son ideas en la mente...". Este mismo tipo de dificultad puede ser percibida en el análisis de Skinner sobre las operantes verbales denominadas 'tacto' e 'intraverbal', cuando ciertos aspectos de la definición de estas operantes pueden implicar un referencialismo (una discusión sobre este asunto, presentando una defensa del carácter funcional del análisis skinneriano de estas operantes verbales puede ser encontrada en Abib, 1994; para un análisis crítico de la propuesta skinneriana sobre lenguaje, ver Ribes, 1999). Esta es una discusión que se muestra relevante, pero que abordada de una manera más profunda generaría asunto para un otro texto. Retornemos, por lo tanto, al tema de este texto.

La capacidad que las personas tienen de responder de maneras diferentes/nuevas fue otro de los factores que llevaron a la suposición de la existencia de un proceso mediador. Términos como 'creatividad', 'insight', y otros, fueron propuestos como "explicación" para esta capacidad (Skinner 1976). El comportamiento creativo, sea en las artes, en las ciencias o incluso en la vida cotidiana, parece ser un ejemplo evidente de algún tipo de 'elaboración mental'. Sin embargo, una visión diferente sobre el comportamiento creativo puede ser considerada. Skinner (1965, 1976), aparentemente basándose en la teoría de la evolución, afirmó que lo que llamamos comportamiento creativo puede ser interpretado en términos de selección de variaciones del comportamiento por sus consecuencias reforzadoras. Es de este modo que científicos y/o artistas, al variar su forma de abordar cierto problema (normalmente ellos son enseñados a proceder de esta manera), podrán llegar a una forma que sea bien sucedida, y consecuentemente esta forma de actuar será seleccionada. Un artista, por ejemplo, un escultor, puede realizar su trabajo variando el material a ser esculpido, las técnicas utilizadas y las formas; ciertamente algunas combinaciones, consideradas bellas según la norma estética de su cultura, surgirán y serán seleccionadas. Así, el actuar de una manera nueva (variabilidad comportamental) puede ser visto como una operante, es decir, una respuesta que puede ser establecida y mantenida por sus consecuencias.

Otra forma de actuar que favoreció el establecimiento de la noción de 'procesos cognitivos' esta relacionada con el comportamiento de toma de decisión. Como el propio Skinner menciona: "Al tomar una decisión, ..., frecuentemente las variables manipuladas son eventos privados dentro del organismo" (1965: 242). No obstante, esto no garantiza a este comportamiento ningún status misterioso; de acuerdo con Skinner este comportamiento puede ser analizado en términos de 1) control de estímulos, que según su análisis se aplica tanto a comportamiento abierto como a comportamiento encubierto, y 2) del reforzamiento existente en el término de la estimulación aversiva que representa una situación de indecisión. En relación al control de estímulos presente en una situación de toma de decisión, donde el comportamiento puede ser definido como 'abierto', el análisis de Skinner parece ser adecuado (un análisis en términos de las contingencias de refuerzo presentes en la situación puede ser suficiente para explicar el comportamiento del individuo). Sin embargo, su análisis sobre la toma de decisión como un tipo de comportamiento bajo el control de variables encubiertas no se muestra satisfactorio;.¿qué variables son éstas (ya que Skinner admite su existencia)?.¿Cómo variables encubiertas (y muchas veces privadas) pueden ejercer el control de estímulos? La dificultad aquí es en relación a la noción de comportamiento encubierto de Skinner, tópico que será tratado posteriormente.

Una forma de actuar que parece implicar todo lo que discutimos antes, ha sido uno de los principales campos para el establecimiento de la noción de 'agentes internos mediadores': trátase del comportamiento de resolución de problemas. Mucha de las dificultades encontradas para obtener una interpretación más clara de los fenómenos llamados 'pensamiento' se debe a las confusiones surgidas en las tentativas teóricas de abordar el comportamiento de resolución de problemas. Cuando decimos que alguien está resolviendo un problema, de manera general esto es interpretado como si esta persona estuviera realizando algún tipo de actividad "mental" (o está testando una hipótesis, o está realizando algún tipo de raciocinio deductivo o inductivo, o está "perdido en sus pensamientos", etc.); sea de una forma abierta o encubierta, las acciones percibidas serían solamente las respuestas determinadas pelos 'procesos cognitivos' subyacentes.

Para Skinner (1965, 1969, 1976, 1991), un problema es caracterizado por la ausencia de las respuestas que el organismo necesita para poder realizar cierta actividad que será reforzada. Ejemplos aquí son diversos; adoptemos uno bien simple: se al llegar a casa me doy cuenta de que perdí las llaves de la puerta, la respuesta que generalmente me permite entrar en casa (asumiendo que esto sea reforzador) no puede ocurrir. Para solucionar este problema debo empezar a emitir coomportamientos que aumenten la probabilidad de que yo consiga entrar en casa: tocar el timbre para ver si hay alguien en casa, verificar si existe alguna ventana abierta, verificar si la puerta de atrás está abierta, y otras más.

Estas soluciones que aparecen en el anterior ejemplo pueden ser caracterizadas por lo que Skinner (1969) denominó comportamiento moldeado por las contingencias (CMC): la forma de actuar de la persona es alterada de acuerdo con su interacción con las contingencias. En el caso de que esas tentativas de solucionar el problema fuesen fruto de instrucciones recibidas de otras personas (como sugerencias, consejos, reglas, etc.), estaría caracterizado el comportamiento gobernado por reglas (CGR): la persona no se expone directamente a las contingencias, ella sigue reglas que le indican como actuar delante de tales contingencias (para una visión mas detallada de este tópico, ver Skinner 1969, cap.6). La propuesta de Skinner para abordar el fenómeno de la resolución de problemas viene generando un debate intenso en los últimos años, como puede ser visto en Catania y Harnad (1988: 218-275; aquí diversos autores discuten el texto de Skinner "An operant analysis of problem solving", y el propio Skinner comenta las posiciones de cada autor). Mucho se ha discutido acerca de la eficacia de la distinción entre CMC e CGR:.¿no es el comportamiento de seguir reglas un CMC? Siendo así, lo que se afirma ser un CGR,.¿no seria apenas un CMC? (Ribes-Iñesta, 2000, 2001a y 2001b, presenta una discusión interesante sobre estas cuestiones - ver también O'Hara y Barnes-Holmes 2001a, 2001b).

Otro aspecto que está envuelto en la resolución de problemas es la cuestión del 'insight'. Desde los estudios de W. Köhler con chimpancés, ese fenómeno parece reforzar la hipótesis de un 'procesamiento mental' que precede a la resolución de los problemas. Sin embargo, Skinner (1976) llama la atención sobre el siguiente aspecto: para que el comportamiento denominado 'insight' pudiese ocurrir, los chimpancés tuvieron que aprender todas las habilidades necesarias para que tal comportamiento ocurriese (algunos estudios han procurado trabajar con esta idea, demostrando que el comportamiento de 'insight', en palomas, solo ocurre si el animal aprende todas las respuestas que componen la respuesta terminal; ver Epstein et al., 1984). Por tanto, para explicar 'el surgimiento de una respuesta' no es necesario recurrir a procesos tales como reflexión, raciocínio, como 'procesos mentales'. La solución de un problema consiste simplemente en la emisión de cierta respuesta, y la emisión de esta respuesta está sujeta a los mismos aspectos que regulan la emisión de cualquier otra respuesta. Una vez más, lo que está en cuestión es la disposición de los estímulos presentes en el ambiente; la combinación de esa disposición con la historia de la persona podría ser suficiente para explicar el fenómeno de la resolución de problemas (Skinner, 1976).

Conforme apuntó Skinner (1976, 1991), subjacente a lo que fue discutido hasta ahora, existe una idea básica: todos estos eventos que estuvimos discutiendo solo podrían ocurrir debido a la supuesta existencia de una 'mente': una especie de órgano que posibilita/causa/genera la ocurrencia de nuestros comportamientos. Así, el pensar, decidir, calcular, etc, todos, ocurrirían en la mente primariamente..¿Pero qué viene a ser esta mente?

 

La mente

Sea en la vida cotidiana, sea en el medio académico, las personas actualmente parecen tener pocas dudas sobre la existencia de una 'mente gerenciadora y causante' del comportamiento ("Tengo en mente salir de vacaciones", "Marcos mató a su socio porque ya tenía ese plan en mente", "Las informaciones almacenadas en la mente fueron recuperadas en el momento de resolver el problema"). Esa mente es generalmente vista como un lugar ("tener en mente", "guardar informaciones en la mente"); también es vista como un órgano ("use su mente", "él hace los cálculos usando únicamente su mente").

Toda esta forma de entender la mente tiene sus orígenes, como vimos, en las metáforas que surgieron basadas en el uso inicial que tenían ciertas palabras, así como en la forma sesgada de describir ciertas formas de actuar. Pero, esta mente con la que nos enfrentamos hoy en día, no tiene el carácter de aquella de los estructuralistas y funcionalistas. Esa mente no es observada, ella es inferida. Nosotros inferimos esta mente cuando observamos ciertos productos que son fruto de su trabajo (es decir, la resolución de un problema). Los principales defensores de esta mente en la psicología actual son los cognitivistas; ellos tuvieron el cuidado de no apelar a la introspección como método para estudiarla. Sus métodos son otros: es la analogía con el computador y la ciencia del cerebro (Barsalou, 1992; Gazzaniga, Ivry y Mangun, 2002).

Para que la persona pueda comportarse, generalmente se afirma que ella (en este caso, su mente) debe realizar varias cosas, en conjunto o no: ella debe 'juzgar', 'asociar ideas', 'conocer', 'comprender', y otros procesos más, que serán inferidos del actuar que ellos proporcionaron. Pero, como indica Skinner (1976: 77) "la probabilidad de un comportamiento depende del tipo de frecuencia de reforzamiento en situaciones semejantes del pasado", o sea, las probabilidades de que cierto comportamiento ocurra están en las contingencias.

La mente puede ser (y es) vista como el lugar donde percibimos las cosas. Una forma tradicional de entender cómo la mente podría actuar en la percepción del mundo es la teoría de la copia: nosotros no percibimos directamente el mundo, sino copias de las cosas del mundo que poseemos dentro de nosotros. Esta teoría se mostró más fuerte en relación a la visión que a los demás sentidos; probablemente porque es mucho más fácil creer que "vemos" copias de cosas que "tanteamos", "olemos", "degustamos" o "oimos" copias del mundo. Cabe resaltar que ésta teoría no debe ser entendida como algo abandonado, mucho del trabajo en la llamada ciencia cognitiva hace uso de especies más sofisticadas de esta teoría (como, por ejemplo, en los estudios sobre reconocimiento de padrones, ver Best, 1989). Basándose en este tipo de teoría, algunas áreas de la psicología procuran explicar cómo conseguimos describir las cosas del mundo sin estar viéndolas necesariamente (ver sin estímulos); por ejemplo, describir nuestra casa sin estar delante de ella. Una vez más, basta recurrir a la mente, es en ella probablemente donde está la imagen de nuestra casa que estamos describiendo. El problema más evidente con cualquier teoría que se apoye en la teoría de la copia es que ésta teoría implica un retroceso hacia el infinito: se lo que veo son copias del mundo, al ver estas copias,.¿no estoy viendo copias de otras copias? Y para ver estas últimas,.¿no serían necesarias otras copias?; esto, obviamente, lleva a un regreso al infinito (Ryle, 1949; Skinner, 1976, 1991).

Skinner (1976) indica otra forma de entender este fenómeno: podemos ver sin estímulos porque podemos actuar como si estuviésemos viendo algo que es reforzador; como él mismo afirma, "conocer una ciudad significa poseer el comportamiento de moverse por ella..." (p.93), no implica tener "imágenes mentales" de esta ciudad. Al actuar de esta forma, describiendo algo en su ausencia, seremos reforzados (tanto por nuestra acción como por nuestra comunidad). Por tanto, realizar ese comportamiento (la descripción) será reforzado de alguna forma: sea elaborando un mapa para mí mismo, enseñando un camino para un amigo, etc. (Skinner, 1965: 266-280, muestra una extensa discusión sobre el asunto al tratar lo que él denomina 'visión condicionada y operante'). El punto que debe ser resaltado es: la persona es modificada por las contingencias de reforzamiento, ella no "graba" las contingencias. Decir que la mente puede ser contemplada como el lugar de la percepción, implica aceptar algún tipo de teoría de la copia con las consecuencias descritas anteriormente.

A pesar de todos los esfuerzos realizados por aquellos que procuran encontrar en la mente el agente mediador del comportamiento, ésta búsqueda parece condenada al fracaso, si consideramos una falla básica de ésta suposición: "Ninguna explicación sobre lo que ocurre dentro del cuerpo, por más completa que sea, explicará los orígenes del comportamiento. Lo que ocurre dentro del cuerpo no es un inicio" (Skinner, 1991: 42). Por más que sea puesto de manifiesto qué elementos están interviniendo en el mecanismo del hambre, lo que una persona irá a comer, dónde, de qué manera e incluso cuándo, no puede ser explicado por medio de esa manifestación. Para que estas cuestiones sean respondidas, debemos analizar las contingencias de reforzamiento que componen la historia de esa persona. Saber qué áreas del cerebro están activas, qué neurotransmisores están interviniendo o qué partes del organismo están actuando no substituye la necesidad de explicar las relaciones organismo-ambiente (que moldean la conducta según las contingencias de refuerzo), en la búsqueda de una explicación integral de la conducta de los organismos.

Sin embargo, en análisis anterior parece conllevar también para Skinner un problema: si consideramos su concepto de comportamiento encubierto (aquel que ocurre "dentro de la piel" del organismo), podemos preguntarnos en qué ayuda este concepto a la tentativa de comprender el comportamiento, si, como el propio Skinner afirma, lo que ocurre dentro del organismo no puede explicar el comportamiento de los individuos. La cuestión se complica más todavía si consideramos que mucho de lo que es descrito como 'pensamiento' fuera del Análisis Experimental del Comportamiento, al ser "traducido" para sus términos, irá a caracterizarse como lo que Skinner denomina comportamiento encubierto; veamos el ejemplo de una persona resolviendo cierto problema: bajo una visión cognitivista diríamos que ella está 'procesando mentalmente' los datos del problema; al "traducirlo" para el análisis del comportamiento, una de las formas de entender su comportamiento sería decir que ella está 'generando estímulos para sí misma' de una forma encubierta (comportamiento precurrente). Parece adecuado, por tanto, abordar el concepto de comportamiento encubierto según lo conceptúa Skinner.

 

Pensamiento como comportamiento encubierto

Para Skinner (1965, 1976) cierta parte de lo que ocurre en el mundo está contenida "dentro de la piel" de cada uno. Sin embargo, el hecho de estar dentro del organismo no garantiza a estos eventos ningún carácter especial en relación a los eventos que ocurren "fuera de la piel". Para él, ciertamente la fisiología y la anatomía podrán explicar cómo funcionan estos eventos que ocurren internamente. Como hasta el momento, no disponemos de condiciones (nos falta una metodología adecuada), para explorar ese mundo interior, debemos procurar abordarlo por medio de aquello que podemos observar de ese mundo, o sea, nuestro comportamiento cuando entramos en contacto con nuestro 'mundo interno' (sin embargo, véase Guerra (2006) para una descripción de estudios sobre reforzamiento intracraneano de actividad neuronal precurrente, que se pueden llamar "intenciones").

Mucho de lo que Skinner describe como comportamiento encubierto se refiere a nuestras sensaciones corporales. Formas de hablar de estos eventos privados nos son transmitidas por nuestra comunidad verbal, que nos enseña a describir nuestros estados internos infiriéndolos de nuestras acciones (si se el niño queda callado y con los ojos llenos de lágrimas, cuando su animal de estimación muere, ciertamente sus padres le dirán: .¿estás triste, verdad?") o a través de un uso metafórico de expresiones que están presentes en eventos públicos (alguién puede enseñar a otra persona a describir el "hormigueo" en el pie, la sensación de "mariposas volando" en el estómago, y otras expresiones más).

Pero, nuestro interés aquí está en abordar la noción de comportamiento encubierto que Skinner propone para aquellos tipos de comportamientos que serían calificados como 'pensamiento'. Como bien apuntó Hayes (1994), lo que parece caracterizar la definición de comportamiento encubierto de Skinner en este caso es el aspecto de la inaccesibilidad del comportamiento hacia la observación. En diversos puntos de sus obras, él define el comportamiento encubierto, usado como "traducción" para algún tipo de comportamiento que podría ser llamado 'pensamiento', en términos de una respuesta emitida en una magnitud tan pequeña que no puede ser detectada, al menos por los instrumentos actuales, como en el siguiente párrafo: "...donde "pensando" se refiere a un comportamiento ejecutado en escala tan pequeña que no es visible para los otros" (Skinner, 1976: 30); para otros ejemplos ver Skinner (1976: 114; 1965: 282; 1957: 434-36). Otro aspecto sobre el cual Hayes (1994) llama la atención es el hecho de que Skinner iguala evento encubierto a envento privado, o sea, lo que caracteriza comportamiento privado es que él sea encubierto. Esto es relevante debido al hecho de que mucho de lo que es llamado pensamiento es caracterizado como algo que se encaja en la noción de comportamiento privado, sea en abordajes mentalistas, como actividad mental, sea en la propuesta skinneriana, obviamente no como actividad mental, sino como un comportamiento que no es visible a los otros.

De esta forma,.¿debemos entonces entender, de acuerdo con Skinner, 'pensamiento' como comportamiento encubierto/privado? Veamos cómo Skinner trata de esta cuestión.

Según Skinner (1976, 1991), una forma de entender parte de lo que es llamado 'pensamiento' es interpretar el "pensar" como un comportamiento que ocurre bajo un control deficiente de estímulos; como cuando alguien dice: "pienso que es una inscripción egipcia". En el caso de que el control de estímulos fuese el adecuado, probablemente esa persona diría: "yo sé que es una inscripción egipcia".

Sin embargo, esta es apenas una de las maneras en que el concepto de pensamiento es utilizado. Una de las formas de utilización más importante es aquella que sugiere que la persona está haciendo algo mentalmente, que tendrá implicaciones, la mayoría de las veces, en su forma de actuar: si alguien está procurando resolver un problema podemos preguntarnos .¿en qué está pensando él?", queriendo, con esta pregunta, saber algo sobre las acciones de esa persona. Como vimos, Skinner diría que el término 'pensando', utilizado en este ejemplo, debe ser entendido como un comportamiento que ocurre en una magnitud muy pequeña, de forma que es encubierto/privado. Asimismo, uno de los aspectos fundamentales de las visiones tradicionales, al abordar el pensamiento como hacer algo mentalmente, es la suposición de que esto implica un tipo de conversasión consigo mismo; es lo que se denomina ponderación, reflexión, cogitación, etc (como diría Skinner, cuando el hablante es su propio oyente). Este fenómeno sería, por tanto, para las visiones mentalistas, caracterizador de 'pensamiento'. Pero esto, como veremos, no es el caso.Como dice Skinner (1957), generalmente el 'pensar' se contrapone al 'hacer'; la pregunta .¿Qué estás haciendo?", puede ser respondida con "nada, sólo estoy aquí pensando en cierto asunto". Por tanto, cuando alguien que recibió un cierto problema, presenta la solución después de pasado cierto tiempo, y sin que esa persona haya realizado ningún tipo de respuesta que pueda ser caracterizada como abierta/pública, deben ser inferidos algunos acontecimientos encubiertos (los mentalistas podrían decir, algún tipo de reflexión, cogitación, etc.; mientras que Skinner podría decir, comportamiento verbal encubierto). Esto parece favorecer una visión de pensamiento como comportamiento verbal encubierto.

Mientras tanto, una explicación de cómo el comportamiento verbal se torna encubierto (ya que sin duda alguna él es inicialmente público/abierto), parece debilitar la suposición anterior. El comportamiento verbal normalmente se torna encubierto debido a los eventos punitivos ordenados por la sociedad para la emisión de comportamientos verbales abiertos inapropiados (Skinner, 1957); por ejemplo, en la escuela, nosotros somos enseñados a hacer lectura silenciosa, y el desempeño, no autorizado, fuera de esta norma de lectura es punido por los profesores; si usted está caminando por la calle hablando en voz alta, las personas probablemente lo tratarán como una persona desequilibrada. Esa postura puede ser reforzada se consideramos el ejemplo de hablar en voz alta que surge cuando estamos libres de una audiencia punitiva (como cuando estamos sólos en casa preparando el almuerzo y emitimos comportamientos verbales abiertos del tipo .¿dónde está la sal?", "dos minutos más y listo"). Considerando que la internalización del comportamiento verbal es una cuestión de contingencias de refuerzo, identificar este comportamiento verbal como encubierto, así como considerar que este comportamiento verbal encubierto posee un status diferente del comportamiento verbal abierto (como hacen los teóricos mentalistas), no parece llevar a avances en la interpretación de lo que viene a ser 'pensamiento', una vez que, como dice Skinner (1957), lo que tenemos son comportamientos emitidos con fuerzas diferentes.

Además, si consideramos algunas otras formas de actuar que las personas presentan, y que son consideradas como 'procesos mentales', veremos que la tentativa de igualar 'pensamiento' a comportamiento verbal encubierto difícilmente sería utilizada en estos casos: por ejemplo, los "procesos" de aprendizaje y memorización (adquisición y retención de una respuesta), generalización (emisión de la misma respuesta para una clase de estímulos), abstracción (respuesta controlada por una propiedad o conjunto de propiedades de cierto estímulo), y algunos otros. Como Skinner (1957: 438) indicó "estos no son comportamientos encubiertos o abiertos, sino relaciones de control o mudanzas de probabilidad, resultantes de alteraciones en tales relaciones". Según Skinner (1957), tal vez la única ventaja que presentó la identificación de 'pensamiento' con comportamiento verbal encubierto fue la tentativa de clasificar 'pensamiento' como comportamiento.

El hecho de las personas fácilmente identificaren 'pensamiento' con el comportamiento verbal encubierto puede ser entendido se consideramos que el efecto reforzador de ese tipo de comportamiento debe ser proporcionado por la auto-estimulación verbal, o sea, cuando el hablante es también su oyente (Skinner, 1957, 1976). En estas condiciones, la estimulación verbal, a pesar de estar sujeta, como todo comportamiento, a un análisis en términos de contingencias de reforzamiento, gana características de 'proceso mental'.

Skinner (1957) cree que otras formas de identificar 'pensamiento' con comportamiento pueden ser más efectivas; formas que consideren tanto el comportamiento encubierto como el abierto. Retomando la cuestión del hablante como su propio oyente, se verifica que una interpretación de este fenómeno puede ser presentada sin la necesidad de apelar a algo semejante a un 'proceso mental'. En el comportamiento de "hablar consigo mismo" lo que tenemos es la emisión verbal de la persona (audible o no), que debe ser entendida como algún tipo de operante verbal, que al ser emitido genera nuevos estímulos que pueden afectar la emisión de un nuevo operante verbal, y así en adelante. Obviamente, este proceso puede ser más o menos efectivo; generalmente más efectivo cuando los productos de ese comportamiento funcionan ellos mismos como reforzadores (como en el caso del trabajo de un escritor). El "hablar consigo mismo" (de manera abierta o encubierta) también puede ser reforzado debido a las consecuencias prácticas de este comportamiento (como en los siguientes casos: en auto-mandos como .¡vamos allá, sólo un poco más!"; en caso de toma de decisión o resolución de problemas, como cuando usamos algoritmos como estímulo discriminativo; y otros casos más).

En los casos anteriores, el resultado del comportamiento puede ser caracterizado por lo que se denomina 'pensamiento', sin embargo, como vimos, sin recurrir a ningún "fantasma en la máquina" (Ryle, 1949). Según Skinner (1957: 445):

"Tal comportamiento, por supuesto, puede ser útil y rápido, especialmente porque el hablante está óptimamente preparado para su propio hablar como oyente. Pero todas las propiedades importantes del comportamiento deben ser encontradas en los sistemas verbales compuestos de hablantes y oyentes separados."

Siendo así,.¿deberíamos entender el pensamiento como comportamiento verbal (sea abierto o encubierto)? Ciertamente, el comportamiento verbal parecer ser atrayente como explicación de lo que viene a ser 'pensamiento', principalmente por sus características que lo tornan no necesariamente relacionado con las condiciones ambientales presentes y con los aspectos de relaciones temporales (aspectos importantes, pero no definitorios, de lo que es llamado 'pensamiento').

Sin embargo, como indica Skinner (1957), y conforme a todo lo que vimos anteriormente, una descripción del comportamiento verbal (abierto o encubierto), de forma semejante a los comportamientos no verbales, está sujeta a las contingencias de reforzamiento. Son estas contingencias las que establecen el control sobre el comportamiento, sea verbal o no.

Por tanto, para Skinner (1957: 449):

"El punto de vista más simple y más satisfactorio es el de que pensamiento es apenas comportamiento - verbal o no, encubierto o abierto. No se trata de ningún proceso misterioso responsable por el comportamiento, sino del propio comportamiento en toda la complejidad de sus relaciones de control, relativas tanto al hombre que se comporta, como al medio en el que él vive."

Skinner (1957) resalta todavía se debe tener cuidado al aceptar la definición anterior. No se está abogando que 'pensamiento' se resume al comportamiento como forma de actuar. En esta definición, las contingencias de refuerzo (variables de control) son centrales; es el actuar en función de estas variables que debe ser entendido como 'pensamiento'. Según él, un énfasis en la forma puede conducir, por ejemplo, a dificultades para analizar el contenido de los 'pensamientos', es decir, los referentes de las proposiciones/declaraciones. Con todo, según Skinner (1957), si el énfasis fuera colocado en las variables de control, ciertamente estos contenidos podrían encontrar una representación en estas variables (podemos resaltar aquí otro punto en el que Skinner tiene dificultades en evitar completamente la noción de referencia, ver discusión anterior).

 

Consideraciones finales

Skinner parece haber quedado satisfecho con su definición de pensamiento..¿Y nosotros?.¿Debemos aceptar esa definición?.¿Ella se muestra relevante para avanzar en la comprensión de lo que es denominado pensamiento? La respuesta para estas cuestiones parece ser: parcialmente, en el aspecto que trata de evitar la caracterización de 'pensamiento' como algo que tiene sus orígenes en actividades mentales, y en la tentativa de procurar entender el fenómeno en términos funcionales (a pesar de que la propuesta de Skinner, que apela a las contingencias de refuerzo, nunca haya sido esclarecida de una forma satisfactoria).

Analizando el tratamiento que Skinner da al concepto de 'pensamiento', parece claro que él estaba procurando responder a la pregunta general .¿qué es pensamiento?" (tanto que él llega a proporcionar una respuesta). Entretanto, como Ryle (1979) apuntó, esta pregunta, en términos tan amplios, es fruto de la confusión conceptual creada por los filósofos al procurar una descripción de los tipos de elemento en los que las teorías desarrolladas por los hombres podrían ser analizadas. Con este objetivo, ellos analizaban proposiciones, sentencias, argumentos y otros elementos más. Para ello, ellos utilizaron el lenguaje que poseían, el lenguaje cotidiano (tal vez con algunos términos técnicos). Como ya vimos, este lenguaje es metafórico. El problema surgió cuando otros filósofos e psicólogos substancializaram las descripciones que aquellos primeros filósofos habían realizado. Probablemente ahí nació la 'mente' y los 'procesos mentales'. Considerando estas definiciones como entidades existentes, los psicólogos se pusieron a procurar estudiarlas; procuraron desarrollar métodos para observar, registrar y describir el funcionamiento de esos procesos mentales. Ellos comenzaron a cazar el "fantasma de la máquina" (Ryle, 1949). A pesar de procurar evitar esos errores, Skinner se incorporó a la búsqueda de una explicación general para el fenómeno del 'pensamiento'.

No obstante, como muestra Ryle (1979), pensamiento es un concepto polimorfo, es decir, no existe una forma única y conclusiva de definirlo. Intente y usted verá que no consigue abarcar la inmensa variedad de aspectos que dicen caracterizar 'pensamiento', utilizando cierta definición (lo mismo se aplica a varios otros conceptos, como 'trabajar', 'jugar', etc.). Así, buscar una única respuesta para la pregunta general .¿qué es pensamiento?" se torna una tarea imposible.

Tal vez Skinner se haya dado cuenta de esta dificultad. Tal vez por eso, él haya procurado definir 'pensamiento' como comportamiento, procurando así, abarcar todo lo que es caracterizado como 'pensamiento'. Mas,.¿no es comportamiento un concepto polimorfo también? Como bien indicó Todorov (1982: 6) "...(el) comportamiento puede ser entendido en diferentes grados de complejidad." Siendo así,.¿en qué esta definición de Skinner nos ayuda en la comprensión de los fenómenos que son denominados como 'pensamiento'?.¿Qué adelanta una definición de un concepto polimorfo en términos de otro concepto polimorfo? Incluso si consideramos esta definición de 'pensamiento' de Skinner, "inmersos" en su teoría, dejando de lado lo mencionado anteriormente, la definición no deja de ser problemática, pues como ya mencionamos, mucho de lo que es llamado 'pensamiento', al ser "traducido" en términos de comportamiento deberá ser caracterizado como comportamiento encubierto, ya que es realizado de manera privada (conforme Skinner entiende estos conceptos; pero ver Wittgenstein (1953) y Ribes (1990), para discusiones sobre las dicotomías público-privado, encubierto-abierto). Y, a pesar de Skinner afirmar que estos comportamientos están sujetos a los mismos tipos de control ejercido por las contingencias de reforzamiento sobre los comportamientos abiertos, él nunca llegó a explicar claramente cómo esto podría darse. Según él (p.ej. Skinner, 1991) cabría a la fisiologia/anatomía explicar mejor el funcionamiento de la interacción entre variables externas y comportamientos encubiertos. Más aún, como indicó Hayes (1994), esta posición de Skinner en relación a los eventos privados limita profundamente el campo de actuación de la psicología, no proporcionando condiciones para abordar de una forma adecuada los fenómenos psicológicos que se caracterizan en esta categoría de eventos.

Por esto, parece ser necesario buscar otras formas de abordar los fenómenos que son llamados 'pensamiento'. Y en esta búsqueda debemos estar atentos para no repetir los errores ya cometidos: es evidente que no debemos procurar responder la pregunta general .¿qué es pensamiento?", una vez que, aceptando la ponderacción de Ryle presentada anteriormente (1979), ella es fruto de confusión conceptual. La cuestión puede ser colocada más adecuadamente de la siguiente forma: (éste es el tipo de pregunta que Harzem y Miles (1978) sugieren como una forma de "obligarnos" a definir mejor el fenómeno que estamos estudiando, procurando evitar de esa forma el establecimiento de cuestiones basadas en confusiones conceptuales). Por tanto, en relación a los fenómenos denominados 'pensamiento', ciertamente no queremos saber cómo ellos son procesados, almacenados u otro proceso cualquiera, pues ya sabemos que éstas son apenas metáforas que surgieron para hablar de lo que las personas hacían. Un tipo de pregunta que parece razonable es sobre las condiciones necesarias y suficientes para que cierto tipo de fenómeno ocurra (como por ejemplo, en los estudios iniciales de Ebbinghaus sobre memoria (apud Marx y Hillix, 1987), y en los estudios desarrollados más recientemente por Oliveira-Castro et al., 1999; 2002). Ese tipo de pregunta puede ayudarnos a evitar los equívocos conceptuales que han mantenido a la psicología incapaz de responder adecuadamente a las cuestiones relacionadas con los fenómenos que denominamos 'pensamiento', proporcionando el inicio (o retomada) del establecimiento de cuestiones empíricas adecuadas, que pueden producir algún avance en esos cuestionamientos.

 

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Notas

C.B.A. de Souza
Endereço para correspondência: Rod. Arthur Bernardes 1650 Q. 6 Nº 15, Pratinha, Belém, Pará, CEP: 66816-900, Brasil.
E-mail para correspondência: carlos.souza@pesquisador.cnpq.br.
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