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Metaphora

 ISSN 2072-0696

Metaphora (Guatem.)  n.1 Guatemala nov. 2002

 

 

Conductismo e inconsciente: paradojas de un discurso

 

 

Jorge Villar

 

 

De un tiempo acá hemos comen-todo acerca de algunas modernas paradojas en la construcción teórica de la "psicología conductista", paradojas, o mejor dicho, incoherencias en el planteamiento teórico de su discurso. Con el señalamiento de tales contradicciones no pretendemos analizar exhaustivamente su bagaje teórico, nuestra pretensión se circunscribe en señalan algunos elementos que implican o deberían implicar una reflexión honesto en los adherentes de tai escuela, reflexión necesaria en lo concerniente a su postulado constitutivo o lo que podríamos llamar el lugar de "su teoría" en el discurso científica. Esta inquietud ha nacido como resultado de constatar en algunas publicaciones y ponencias en congresos referencias a conductismo e inconsciente o el inconsciente desde lo cognitivo conductual. Cualquier persona medianamente informada tendría que sorprenderse ante tales referencias, dado que, como se sabe, nada más alejado del conductismo que la categoría de inconsciente. La pregunta obvia, y que por su propio peso cae, sería: ¿Resulta que añora se reconocerá la objetividad y verdad del psicoanálisis? (reconocimiento que por cierto éste no necesita). Pero no, por supuesto que no, no se deben abrigar falsas expectativas, sería, para los conductistas, como asumir un equívoco sólo comparable al resuelto por lo revolución copernicana. En realidad, tal referencia sólo hace evidente la desazón Teórica de un discurso limitado por los hechos pero que, carente de alternativa, pretende apropiarse un espacio y un nuevo objeto ¡vaya paradojal, en el del psicoanálisis, su antípoda teórico de algo mes de un siglo de historia.

Mucho puede escribirse en torno al objeto del psicoanálisis y tampoco es este momento para extendernos, queremos puntualizar únicamente su singularidad que se Inicia aquel mítico 24 de julio de 1895, fecha a la que corresponde el registro del giro a la manivela de la historia de las ideas provocada por Freud al desvelar "el secreto de los sueños", como llamó al hito epistemológico que estaba marcando. Y no era para menos, con el desciframiento de los sueños y su mecanismo, milenios de superstición e ignorancia quedaban atrás. El chamán daba lugar a un nuevo personaje: el psicoanalista...

Freud estaba absolutamente seguro de la trascendencia del paso dada y su vista pudo extenderse hasta horizontes sin límite; su fino humor y su mirada profética quedan plasmados en la referencia que hizo a Fliess de tal hecho: «¿Orees ce veras que alguna vez habrá en esta casa una placa de mármol en la cual pueda leerse: "Aquí se le reveló al doctor Sigmund Freud el secreto de los sueños, el 24 de julio de 1895?" Por ahora, parecen ser escasas las probabilidades de que esto suceda. Pero cuando leo en los últimos libros de psicología, [...] lo que pueden decimos sobre los sueños, me alegro como el enano del cuento "porque la princesa no lo sabe". » (carta a Fliess 12/6/1900, la cursiva es nuestra).

Aunque en ese momento aún no lo menciona bajo ese nombre se trata, de hecho, de la incorporación de una nueva dimensión en el conocimiento del hombre. El inconsciente, así como la ubicación del determinante genético del mismo: la represión. ¿Cómo llegó Freud a desentrañar el enigma de los sueños? La clínica de la neurosis lo había llevado a desarrollar un método, la libre asociación, que aunque debía su ocurrencia a su amigo Breuer, solo maduró y se sistematizó bajo la exigencia metodológica que él le impuso. Podría afirmarse que, con el descubrimiento del inconsciente (objeto de estudio) la aplicación de la libre asociación (el método) las premisas de una nueva ciencia estaban siendo fundadas, claro, si su ejercicio daba lugar a un fenómeno verificable, condición proporcionada por la cura (la praxis). Obviamente, objeto, método y praxis sólo se sostienen científicamente si una teoría los articula orgánicamente y el desarrollo de esa teoría es precisamente la historia del psicoanálisis.

Como era de esperarse, la teoría psicoanalítica nunca ha sido, en el ámbito de las ciencias del comportamiento, ni popular ni académicamente reconocida. No gustó lo que se dice de la sexualidad, total, milenios de historia no han dejado de hacer del hombre el ser aquel que tiene que tapar sus vergüenzas con la desnudez si es necesario... No gustó que la cogito cartesiana pudiera ser discutida... No gustó en fin que desde otra escena Otro discurriera... Se sigue sin entender que la locura es el intento de curación y no la enfermedad.

En alguna oportunidad comentaba Freud que entre psicología y psicoanálisis nunca habría confrontación, sería, dice, "como que osos polares y ballenas se pelearan", algo imposible, dado que sus universos sencillamente son distintos. Pero hete aquí que "esa ciencia" (cognitivo-conductual) que siempre liega tarde, (la pedagogía se le adelantó en objeto y método, la reflexología en el condicionamiento, la neuropsicología o psicología científica no deja de ser neurofisiología -oh el complejo de no ser medicina-) ¡está descubriendo el inconsciente! ¿Qué ha pasado? El dicho de que no se puede rapar el sol con un dedo... Estudios sobre la memoria han puesto en evidencia la existencia de factores inconscientes, como lo demostró Poetzl con sus experimentos de percepción subliminal y su efecto sobre los sueños (sobre su contenido manifiesto, aclaramos, dado que es la única dimensión que dichos Científicos le reconocen a los mismos), en los mecanismos implicados en la evocación. Celebramos el hallazgo sólo que, un estudio más profundo de dicho fenómeno terminaría por confirmar lo ya conocido: la Importancia del acontecer diurno en la génesis del hecho onírico y lo función de filtro selectivo que cumple la conciencia ante los estímulos externos, a unos por su forma y magnitud y a otros por su relación con significantes perturbadores de la homeostasis emocional. Todo lo señalado podría repetirse también pera la influencia de los contenidos inconscientes y la valoración afectiva "encontrada" por 5. Murphy y R. Zajonc en experimentos similares de percepción subliminal (Journal of Personality and Social Psicology). Valoraciones ce la capacidad auditiva en sujetos bajo anestesia durante intervención quirúrgica han demostrado que son capaces de percibir y recordar estímulos auditivos ignorados por la conciencia. En fin, y para no extendernos, querernos comentar otro descubrimiento sensacional "la exploración bajo hipnosis" que según la psicólogo Jenny Moix puede ayudar al diagnóstico de fobias, siguiendo un método de utilización de palabras o mensajes subliminales y observar la reacción del individuo (¡...!), tal parece que, de continuar así, no se tardará mucho en descubrir la teoría traumática y el método catártico... 100 años después.

La obstinación del discurso conductista se nos antoja la de Diógenes y mal no les iría su lámpara dado que, según parece, la luz del sol les es poca para aproximarse el ubicuo inconsciente cuyas formaciones se les están conviniendo en piedras del camino. Como señalábamos anteriormente, tal parece que su destino es llegar tarde, no obstante su pretensión de dormir al sueño, y es su hijastra (el enfoque cognitivo) como se pretende explicar lo inconsciente, es decir, basándose en modelos de procesamiento de la información, motivación (¿...?) y por supuesto aprendizaje en otro nivel distinto al consciente. Bajo dichas premisas el inconsciente es lógico, racional y de acceso fácil, dado que está regido por las mismas leyes de la memoria, el inconsciente sencillamente sería un alter ego. No se explica cómo influiría en el yo. El eminente físico teórico y responsable directo de la revolución cuántica, Werner Heissenberg, señaló de forma simple y elegante el problema del método: "Lo que observamos no es la naturaleza en sí, sino la naturaleza expuesta a nuestro método de Interrogación. ¿Cuándo descubrirán las relaciones entre Inconsciente y lenguaje? ¿Que día entenderán lo que significa la aseveración de que el inconsciente es el discurso del Otro? ¿El sujeto como efecto del significante? ¿La función de sutura"? Comprender los tres registros y el nudo de Borromeo parece misión Imposible, así que no sólo Freud sino también Lacan pueden seguir sonriendo como el enano del cuento porque la princesa aún no lo sabe...

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