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Revista Mexicana de Orientación Educativa

versão impressa ISSN 1665-7527

Rev. Mex. Orient. Educ. vol.8 no.21 México  2011

 

 

REMANDO en la cultura...

 

Más Amor Pedagógico… Amoríos Pedagógicos y Desamores Pedagógicos

 

 

Raúl Oswaldo Corona Fuentes*

Universidad Autónoma de la Ciudad de México

 

 

A Fernanda Gabriela y Fernando Gabriel

Más amor pedagógico, pero de verdad más. Es la sentencia que recorre este trabajo de nuestro amigo y compilador Gerardo Meneses. Y es que la época actual que vivimos y compartimos nos exige, nos pide, a través de las metáforas y escenas más absurdas acabar con el amor. En la soledad de la escuela, almas al desnudo, insisten, deambulan y gracias al ejercicio del poder, dejan de ser, dejan de desear, no son más que un ladrillo en la pared, no son más que la estadística fallida de los burócratas, que tras su escritorio, tienen las ocurrencias más sofisticadas e infames que nos podamos imaginar, la racionalidad burócrata se agota en los oficios que recibimos y que nos interpelan en nuestras actividades diarias, prohibido imaginar, prohibido gozar, el amor ¡olvídenlo! No hay tiempo para ello porque ya no hay tiempo para nada, el tiempo dejó de ser y dejó de ser ocio. No hay que perder el tiempo, debemos ser y deberás ser práctico, útil, productivo, claro si es que deseamos ser alguien que soñó papá o mamá, o ¿un sueño de quien? Por cierto, ¿quien me habrá soñado qué me heredó su tristeza, su falta de amor, su odio? No hay completud en la escuela y quizá no la habrá por un buen tiempo, pues ya es más fácil que sea a distancia nuestro encuentro, nos conectamos a las 7 y trabajamos juntos, cada quien en su máquina. ¡Lástima! por un par de horas no veré los videos de Youtube, ni las fotos y chismes del Facebook más candentes. La posmodernidad se ha quedado atrás y ¿nosotros donde? No tenemos un lugar que nos sostenga, pues existencialmente dejamos de existir y pedagógicamente perdimos el sentido, estamos extraviados en las políticas educativas, tratando de ocupar el mejor lugar para competir o peor aun para ver las competencias educativas desde afuera ¿Y si se trata de competencias, quien ganará? Parece un hándicap, pero no, las cartas ya están echadas y dios juega a los dados, pero resulta que también ya están cargados: ni trabajo, ni escuela, al fin ninis, y sólo ninis, ¡Qué nombrecito! ¡Estupenda ocurrencia de la burocracia y de algunos investigadores! ya ven y nosotros dándole vueltas al asunto, y resulta que ellos ya se sabían por lo menos el nombre: ninis. ¿O no seré yo un mal pensado y resentido y hasta envidioso? ¿No será ya la nueva tribu urbana o cultura juvenil de los años dosmiles como dice toño esquinca? ¿Me pregunto si no serán ninis también nuestros políticos hacedores de políticas o nuestros elitistas juveno-logos investigadores del sni? Mientras lo nini nos alcanza, pensemos entonces en la alteridad que dejó de ser otro, la pedagogía y la formación mueren sin lo otro. La performatividad contemporánea en la escuela anula al otro, es nuevamente la escuela de los 400 golpes la que opera como verdadera ortopedia educativa, matando al otro y muriendo con el otro, en la disciplina, en las tecnologías, en las competencias. ¡Hay que tiempos aquellos! Hoy los días barruntados por la posmodernidad, nos dejan poquitito al descubierto, por ello creo que sin duda, más amor pedagógico es el mejor diagnóstico del amor en los tiempos de cólera provocado por algunos culeros como ya lo he señalado. Este libro que en su portada tiene unas metáforas (al caso de hoy, unas escenas) y que atinadamente las acompaña un corazón para que las podamos entender: Y si de plano no las entendemos, pues asociemos libremente:

Odio

Odio del maestro por ir a la escuela a dar clase, porque éste es su trabajo, seguramente porque no le quedó de otra. Odio del estudiante, pues en la mayoría de las veces lo mandan con la seguridad de que para algo le ha de servir, por lo menos eso decía papá y mamá. La escuela del odio y el odio en la escuela, se nos enseña a odiar, y el odio nos gana en la enseñanza, el odio, pasión inefable y siempre cotidiana.

Ira

Derivada de la anterior, la ira se presenta a la menor provocación ¡No me busques porque me encuentras! Ira, enojo, encolerizamiento, la escuela se llena de ello. Iras sin resolver se descargan contra los sujetos pedagógicos, el maestro, el estudiante, el directivo, cualquiera es blanco de la ira incontenible. El pase de lista, la participación, el examen, la tarea, la exposición, el informe, el programa; cualquier experiencia nos pone en el camino de la ira ¡Y mira que te lo digo en buena onda, para la otra estas reprobado, te suspendo o de plano te expulso! Por favor no me provoques…

Miedo

Gracias a la presencia del alcoholímetro, conocimos la sentencia que mejor define a la actualidad: ¡tengo miedo, tengo miedo, tengo miedo! El miedo tiene rostro y en la escuela es donde mejor se materializa. Miedo, mucho miedo y otra vez miedo, del maestro, del estudiante, del directivo. Reconozco que no entiendo bien esta pasión, de cómo la vamos adquiriendo, y eso que hace mucho tiempo en la dirección de la primaria donde estudié me dieron un jalón de patilla y diez borradorazos en la palma de la mano, claro que para la otra ya me porté mejor. Cuando llego al salón veo el miedo en el estudiante, que previamente ha sido ya educado en el miedo. ¿Será acaso que también hay miedo de perderle miedo al miedo?

Desconsuelo

La escena es de cada año que inicia el ciclo escolar: el pequeño escolar que no quiere por nada del mundo entrar a ese lugar. El dolor, el drama, la tragedia de entrar a la escuela, nos deja con la duda de cómo es este comienzo que alude a la separación, educar para la vida, escena de la orfandad, de la soledad ante ese enorme espacio ¿cómo contener tantas emociones, si ya nos piden que tomemos distancia por tiempos y a avancemos en fila nuestro salón? En otro memento posterior, al matricularnos en la universidad, estamos ante un salón lleno de desconocidos, ¡Qué imaginarios! ¡Qué fantasías! Y la tragedia apenas comienza…

Sensibilidad

Humanos demasiado humanos, educastradores y pedagogía pervertida. Todo cabe en un salón sabiéndolo clasificar. Una vez diseñado el plan del ciclo escolar, nada nos puede fallar. La sensibilidad de cada quien es susceptible para el trabajo grupal, las pasiones y los deseos establecen un quiebre con los encargos de la institución, no podemos ser más que la autoridad, el maestro representa eso y más, también él se la juega, o está con el grupo o está con la institución. Al maestro con cariño y al maestro se le terminó el cariño. La institución es dura, cruel, su fantasmática pesa más y no hay vuelta de hoja, necesitamos ponernos la camiseta más vale tarde que nunca, pero si es antes mejor…

Presentimiento

A final de cuentas y después de todo la escuela no es tan mala. Ya papá y mamá decían que era por nuestro bien, no lo olvidemos, ya le agarramos el modo y cada quien puede dar testimonio de su mejor época escolar; para algunos la secundaria, para otros la prepa, la universidad, etc. Claro pues teníamos el presentimiento y la sospecha de que algo bueno sucedería: no solamente sabemos quién es Platón, sino que conocí a mi banda, a mi primer amor, mi primer desamor. Descubrí que algunos maestros son mejor que mi papá y no lo sé, pero en una de esas yo también seré maestro, cada quien presiente y asume, son goces como quiere.

Música

¡Qué rock con la escuela! Desde el espíritu de la tragedia, pasando por el coro y los ditirambos, la presencia de Dionisios amenaza a la institución. La contracultura comienza en lo escolar, rebeldes con causa y sin causa, no hay problema, se trata de aprovechar las posibilidades de la fuga; resistimos musicalmente, pensamos en cómo hacer que la escuela tenga ritmo, necesitamos hacer musical nuestra estancia, con bromas, vaciladas, idas de pinta. Pero también nos damos cuenta que a otros les gusta la misma música que a mí: trovadores, rupestres, punks, darks, cumbiancheros, reggetoneros, etc. El silencio en la escuela es musical…

Poesía

Al principio fue la palabra. Las palabras y las cosas, las metáforas y las metonimias, el significado y el significante, confieso que he vivido, las causas, decir hacer, el aleph, las ruinas circulares, la lengua de las mariposas, la fiesta de la palabra, confieso que he nacido. Somos metáfora de nosotros mismos, sujetos del lenguaje y del inconsciente, de rodillas ante Holderlin poéticamente habitamos el lenguaje, la pedagogía es poesía sin concluir.

Pedagogía

Más amor pedagógico…

Amor

Dice Lacan, amor es dar lo que uno no tiene a alguien que no lo quiere, drama y goce del amor. Dice Platón, se ama lo que no se tiene, buscamos, como los amorosos para no encontrar, búsqueda sin objeto, y es que nos amábamos tanto. Sin duda que la pedagogía es el último eslabón en los fragmentos de un discurso amoroso, los que han amado saben de lo que estoy hablando y en este caso la escuela no basta, y si definitivamente no sabes lo que es el amor, ven y te doy un beso.

Nostalgia

Si pensamos que los tiempos de antes fueron mejores, no estamos tan equivocados, fetichizamos la historia o bien, hacemos de la historia un fetiche con el cual contenemos nuestra angustia por el presente que vivimos, pero es aquí donde se juega lo transgresor que resulta el amor pedagógico, la nostalgia nos interpela y nos mueve en el mejor de los casos a reinventarnos para no desfallecer.

Jóvenes escenas van y escenas vienen, el presente se juega entre la dureza del pensamiento único y el mismo amor pedagógico. El presente ya no es, por que ya no somos, porque no nos queda nada para ser. Y como lo decía Benedetti en su poema, o mejor dicho cuando la pregunta devino poema ¿qué les queda a los jóvenes? Barras, drogas, tv, etc. Probemos con el amor pedagógico, pero más, es la tarea de los jóvenes, pero también de nosotros que compartimos con ellos.

 

 

* Investigador y docente de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México y de la licenciatura en Pedagogía de la FES-Aragón, UNAM. Texto leído en la presentación del libro de Meneses, Gerardo (comp.). Más amor pedagógico/Gramática y geografía, Lucerna DIOGENIS-Discos Peligro-Start-pro, México, 2010, en la FCPyS, UNAM, 6 de octubre de 2010.